Cabarrot pidió una camiseta blanca para la sesión de fotos. Quiere ser uno de los líderes del equipo de Pablo Laso. Igor Martín

Entrevista a Timothé Luwawu-Cabarrot | Jugador del Baskonia

«Lo realista es poner al Baskonia entre el séptimo y el décimo de la Euroliga»

El francés se cuelga el papel de «líder en ataque y defensa» y confiesa que fichó a ciegas. «No sabía que venía Pablo Laso»

Domingo, 22 de septiembre 2024, 00:41

Timothé Luwawu-Cabarrot (Cannes, 1995) es un hombre con inquietudes por la moda. Antes de la sesión de fotos de esta entrevista, rechaza la camiseta corporativa que le ofrecen los empleados del Baskonia y les pide una blanca con la que combinar sus pantalones negros ... anchos y sus 'Converse' blancas. Se va a la ducha después de un largo entrenamiento y tarda en volver. No tiene prisa por ir a casa. «Mi mujer está embarazada y decidimos que se quedaría en Francia con su familia para estar más cómoda», cuenta a su vuelta de la caseta. Compensa la tardanza con un discurso reposado y un inglés depurado como su juego sobre la cancha. «Mi sitio es ser un líder en ataque y defensa».

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– La afición le compara con Shavon Shields.

– Puedo ver similitudes, pero no estoy de acuerdo. Shavon es un gran tirador. Confía mucho más en el triple que yo. Yo prefiero atacar más la canasta y sí que es cierto que los dos tiramos de media distancia. Pero su juego se basa mucho más en el tiro y el mío, en la generación.

– Ha sido de los mejores del equipo en pretemporada. ¿Se siente así?

– Sí, siento que mi sitio es ser un líder. En ataque y defensa. Todavía no estoy al 100%. Tengo que mejorar muchas cosas y adaptarme por completo. Pero hasta ahora va genial. La forma en que el equipo y el entrenador me han involucrado ha sido increíble.

– Ha sido una pretemporada con altibajos. ¿Qué balance hace?

– Creo que ha sido buena. Hicimos tres buenas pruebas en Málaga. Obviamente, el resultado contra el Unicaja (102-69) no fue el que queríamos, pero siento que trabajamos bien y tenemos buen potencial. No hay que preocuparse ahora por las derrotas. Tenemos gente que con lesiones menores que no juegan o juegan poco, pero tan pronto como estemos al 100%, vamos a mejorar.

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– ¿Qué le ha llamado más la atención del Baskonia?

– La organización del club. La forma en que trabajamos, que todo el mundo conoce su papel y sabe cuál es su trabajo... Me gusta mucho. Es similar a la NBA. Allí, las comodidades que hay, la forma de la que está montada, es la mejor. Sin duda. Pero aquí es parecido. Y luego, las casualidades de la vida. Me vuelvo a reunir con Jaramaz. Tuvimos una temporada increíble en el Megalex de Serbia. Ganamos la copa y fuimos subcampeones de la Liga Adriática. Otros dos o tres y yo salimos en el 'Draft' ese año. Y al siguiente, Ognjen. Me lo pasé bien y sigue siendo un buen amigo.

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– Jugó 343 partidos en la NBA. ¿Es diferente ser baloncestista allí que en Europa?

– En el juego sí. Allí es más descuidado con el balón y en el tiro. Más libre. En el sentido de que no importan tanto los fallos. Hay más minutos, así que siempre puedes jugar algo, y más posesiones. En cuanto coges ritmo, puedes conseguir 10, 12 o 14 puntos en poco tiempo. Aquí, en Europa, hay que seleccionar mucho más el tiro y las jugadas y tener más concentración. Pero también hay mucho mito de la NBA. Se dice que se entrena poco, pero mi pretemporada más dura fue en mi primer año en Philadelphia. Era joven, no estaba preparado para aquella intensidad y me sentía un poco perdido. Me costó. Y allí hay muchísima pasión. Aunque en el pabellón no sea como en Europa, yo no podía caminar por las calles.

Anécdota con Splitter

– En Philadelphia coincidió con Tiago Splitter en su último año de carrera.

– Es muy buena gente. No pudo jugar muchos partidos ni estaba mucho con nosotros porque venía de una operación de cadera, le costó recuperarse y creo que acabó lesionado. Lo curioso es que la primera canasta que anotó con Philadelphia fue a pase mío en Brooklyn. Y luego fue asistente de Brooklyn conmigo de jugador.

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– ¿Qué futuro le ve como entrenador? (Debuta este año en París).

– Es inteligente y sabe de baloncesto. Seguro que va a tener éxito. Quizá le lleve tiempo, que ya sabemos que no sobra, pero tendrá éxito.

Igor Martín

– Félix Fernández, el director deportivo del Baskonia, dijo en su presentación que llevaban varios años queriéndolo fichar. ¿Lo sabía?

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– Siempre supe que estaban interesados, pero yo no presto atención a los equipos que están interesados en mí hasta que me ofrecen un contrato real. Para eso tenemos a los agentes.

– Regresó a Europa con el Milán de Messina, uno de los entrenadores europeos más laureados pero no salió bien.

– Yo también lo pensaba (sobre Messina) cuando llegué a Milán. No fue el mejor sitio para mí y no terminó bien porque no tuvimos éxito. Es duro aceptar el fracaso en un equipo de la Euroliga que pone tanto dinero. Me fui y ya está.

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– A otro año difícil en el Asvel.

