Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
«Ningún jugador está por encima del equipo». Shavon Shields no quiere ni responder a las preguntas acerca de su buen estado de forma, sobre la jerarquía que se ha ganado en el Baskonia a base de mucho trabajo y pocas luces. «Son mis ... compañeros los que han confiado en mí para poder tener esta progresión», comentaba ayer antes de empezar a preparar junto al grupo el crucial duelo de mañana contra el Buducnost, en el Buesa Arena (20.30 horas). Cero concesiones. Solo las personas que están muy seguras de lo honesto de su compromiso saben aplacar así el ego.
El danés de Kansas continúa recitando el mismo discurso que tenía a su llegada a Vitoria, el pasado verano. Entonces, en una entrevista con ELCORREO, huía de roles y etiquetas: «Me considero un jugador de baloncesto, alquien que trata de aportar lo que su equipo necesita».
Ayer, asentado como uno de los que más minutos en cancha recibe de Perasovic –23 de media; hasta 35 al día del Armani– respondía con un desganado «I feel good» a la cuestión de si estaba en uno de sus momentos de mayor confianza. Sonrisa de niño tímido y vuelta al discurso: «Estamos bien. Afortunadamente, hemos ganado dos partidos seguidos y seguimos esforzándonos para entrar en el Top 8, que es el objetivo». Su mayor alegría por estar jugando en la Euroliga, «el poder aprender cada día de los compañeros».
El problema es que los números indican otras cosas. Tras un primer paso al frente, coincidiendo con la lesión de Tornike Shengelia (jornada 16), el alero acaba de dar el segundo. Sus medias de primeros de febrero –7.9 de valoración gracias a 8,2 puntos y 2,9 rebotes por noche– han subido hasta los 9,2 créditos, los 9,1 puntos y los 3,1 rebotes.
De hecho, la estadística es sobresaliente si solo se tienen en cuenta las últimas cinco jornadas europeas. En los encuentros a vida o muerte contra Maccabi, Bayern, Barcelona (ya después del parón de la Copa), Zalgiris y Khimki, el promedio se dispara hasta los 13.6 tantos; 4,6 rechaces y una valoración de 16,6. Números propios de las estrellas de la competición.
Solo en dos encuentros de Euroliga se ha ido sin anotar. En tres acabó en negativo. En el tercer asalto, convaleciente de un duro golpe en la cara; el duodécimo, que ni tiró a canasta; y en el vigésimo séptimo, la vuela contra el Olympiacos. Desde ese día casi todo son dobles dígitos, con un tope personal hace quince días, frente al Zalgiris, en el que firmó su tope personal en valoración (27) y en rebotes (10).
Él prefiere no mirarse en ese espejo, insistir en que «todo es por el grupo de jugadores y entrenadores que tiene alrededor para apoyarle» y abonarse al partido a partido «para ver hasta dónde podemos llegar». Primero lo obligado, «entrar en el play off, que depende de nosotros, espero que podamos conseguirlo», y después, ya se verá. «A estas alturas, todos los encuentros son importantes y nosotros intentaremos ganar el mayor número posible para ver a dónde nos lleva todo esto».
Sobre el Buducnost, en cambio, Shields tiene las cosas mucho más claras. Será que es lo inmediato, lo real, y el resto cábalas en las que el discreto líder azulgrana no pierde el tiempo. «Tenemos que pararlos y correr», explica. «Todo nuestro juego nace en la defensa, si estamos duros, si estamos concentrados, somos capaces de parar el ataque rival y luego correr hacia su aro. Es donde más cómodos nos encontramos».
Aunque el reto no es sencillo. El Buducnost era la Cenicienta sobre el papel y ya le ha dado un buen escobazo a los que han pasado con boato principesco por su pabellón. El Baskonia entre ellos. 99-84 salió escaldado en un festival de triples local. «Han incorporado cinco o seis jugadores nuevos y juegan muy duro fuera de casa. Si no tenemos cuidado y no defendemos bien lo pasaremos muy mal», advirtió.
27 de valoración contra el Zalgiris, al que le endosó 14 puntos, capturando 10 rebotes y repartiendo 4 asistencias
Nunca ha dejado de estar con el grupo. Es normal, desde hace casi dos meses, ver a Tornike Shengelia y a Jayson Granger en la cancha al inicio de los entrenamientos. Con el chándal, con las zapatillas bien atadas, como si fueran a jugar. Luego se retiran a hacer sus rutinas de recuperación, al margen del entrenamiento principal.
Ayer, no obstante, al capitán se le pudo ver de corto, tocando balón y lanzando a canasta con relativa normalidad. Con el uruguayo a su lado, solo para darle charleta, el georgiano iba lanzando triples uno detrás de otro. No era una sesión de tiro, pero fue una alegría comprobar que aparentemente todo avanza según lo esperado. Que no se aleje ese horizonte que le coloca a finales de marzo, primeros de abril, de vuelta en la rotación azulgrana. Tenerle en forma en un hipotético play off alterará las apuestas.
El pasado martes colgó un vídeo sin fecha en el que se le veía realizando ejercicios de penetración a canasta. «Bueno, entre operarme y perder la temporada o volver en 2-3 meses, yo diria que es buena noticia», escribió el capitán en las redes el 5 de febrero. Verle pronto sobre la pista sería una buenísima noticia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.