Igor Martín
Baskonia 92- 96 Girona

Los milagros también tienen un límite

El Baskonia paga el costoso peaje de un inaceptable arranque defensivo y malgasta la oportunidad que le había tendido la derrota del Manresa

Domingo, 5 de mayo 2024, 21:02

El refranero reúne todo un compendio de sabiduría popular y, en visitas como la del Girona, muestra su enseñanza más cruel. Conocido es el célebre dicho sobre el cántaro que se rompe por llevarlo demasiadas veces a la fuente. Y la vasija azulgrana quedó reducida ... a añicos sobre el hermoso parqué gris que dos horas antes había pisado el legendario Tiago Splitter. Por cierto, qué bien le vendría al actual Baskonia una edición rejuvenecida del excelente pívot brasileño.

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El grupo de Dusko Ivanovic pagó el costoso peaje de un primer cuarto defensivo inaceptable en el que no hubiera parado ni un taxi con la luz verde prendida en la Gran Vía. De este modo, se obligó, y van muchas veces esta temporada, a bogar toda la cita con tanto atropello como empeño tras esos diez minutos iniciales de remos caídos. No cabían dudas acerca de la dificultad creciente del calendario que le restaba al cuadro vitoriano para su objetivo ineludible de entrar en el 'play off' de la ACB.

El duelo contra el equipo de Fotis Katsikaris representaba, sobre el mapa, el puerto de montaña más suave de aquí al día 12. Y antes de enfilar las pendientes de desnivel severo (Murcia y Real Madrid), el ciclista alavés cayó de bruces del sillín al asfalto. Una contrariedad mayúscula por cuanto supone malgastar la oportunidad de ascender a la octava plaza que le había tendido la derrota matinal del Manresa.

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Mientras los más creyentes de la parroquia azulgrana agradecían a la Virgen del Pilar el favor del Zaragoza, el cuadro del mariscal firmaba otra de sus enojosas puestas en escenas que viene deparando esta campaña. De nuevo un maldito marcador de 'All Star' –37 puntos del bloque que preside Marc Gasol en el primer acto– por las condescendencias reiteradas en la parcela trasera de la pista. El equipo aritméticamente salvado esparcía las sensaciones de quien se está jugando algo de verdad ante el oponente que apenas lucía síntomas de apetito y necesitaba la victoria para eludir el suspenso del curso doméstico. Aún evitable, pero encomendada ya la suerte o la desgracia a manos ajenas con sólo dos jornadas por delante.

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El 20-34 del minuto 9 recordaba el cine de reposición. Un comienzo repleto de secuencias erróneas con la esperanza tantas veces abonada de un final feliz en el que gana 'el nuestro' según el buenismo imperante. Pero también los milagros tienen un límite y hasta el disfraz de superhéroe con la 'H' bordada de Howard posee un efecto limitado. El anotador inaudito metió los diez últimos puntos de un Baskonia con la soga al cuello y ni siquiera eso sirvió ayer, pese al estado de pánico del Girona por el coraje de Sedekerskis al inicio del último cuarto (74-76).

Agricultura de monocultivo

En otras fechas ha invocado el grupo de Betoño la teoría de la dilatación por la que todas sus reacciones caben entre las paredes del Fernando Buesa Arena. Pero ayer no hubo modo, por cerca que rondó el propósito, de revertir el fatalismo. Exasperantes faltas de contención ante los triples visitantes y frente a la dictadura catalana del rebote bajo el tablero azulgrana.

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Comprobado el roto atrás requería el conjunto vitoriano coserse al partido adelante. Y en esa mitad de la cancha volvió a elegir la agricultura del monocultivo. Léase la fiebre del evangelista San Markus con dieciocho puntos hasta el descanso y Marinkovic como su único escudero en unos ataque de escasa elaboración. Y cuando el Baskonia ya amenazaba con otra de sus famosas revueltas a cargo de Howard, Susinskas y Birch –emperador de las zonas– rompieron ese cántaro que conoce de memoria el camino de la fuente.

La peor tarde de McIntyre, gran soporte de la temporada

Codi Miller-McIntyre encarna, sin duda, el mejor fichaje estival del Baskonia y supone un auténtico hallazgo para el mejor baloncesto europeo. Sin embargo, el líder continental de las asistencias firmó ayer un partido sorprendemente malo dentro de una temporada suya de altísimo nivel. El lobo azulgrana sólo apareció, y en su versión anotadora, al comienzo del tercer cuarto. Pero ensució su estadística con nada menos que siete pérdidas frente a ninguna recuperación. Chris Chiozza, mejor que el base titular ayer, jugó casi los mismos minutos que un McIntyre de mirada perdida y doliéndose del hombro derecho en el banquillo. Tras el duelo, Ivanovic reconoció las molestias de su base principal, pero no las consideró como una explicación para su rendimiento.

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