Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ángel Resa
Miércoles, 5 de abril 2023, 00:34
Jaume Ponsarnau, técnico del Bilbao Basket, es un hombre ponderado que enarbola la bandera de la educación en cada charla. Y durante una entrevista concedida hace meses a este periódico se refería en un tono intachable a Vanja Marinkovic, su exdiscípulo en Valencia, como el ... arquetipo de jugador que rinde por debajo de las expectativas. Del serbio destacaba un potencial ofensivo superior a los hechos y aludía a sus condescendencias atrás. Y la primera campaña del escolta en la capital alavesa tras dos cursos decepcionantes a orillas de un Turia seco reforzaban la teoría, y práctica, del desencanto.
El enfriamiento llegó a tal punto que en la planta noble del Baskonia meditaron la opción de buscar una salida a quien ostentó el brazalete del Partizan aún en edad juvenil. Pero en esto llegó Joan Peñarroya, practicante en la fe de recuperar hombres bajo sospecha para la causa, y Vanja encontró en los albores del otoño la consagración de su propia primavera. Cuajó un Europeo notable con Serbia y ya en Vitoria, entre la confianza del entrenador y su decidida apuesta por mejorar, el exterior de Belgrado ha cambiado radicalmente su papel dentro del equipo azulgrana.
De la casi irrelevancia hasta aproximarse a la trascendencia. Nada menos, que la reflexión se escribe pronto y lleva carga de profundidad dentro. Con el transcurso de la temporada Marinkovic parece ese tipo que entra en el supermercado y arrambla con toda la valentía, la personalidad y la determinación dispuestas en las baldas. Al margen de que le entren o no los tiros, más lo primero que lo segundo, el escolta azulgrana muestra el arrojo de quienes no se esconden.
Sonará a sacrilegio en los oídos castos y también leerlo según los ojos asombrados, pero el balcánico del plantel baskonista comete últimamente la osadía de adelantar al mismísimo Markus Howard en la rotación del 'dos'. Algo impensable no hace tanto, cuando el estadounidense llegado de los Nuggets dejaba al continente entero con la boca abierta y la baba colgando por sus exhibiciones paranormales en el lanzamiento de jabalina a larga distancia. Pero así es a la vista de dos meses a esta parte.
Salvando las distancias y las décadas transcurridas y sin que siente jurisprudencia porque Howard puede levitar de nuevo en cualquier momento, su caso recuerda un tanto al de Juan Alberto Espil en los noventa. Cuando el argentino entraba en trance anotador no cabía mejor recurso que mantenerlo sobre la cancha. Pero, de lo contrario, convenía sentarlo. Algo semejante a cuanto ocurre ahora con Markus, un anotador compulsivo que pierde todas su pólvora si no mete los dardos untados en veneno.
Y es que Vanja ya es un pieza ofensiva importante dentro de un equipo alegre que persigue tozudamente las victorias a través de meter más puntos que el adversario. Lógico cuando la secretaría técnica del club conformó en verano un grupo donde la naturalidad consiste en correr y tirar. Pero, además, Marinkovic también enseña sus progresos al otro lado de la pista. Quizá por la teoría de los vasos comunicantes que insufla ánimo para defender cuando alguien se siente importante en las tareas ofensivas. En este sentido, Vanja ha virado de cierta indolencia a un cumplimiento de las obligaciones contractuales.
Mide 1,98, veinte centímetros más que Markus y, en esto de la canasta, el tamaño importa. Tanto como que ya resulta una estrategia clásica en el repertorio de los rivales atacar al menudo escolta estadounidense con balones a su par. De hecho suelen arrancar los compromisos con la primera pelota para el hombre que defiende Howard. Y en esto Vanja acredita unas condiciones físicas, más envergadura que fortaleza, para condicionar los lanzamientos de los oponentes en esa demarcación del campo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.