Ya han pasado Nochebuena y Navidad; lo agradecen el reflujo, las noches de verdadera paz, las panderetas golpeadas a mala leche y los oídos, por el descanso que supone mandar a pastar a los burritos sabaneros. Que trabajasen como burros y acertaran como los que ... compraron el Gordo esperábamos del Baskonia.
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Volvía Tiago Splitter en pantalón largo mientras añorábamos tener a uno como él vestido de corto. Kamar dejaba en el sitio de pensar a Forrest en un quinteto con tres altos. Primer balón al basurero y canastas de TJ que Te Joroban. Por los rebotes en su aro, las sumas de Moneke en el 1x1 y la muñeca de Howard demostramos que íbamos a por uvas. Agradecidos por su desatino logramos una pequeña renta que se esfumó en un Sy es no es. Buenas visitas al tiro libre y otra impecable aparición de un griego que nunca se hace el sueco.
Comenzaron a hacernos daño en el rebote propio mientras les venía el acierto a ver desde el Sena. Ward y Shorts sabían que si les buscabas les Hayes. Seguíamos en la pelea gracias a un Chima que no estaba de cotillón. Ventajas blancas de un equipo que tiene a Lo pero no se duerme. Los del brasileño continuaban saliendo a la carrera sin esperar a nadie a la par que compartían el balón como ninguno. Pasaban los minutos con nuestro empacho ofensivo mientras los parisinos nos devoraban. Alta fidelidad, Hifi, en un equipo que sonaba muy bien.
Se iniciaba la segunda parte con nueve puntos de los M&M que nos permitían soñar como a los niños en sus magos con camello. Sin embargo, los visitantes, con un baloncesto en transición de punta en blanco, nos devolvían los parciales poniéndolo negro. Por los que siempre aparecen bajamos de los diez en minutos de un juego por lo general deficiente. Muchas idas y venidas de unos y otros sin echarse un punto a la boca tal vez por venir de fechas donde se llenan demasiado los estómagos. Los rebotes de Nikos en su aro y los dos ceros a la derecha elevaban el nivel al que algunos no están. Markus nos volvía a sentar en la mesa sin que eso lo pueda discutir ningún cuñado.
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Tener jugadores diferenciales, y no mediocridades, es lo que marca la diferencia. Tras mate de Hall, nos pusimos por delante también por bajar atrás. Desatino a la francesa, intimidación con Donta alta y ojitos de Forrest que alegraban la vista. El partido donde queríamos y tras ver la primera parte ni creíamos. Moneke puso el punto final a una noche con dos caras en la que a los visitantes acabó saliendo cruz.
Las victorias vienen de París tras un segundo acto donde lo pasamos como niños. Impecables Moneke, Howard, Forrest, Nikos y Hall para acabar dando vuelta a la tortilla... francesa. Pablo tiró de manual y eso es bueno cuando acompañan las manos. Paso adelante para despedir el 24 y deseando que venga un 25 con buena rima.
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