Samanic ganó el concurso de mates de la Euroliga júnior de 2017 Barça

Luka Samanic, «uno de los mayores talentos del Barça» que tardó en madurar

Mentores y conocidos del ala pívot relatan los vaivenes de la prometedora carrera que el croata pretende relanzar en el Baskonia

Jueves, 30 de enero 2025, 00:17

Luka Samanic (Zagreb, 2000) fue el primer jugador de los San Antonio Spurs nacido en el siglo XXI. Tenía 19 años y desde los 14 escuchaba que iba a ser una estrella y que iba a ganar mucho dinero. Un talento generacional que se embolsó ... alrededor de 12 millones de dólares en sus cinco años en EE UU, tres de ellos en la NBA, pero del que dicen que no logró corregir uno de los defectos que ya le observaron en su etapa en la cantera del Barcelona. «Siempre se le notaba mal cuando las cosas no le salían», recuerda Lubos Barton, uno de los asistentes del equipo júnior al que se incorporó en 2017. Siete temporadas después de su adiós a la Ciudad Condal, el club culé vuelve a cruzarse en su camino, ahora como rival.

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El croata no es un jugador cualquiera. Practicó diez deportes antes que el baloncesto. Fútbol, tenis, balonmano, 'breakdance'… «Todo eso me ayudó en la coordinación y la agilidad», evaluó antes de ser elegido en el Draft de 2019. Un ejemplo de precocidad. Apenas llevaba ocho años jugando con el balón naranja con el que su padre, Marko, labró 19 temporadas como profesional. Las últimas en Bélgica, Eslovenia y Alemania, los países en los que Samanic pasó sus primeros años. «Podría ser que fuera tan introvertido de joven por tanto traslado», valora el periodista Petar Zobac, del medio Germanijak.

Al igual que Mario Hezonja, el ala pívot azulgrana fue cadete en el KK Zagreb antes de fichar por el Barça. El exjugador Pere Capdevila le reclutó tras despuntar en el prestigioso Eurocamp de Treviso. «Era una mezcla de atletismo, fluidez, manejo de balón e instintos en la pista», describe Barton. «De los más talentosos que han pasado por la cantera», asegura el checo. «Destacaba mucho», repasa Alfred Julbe, su entrenador en el filial en su segundo y último año en Cataluña. «Lo empezamos a sacar en LEB Oro, pero tenía en la cabeza la NBA», recuerda el ahora técnico de cantera del Sant Feliu de Guíxols, que prefiere no valorar cuál es el mejor encaje de un jugador que sabe «hacer tantas cosas diferentes». Hasta ganó dos concursos de mates de júnior. Tavares ha sido la última víctima de su innata condición atlética.

«Su tiro exterior siempre ha sido muy 'streaky' (racheado)», observa Barton de una mecánica veloz, capaz de lanzar tras recibir sin apenas bajar el balón. «Podía meter muchas seguidas y de repente quedarse helado. Siempre le he visto más como un atacante de uno contra uno», piensa el exalero del Barça y Joventut. Aunque su mayor deficiencia parecía tenerla consigo mismo. «Espero que con la edad y experiencia su mentalidad haya mejorado. Seguro que lo va a necesitar para compaginar la ACB y la Euroliga».

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La gestión emocional, un apuro

La carrera del prometedor interior croata ha estado marcada por los vaivenes. De equipos, de rendimiento y de gestión de sus emociones. De enfurecerse ante una serie de fallos reiterados a aprender, golpe a golpe, a manejarse mejor ante la adversidad. El salto a la NBA desde el Olimpija Ljubljana no colmó las expectativas de los Spurs. «En un partido contra nosotros no corrió para atrás después de fallar un tiro y Pop (Gregg Popovich) lo mató», evoca el exazulgrana Neven Spahija, por aquel entonces asistente de los Grizzlies. Directo al banquillo y cortado a los dos años de los cuatro que tenía firmados.

Samanic volvió a entonarse en la Liga de Desarrollo, en los filiales de los Knicks y los Celtics. «El segundo mejor Luka del mundo», llegó a titular el medio GTV Hoops, especializado en la G-League norteamericana. Alternaba los elogios con las sesiones de gimnasio que antes desdeñaba. Ganó 20 kilos de músculo con respecto al peso con el que llegó, detalla el redactor Petar Zobac. Y le llegó de nuevo la oportunidad. «Su forma de abordar el juego es completamente diferente», explicó Will Hardy, su entrenador en los Utah Jazz, donde el balcánico hizo buenas migas con Ömer Yurtseven (Panathinaikos).

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«Creo que Luka es la primera persona en decir que no manejó bien las cosas… Su juventud se notaba y a veces era un poco inmaduro. Nunca ha sido un mal tipo, pero creo que no manejó las dificultades tan bien como lo hace ahora», expresó el técnico después de que el croata firmara cuatro partidos seguidos con más de diez puntos. «Pero le faltó consistencia. Ese fue su mayor problema», considera el periodista croata.

Sin hueco el pasado verano en la NBA, fichó primero por un Fenerbahce con el que «entrenaba bien hasta que se marchó», recuerdan. «Tuve algunos asuntos personales en casa de los que tuve que hacerme cargo», explicó en su presentación con el Baskonia. Antes se rodó con un puñado de duelos con Croacia y la Cibona. «El entrenador y el seleccionador me dijeron que solo le faltaba ritmo. El talento lo mantiene», dice Zobac. Samanic solo necesitó dos entrenamientos para marcar diferencias a las órdenes de Laso. Mientras trata de entender todos sus sistemas, se exprime para aprender por fin castellano, se arrima a Raieste y Jaramaz para hacer planes, además de con su pareja, y busca rivales en los viajes para jugar al ajedrez. «Vitoria es un gran lugar para acabar de desarrollarse. Solo necesita sentirse importante», culmina Spahija, amigo de su padre.

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