El Ararteko registra más de 4.000 quejas en un año, 500 de Osakidetza. Estas últimas seguramente se encuentren en lista de espera. Los valencianos salen a la calle, por tercera vez, pidiendo la dimisión de Mazón. No se da por aludido, está sin cobertura ... buscando tickets de comidas. Comerse a los serbios es lo que deseaba un Baskonia con apetito.
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Con la llegada de Samanic ya teníamos más cera que la que ardía. Ardiente entrada ofensiva en el partido de ambos equipos con regalos serbios, aunque no sepan quiénes son los Reyes Magos. Moneke ejercía de estrella mientras que Donta hacía de 'Basaltar'. Obteníamos una ventaja apreciable sacando provecho de su desatino y sus cambios continuos de hombre que bien podía haberlos mandado ejecutar un piloto japonés llamado Kamikaze. El juego se nos fue trabando en estático cuando ajustaron atrás y aparecieron delante Canaan, Joel y Yago. Debutó Luka pidiendo la bola, sin esconderse, algo que es de agradecer cuando observas tanto desaparecido. De poco nos servían los rebotes ofensivos de Diop ya que no venían con canastas de segundas opciones bajo el brazo. Hubo unos minutos que los serbios tiraban una gamba y la metían, y de esa forma tomaron ventaja sin que el partido se la pelara. Brown, Rokas, Bolomboy y Codi nos comieron el turrón en un segundo cuarto visitante de campanillas.
Entraron ambos equipos como cuando te levantas tras una noche de cotillón, sin las ideas claras. Pero con la presencia, tras no presentarse, de Howard las cosas podían ir a mejor porque peor era imposible. Apretamos atrás intentando complicar su ataque en estático sin conseguirlo, ya que comenzaron a cabalgar como camellos viendo que bajábamos a nuestro aro como burras. Ioannis tenía claro que al Baskonia sin acelerador se le frena. Codi movía el cotarro a su gusto con ese ritmo y vista que envidia cualquiera de nuestros bases. Una vez más por Rogkavopoulos nos levantamos agradeciendo que no estuviese sentado. Al menos ya no estábamos tan fríos como esos 'giputxis' que se pegan el primer baño del año en la Concha. El buen baloncesto se adormecía entre pitos y faltas. Entre el griego, los libres, las penetraciones de Forrest y las cosas de Moneke nos poníamos a tiro sin que ellos metiesen uno. Defensas comiéndose ataques e Isaiah anotando la de verdad, de mesías.
Nos salieron 'Canaan' con la última bandeja de su anotador americano, que nos dio 'p'al' pelo. Noche dominada por los visitantes con final negro como el color se nuestras camisetas este jueves. Mejoramos en la segunda parte tras una primera errática. Cuando no aciertas, no ganas. Toca seguir aunque el nuevo año rime fatal.
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