Derrota con honra

Afrontábamos un partido de 'Viernes de Dolores' sin haber llegado a Semana Santa, con la libido europea por los suelos y con tres jornadas por delante sosas, para nosotros, como un pan sin sal. Quinteto inicial sin grandes y con un griego que se frotaba los ojos. Comienzo perfecto por el acierto de Agapitos, el descaro de Samanic y las faltas de ataque locales. Griego al banco a las primeras de cambio con reacción inmediata de los de Saras, tras pérdidas vitorianas, que nos iban amargando la merendola. Atacar a Howard su primer objetivo, castigar el rebote el segundo y saltar al 2x1 el tercero; Melli sobre hojuelas. Con la entrada de Hall cambiamos la cara interior mientras la exterior continuaba con su rostro enfermizo. Guduric dejaba al '0' en 0 al mismo tiempo que lo enviaban al banco, cargado de faltas, por atacarle como un ruso a un ucraniano. Pierre castigaba en las entrañas, Wade dominaba sin querer y la renta local subía de 'Nigel'. Trent, Diop y Nikos aguantaron nuestro tipo para que la diferencia al receso no fuese de más peso.   

Comienzo con triple del Fener para aumentar su 'Colson' al que respondían Rogkavopoulos y Moneke demostrando que no estaban dormidos. Pero Marko hallaba en el aro a su mamá mientras nuestra defensa hacia el Amedio. Seguían los azules jugando como en el Hall de su casa hasta el momento en el que por sus errores en canastas fáciles, la visión de Forrest, un triple a la griega y una bandeja del niño lituano nos acercó a los 10. Con el de Marousi desatado pudimos soltar el nudo ofensivo que estábamos padeciendo. La cosa es que Baldwin sin cambiar de gesto se seguía gustando, lo mismo que agradaba a su entrenador el abuso en el rebote ofensivo. Subiendo el nivel defensivo, a la par que bajaba el suyo en acierto, nos arrimamos de la mano de Cabarrot. Muchos minutos del niño del palo con las piedras como amigas. Idas y vueltas con hambre de puntos que los libres o rechaces en nuestro aro saciaban. Acercamiento con y sin silbatos para un final muy chiflado.

Derrota con honra de un Baskonia que no se dio por vencido. Las amplias ventajas turcas se basaron en el rebote ofensivo y sus canastas cerca del aro. Reaccionamos gracias a un Forrest visionario, el apriete de filas, la mano helena y las visitas de Chima al 4,60. Baloncesto por momentos insufrible pero les hicimos sufrir.