Markus Howard trata de superar con el bote a Elijah Bryant (Efes). Markus Howard trata de superar con el bote a Elijah Bryant
Baskonia

La mano santa del evangelista

La enésima exhibición de Howard, el viernes en Estambul, revalida al menudo escolta del Baskonia como un jugador determinante

Ángel Resa

Vitoria

Domingo, 24 de diciembre 2023, 00:49

La edad va modulando el genio iracundo de Dusko Ivanovic en el trabajo. Porque fuera de él su perfil humano cobra dimensiones bastante más afables. Y no es que el mariscal haya abandonado el disfraz del lobo para vestir el de un hombre ingenuo, ni ... mucho menos, pero sí que ahora procura muestras de cariño a sus hombres. Sobre todo se le advierten gestos paternofiliales con Markus Howard. Muy probablemente porque el entrenador azulgrana sabe, como todos los pabellones enteros, que buena parte de los éxitos del Baskonia se contiene entre las manos de su evangelista.

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La enésima exhibición en Estambul del menudo 'dos', un tipo diminuto para cuanto se estila en Europa, revalida su rango de jugador determinante. Y no abundan tanto. Al club vitoriano, que puede presumir con razón de haber dispuesto durante su ya dilatada historia de baloncestistas magníficos, le costaría hallar un hombre que variase por sí mismo el viento de los partidos de tal manera. Quizá Macijauskas, aquel lituano de flequillo rubio y mandíbula prominente, que veía el aro como una piscina circular de bolas. 'Mache' mandó a hacer puñetas el famoso período de adaptación con su afán de producir nada más aterrizar en Vitoria.

18,6 Puntos

Es el segundo 'goleador' de la Euroliga por detrás del exazulgrana Mike James (19,8).

El duelo de anteayer cambió el guion según estuviera Howard sobre el parqué o no. Al poquísimo tiempo de ingresar a la cancha desde el banquillo anotó dos triples que nivelaron la hegemonía interior turca. Y ya en el tercer cuarto sostuvo un duelo espléndido con Larkin, otro genio del pretérito azulgrana, hasta que le derrotó al inicio del último acto para impulsar al conjunto alavés. Le favorecen los dibujos en la pizarra que le proporcionan salidas de bloqueos indirectos, pero 'San Markus' se siente capaz de anotar sin más ayuda que su descomunal talento ofensivo. Mediante sus botes veloces, cortos e hipnóticos rematados por suspensiones de muelles muy elevados –auténticas levitaciones divinas– que palían su escasa estatura frente a pares mucho más altos.

Ivanovic, poco proclive a destacar réditos individuales, ya va introduciendo algunas excepciones a la regla. Su comparecencia pública después del triunfo en Estambul no es la primera en la que reconoce el influjo de su anotador compulsivo en los resultados del conjunto azulgrana. Si se cuenta con un tirador inaudito como Howard claro que existe cierta dependencia. Lo contrario resultaría casi insólito. Aunque ha de admitirse que ese 'mono' puede volver con el efecto nocivo del bumerán cuando al protagonista se le encogen los aros.

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Producción masiva

En once de sus treinta partidos este curso ha sumado más o tantos puntos que minutos

Frente al Efes metió 28 puntos en apenas 22 minutos. La undécima vez en los treinta partidos oficiales que lleva esta temporada que produce una anotación igual o superior a su permanencia sobre la pista. Algo muy difícil de conseguir que él reduce esas noches a la categoría de lo normal. Un éxito que también ha logrado ante Breogán, Unicaja, Obradoiro –fabuloso duelo con su hermano–, Palencia, Zalgiris, Barça, Villeurbanne, Valencia, Fenerbahce y Estrella Roja antes de su último recital durante la visita al Efes.

El exterior estadounidense lidera la tabla 'goleadora' de la ACB (media de 17,9 puntos) y es segundo en la Euroliga con mayor densidad aún (18,6). Sus registros hablan de más de dieciocho en poco más de veintidós minutos. Cifras abrumadoras que representan el 22% de la anotación alavesa en ambos torneos.

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Y todo ello desde un estilo académico de armar el brazo a una velocidad tan notable y saltos verticales que parecen ayudados de un trampolín en el ánimo de lanzar por encima de muros que casi le niegan la visión de la canasta. Su catálogo de encestes 'imposibles' no deja de crecer, como los ganadores en el último segundo o los muy bien defendidos por pares que ya se mueven entre el desánimo y la resignación. Las cosas de Markus, ese chico humilde y buen compañero a quien se le nota cómodo en el ecosistema azulgrana.

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