Mannion, un problema mayúsculo para el Baskonia

En el club, tampoco sobra el optimismo respecto a Nico Mannion. Su situación alimenta la posibilidad de una ruptura que, de no mediar un contrato de dos temporadas, puede que ya se hubiera consumado. Por muchas cláusulas de corte que existan, la realidad es que un hipotético adiós a Mannion tampoco la va a salir gratis a la entidad de Zurbano. Siempre existe la opción de que otro club asumiera buena parte de su actual salario o afrontar una cesión que reparta el gasto. De momento, no se ha presentado pretendiente alguno, aunque la reapertura del mercado de la Euroliga puede ser un buen momento para reactivar una salida.

Los jugadores inscritos en un club pueden dar el salto a otro entre las jornadas 17 y 26 de la fase regular, aunque deberan ser dados de baja antes de la ronda 18, que comenzará el 2 de enero. Puede ser una ventana para Mannion, de la misma forma que lo es para Kevin Pangos, sujeto a contrato con el Armani Milán, pero con propuestas de Valencia Basket, Zalgiris y el propio Baskonia. En esta puja, el club taronja lleva la delantera, aunque la clave sigue estando en la rescisión del canadiense en el club lombardo, reticente a dejarlo marchar a un rival directo. La entidad azulgrana busca base, estudia ofrecimientos como el ex del Valencia Basket Shannon Evans, pero aún no ha tomado decisiones irrevocables respecto a Chris Chiozza. Al final, la situación de Mannion limita el margen de maniobra del Baskonia para reapuntalar su plantilla.

Mientras, cunde la sensación de que el jugador que ahora vive atornillado al banquillo cuenta con un depósito de talento que, bien encauzado, le vendría de perlas al Baskonia. La escuadra azulgrana camina en la presente temporada demasiado dependiente de Markus Howard y sus noches estelares o de Chima Moneke, un jugador que hace lo que le da la gana en ataque, reciba el aplauso o las reprimendas de Dusko Ivanovic. Todo el que se sume a esta pareja de ases ofensivos, bienvenido.

Hasta el momento, Mannion ni ha podido ejercer de primer timonel ni tampoco de segundo de McIntyre, líder en solitario al timón. Tampoco ha cuajado cuando quedaba liberado del bote cuando ha tenido que ejercer de escolta.

Aparte de que su lenguaje gestual es el de un jugador hundido, también subyace en la situación de Mannion un factor físico determinante. Desde que en el verano de 2021 sufriera una infección intestinal que le hizo perder diez kilos, el jugador de Siena no es el mismo. La recuperación de aquel contratiempo parece alargarse en exceso hasta el punto de que sigue transmitiendo la sensación de ser un jugador en busca de la chispa muscular perdida. Esta temporada sufrió un latigazo en la espalda en el choque ante el Panathinaikos, el penúltimo de Joan Peñarroya. Causó baja varios partidos, pero después volver, pero sin visos de remontar el vuelo.