– Me encontraba en un momento de mi carrera en el que quería probarme a mí mismo y demostrar a todo el mundo que podía ser un líder, que podía ayudar a un equipo, que podía anotar y que podía hacer muchas cosas. Fue un buen año para mí en un mal año como equipo. Individualmente encontré diferentes situaciones a las que tuve que adaptarme y tuve que mejorar sobre la marcha. Siento que este año con Vitoria, con el Baskonia, estoy más preparado para ayudar a un equipo a ganar. Seguro.

Igor Martín

– Cuando fichó por el Baskonia, aún no se había anunciado el entrenador. ¿Sabía algo o firmó sin saber que venía Pablo Laso?

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– No sabía que iba a venir. Mi agente me decía nombres, pero no había nada claro.

– Ahí estaría Frédéric Fauthoux, el nuevo seleccionador francés.

– Sí, eso me motivó. Era el segundo entrenador de la sub-20 cuando estaba yo y luego le vi cuando jugamos contra el Bourg el año pasado. Laso también estaba en la lista y me parece un grandísimo entrenador.

– ¿En qué le pide que mejore?

– Hasta ahora sólo me está observando. Todavía no me ha dicho lo que tengo que mejorar, pero estoy en un momento de mi carrera en el que por mí mismo sé lo que tengo que mejorar. Ahora se trata más de saber que es lo que quiere de mí. Si pretende que tire más triples, tiraré más triples. Si quiere que juegue más en defensa, jugaré más en defensa. Si quiere que vaya fuerte al rebote, cogeré más rebotes. Pero ahora mismo está observando y tratando de conocerme un poco mejor.

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– ¿Cómo ve la Euroliga este año?

– Emocionante. Cada vez hay más nivel. Tengo ganas de ver qué va a hacer el Partizan con sus fichajes. Han cambiado casi todo el equipo y allí tengo a dos de mis mejores amigos, Brandon Davis y Frank Ntilikina. Seguiré sus pasos.

– ¿En qué puesto acabará el Baskonia la fase regular Euroliga?

– Lo más realista sería situarnos entre el séptimo y el décimo puesto. Creo que somos un equipo que juega bien. Aún lo podemos hacer mejor, pero para acabar más arriba ante los equipazos que hay tendríamos que jugar perfecto cada partido, que no hubiera lesiones… Es difícil no dejarnos algunos partidos con todos los que hay. Pero vamos a jugar muy bien en equipo y estaremos en la lucha por el 'play off'.

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La realidad del deporte galo

– Debuta París en la Euroliga. ¿Por qué nunca ha habido un equipo francés bueno?

– No creo que sea un problema solo del baloncesto. Si miras a Francia, nunca ha sido una buena liga de fútbol, nunca ha sido una buena liga de balonmano, ni de baloncesto... Nunca ha habido un equipo dominador. La razón creo que es porque desde el punto de vista económico no tiene sentido. Parece que nadie le ve rentabilidad a invertir en ello. Y ahora el deporte tiene un componente importante de negocio. Si te fijas en los mejores jugadores del país, ninguno de ellos juega en Francia. Lo mismo para el balonmano. Ninguno, quizá el PSG, pero no todos juegan en París. Algunos en Hungría, otros en España. Así que creo que es el mismo problema para todos y para todos los jugadores.

– ¿Qué cree que va a significar Wembanyama en el baloncesto?

– Probablemente uno de los mejores del mundo. Todavía tiene que mejorar mucho y superar malos momentos, que los habrá, pero tiene potencial para marcar la próxima década.

– ¿Cómo valora la larga etapa de Vincent Collet al frente de la selección nacional francesa?

– Gran éxito. Cuando miras atrás, creo que tuvo un porcentaje de victorias del 72%, creo que 14 medallas. No hay nada más que decir. Me dolió perderme los últimos campeonatos, el Mundial, los Juegos Olímpicos, pero al final lo entendí.

Inicios

«Hice fútbol, tenis y natación. Pero me enamoró el basket y crecí 15 centímetros en un año»

– Nació en Cannes. ¿Se le pasó por la cabeza ser actor y no jugador de baloncesto

– (Risas). Pues no lo sé. Cuando tenía seis años, intenté jugar al fútbol. Estuve dos años. Luego hice natación y un poco al tenis. Y cuando empecé a jugar al baloncesto, me enamoré. El interés por el festival llegó después pero solo como distracción. Salíamos de clase en el instituto e íbamos a ver qué había en la alfombra roja, a sentir las vibraciones de allí.

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– ¿Qué es lo que más recuerda de su infancia?

– Tenía una habitación con muchos posters pegados en las paredes. Tenía a Paul George, seguro. A Kobe Bryant, Allen Iverson. Y probablemente, a Shaquille O'Neal y LeBron James. Jugadores americanos porque veía sus 'highlights' y por lo que digo, que en Francia no había una liga potente.

– ¿Quién era su ídolo?

– Paul George. Bueno, de pequeño me encantaba ver vídeos de Tracy McGrady. Pero luego ya, Paul George. Hace de todo y con elegancia.

– ¿Desde pequeño destacaba por la altura?

– No tanto. Al principio, del tamaño de un base. El primer año de instituto medía 1,80. Y no crecí demasiado. Como mucho cuatro centímetros. Pero en verano, de pronto ocho. Pasé a 1,92. Y luego durante el curso, otros seis o siete centímetros. Crecí como 15 centímetros en un año.

– ¿Qué momento de su carrera volvería a vivir si se le diera la oportunidad?

– Probablemente una de las mejores sensaciones que he tenido en una pista fue cuando anoté el triple final contra Eslovenia en los Juegos de Tokio. Puse al equipo cinco arriba y luego nos anotaron otro triple. Nosotros fallamos en el ataque y al final se acabó con el tapón de Batum a Prepelic. Pero el triple también hizo llegar a la final. Me sentí que no podía parar de sonreír.

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