Los Magic se fijan en la progresión de Steven Enoch

El jugador estadounidense firmó el pasado verano su vinculación con el Baskonia hasta 2023, pero su contrato dispone de diversas cláusulas de salida. Según las fuentes consultadas, en el caso de dar el salto a la NBA, Enoch deberá abonar poco más de medio millón de euros. Algo más que asumible teniendo en cuenta que el salario mínimo en la liga norteamericana es de 850.000 euros y que, desde Nocioni a Vildoza, el beneficio económico que ha dejado la liga norteamericana en las arcas azulgranas es de en torno a 16 millones. Sólo Splitter, en otras circunstancias, y Bertans tomaron el puente aéreo por precios similares.

Al igual que el letón en su momento, el pívot nacido en Norwalk (Connecticut) hace 24 años forma parte de esa nómina ilimitada de jugadores cuyo sueño es formar parte de la NBA. Así lo reconoció en su presentación desde la sala de prensa del Buesa. «Me gustaría estar cerca de mi ciudad y de la familia». Salvando las distancias, poco más de dos horas y media en avión, Orlando cumple de sobra con las expectativas para cumplir su anhelo.

Enoch recaló en el Baskonia después de disputar la liga de verano en las filas de los Milwaukee Bucks. Al igual que en el Draft de 2020, no logró ninguna oportunidad para continuar su carrera en Estados Unidos y decidió dar el salto a la Euroliga en el equipo alavés tras un gran año de iniciación en Europa en el Obradoiro. Comenzada ya la pretemporada, el club azulgrana accedió a abaratar su hipotética salida a la NBA para convencerle y hacerse con su fichaje ante el fuerte interés del Bayern por incorporarle a sus filas.

Sus inicios con Dusko Ivanovic no fueron sencillos. Partió como el tercero de la rotación interior y se sintió intimidado por el trato del montenegrino. Hasta el punto que llevó a sus agentes a plantear la posibilidad de una salida en forma de cesión, algo a lo que la directiva azulgrana se negó en rotundo. Confiaban en sus posibilidades y no se equivocaron. El primer mes del estadounidense desde la llegada de Spahija fue asombroso y ahí empezó a llamar la atención al otro lado del Atlántico.

Sin embargo, también en Europa le han salido varias novias además de la de Baviera. Su cláusula para vestir otra camiseta de la Euroliga tiene un plazo limitado y es más alta, pero, según las fuentes consultadas, no lo suficiente para ahuyentar a los clubes con mayor poder financiero. Mientras tanto, al Baskonia, para el que su pasaporte armenio supone un valor incalculable, solo le queda esperar acontecimientos. Le gustaría que la temporada que viene se convirtiera en su pívot de referencia pero tampoco le cierra la puerta a un traspaso antes de encarar el que sería su último año de contrato.

Las características de Enoch, sus movimientos en el poste bajo, su corpulencia física, el juego por encima del aro y su buena mano desde la larga distancia, le convierten en carne de NBA. En su año de debut en la Euroliga ha firmado cinco dobles-dobles, solo por detrás de Papagiannis y Tavares en esta estadística. Cifras que no están reñidas con su ternura defensiva y lenta interpretación del baloncesto. La sensación general en el Paseo de Zurbano es que necesita una segunda campaña para explotar definitivamente.

Pero el tren norteamericano supone un atractivo imparable y más ahora que las tablas salariales de su liga de desarrollo aumentan de forma considerable. Pese a que su mercado de fichajes es tan voluble que los Magic, segunda peor franquicia del presente curso de la NBA, en el inicio de una profunda reconstrucción, podrían dar un volantazo en sus pretensiones, Enoch tiene todas las papeletas para ser protagonista de la ventana de traspasos de este verano.