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Los jugadores del Baskonia mostraron este lunes su mejor cara para las fotos oficiales de la ACB y la Euroliga. Todos con la sonrisa puesta. Algunos con mayor naturalidad. Otros más recelosos. Una mañana de respiro relativo para la plantilla, sometida a las demandas de ... las competiciones pero alejada del trabajo físico y los sistemas de juego. Una especie de 'media day', jornada de puertas abiertas, pero en la que en esta ocasión los periodistas solo pudieron charlar con Trent Forrest, el escogido del club para analizar las primeras semanas de preparación.
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Iván Benito
En el ecuador deuna sesión con nueve 'sets' de contenido, el personal del club requirió a jugadores y cuerpo técnico. Llegaba el momento de la foto de familia. Las sillas estaban colocadas a conciencia. Los integrantes del staff, con las manos en el bolsillo, eran los primeros en ser colocados en el exterior. Entre ellos bromeaban e incluso el nuevo asistente, Nacho Juan, se presentaba ante alguno de los trabajadores de la entidad menos habituales sobre la cancha.
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Los jóvenes canteranos, como suele ser habitual, llegaron raudos y obedientes al círculo central. Enseguida se les sumó un Howard alegre, con ganas de bromear y reírse de sí mismo. El astro azulgrana llamó a voces a Trent Forrest, que entró por la puerta de los vestuarios con su cámara personal en mano y se paró en la esquina a sacar una foto. Luego le sentaron en la fila de abajo al lado del compulsivo anotador, aún con la cámara que un atento empleado del club le guardaría más tarde.
Mucho trabajo y muchos profesionales detrás de los 9 sets que recorren nuestros jugadores en un día como el de hoy 🎥📸🔦
— Baskonia (@Baskonia) September 9, 2024
Adéntrate en el de Media Day de Baskonia para la temporada 24/25 👀 pic.twitter.com/yOTrzdDv8D
Arriba, para los altos, quedaban dos huecos. Uno para Moneke, el más solicitado por las competiciones y los patrocinadores. Hueco de la habitual energía que le caracteriza, entró en la pista casi sin levantar los pies ni mostrar mucho entusiasmo para una foto en la que se retiró sus gafas de ver. El último fue su amigo Donta Hall. El asistente Xabier Aspe trató sin éxito de arrancar unos aplausos. Los jugadores se cortaron.
El sitio de Pablo Laso correspondía en el centro de la escena. A un lado, Markus Howard; al otro, Kamar Baldwin. Al sentarse, el técnico vitoriano les dio una palmada en los muslos. Se mostró relajado y paciente ante la sesión de fotos, aunque mucho menos entusiasmado que si fuera a dirigir un entrenamiento. El de San Viator es de los que posa para las fotos con una ligera extensión de la comisura de los labios, tentadora. Jaramaz es de los contrarios, de los que les resulta más sencillo lucir una dentadura perfecta. Los de la fila de arriba lucían un semblante más serio, sugerente a la par que retador. Un gesto antes de la foto. Cabarrot se levantó para abrazar y saludar a Jaramaz, que la semana pasada se quedó en Vitoria afinando su puesta a punto y no fue con el equipo a Málaga.
Varios 'flashazos' y más fotos. Ya sin sillas ni integrantes del cuerpo técnico. Laso permanecía en el centro de la imagen. De pie y con el balón de la Euroliga. La plantilla a su alrededor. Una alegoría del nuevo e ilusionante Baskonia. El técnico recibe con algo de alivio el visto bueno para marcharse. Se quedan sus jugadores, a los que les piden un selfie. Markus Howard se ríe a carcajadas con Forrest y Baldwin y pide al joven Seydina Limamoulaye Faye que sea el que tome el teléfono móvil. E insiste, ante la timidez del joven, que jugará cedido en el CB Clavijo junto a Joseba Querejeta, Vit Hrabar y Aleksandr Savkov (hermano pequeño de Pavel, baskonista del primer equipo de pleno derecho).
Sedekerskis da un paso al frente como capitán. Pero no sujeta ningún terminal. El selfie tiene truco. El lituano simplemente estira el brazo y sitúa la mano cerca del objetivo de un fotógrafo subido a una silla. Clic. Así es más fácil salir bien en primer plano. Aunque no se puede discutir la capacidad del canterano a la hora de posar. Rara vez sale con los ojos cerrados o con una expresión deslucida. Luego ya sí repetirían la instantánea con móvil en mano.
Quedaba una última. Los jugadores se destensan cuando el jefe de prensa irrumpió. «Limamou, toma el móvil». Y el joven senegalés salió al frente y fue quién tomó el último selfie ante las risotadas de Howard, inquieto como en los partidos. Feliz ante su tercera temporada en el baskonia. La primera como padre.
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