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iván benito
Martes, 11 de mayo 2021, 00:37
Luca Vildoza (Mar del Plata, 1995) recobra sus pulsaciones. Tras una semana frenética, «con el teléfono a punto de reventar», el argentino empieza a asumir ... que va a cumplir su sueño. Aún en Vitoria, todavía no sabe cuando viajará a Nueva York, por lo que aprovecha para despedirse de los muchos amigos que ha hecho. «Vine solo y me voy queriendo mucho a la ciudad». Aquí dejará al perro, para garantizar una visita, y a un Baskonia que cree que volverá a dar «resultados que nadie espera».
–Sáquenos de dudas de lo que pasó en el descanso en Murcia.
–Llevaba casi dos meses con el pie mal. No podía saltar para tirar ni hacer grandes cambios de dirección, que es donde más suelo sacar ventaja. Y aquel día se juntó todo. A mí me dolía más de la cuenta y el equipo, que venía triste por la eliminación de la Euroliga, sufrió una derrota en la prórroga. Si bien en Murcia no se explicaron bien las cosas. Yo cuando llego al vestuario me quito la zapatilla porque ya no aguantaba más y les digo a los médicos que ya no podía más. Dusko se entera en el campo y quizás se lo tomó como una ofensa de que no quería jugar porque estaba frustrado por la derrota.
–¿Lo hablaron después?
–No, son cosas que quedan en el momento y no necesitaba que me aclarara nada. No se lo reprocho. Con Dusko tuve una relación que igual ningún vitoriano cree, pero me deseó lo mejor y le noté con un brillo en los ojos y más feliz que yo. Me sacó un jugo que no pensaba que tenía.
–¿Le molestó que el club no aportara un parte médico público para deshacer cualquier especulación?
–El tema es que yo no tenía una lesión como tal. Eran dolencias que me impedían rendir al máximo nivel y requerían unos días de reposo. Desde las ocho o nueve de la mañana que me despertaba convivía con un dolor en el pie, tomando antiflamatorios constantemente, y necesitaba el descanso que tuve luego los días posteriores. La semana después del partido ante el Burgos ya me sentía bien y me hubiera reincorporado a los entrenamientos si no hubiera llegado el covid.
–¿El interés de los Knicks ya había llegado antes del partido de Murcia?
–No, yo ahí no sabía nada. Mi agente no me había contado nada y creo que hablaron con él la semana siguiente. Cuando llegó la oferta concreta fue cuando estábamos aislados y se empezó a analizar y tomé la decisión de aceptarla.
–¿Tuvo algo que ver para que el Baskonia haya retenido tus derechos en Europa?
–Era algo que estaba firmado desde el contrato inicial. Yo no tuve dudas en aceptarlo al inicio porque fueron los que me dieron la oportunidad de mostrarme y ahora cumplir mi sueño. Yo no puedo garantizar que vaya a regresar, pero ojalá la vida me lleve por buen camino y me vaya bien en la NBA.
–¿Le preocupa la poca de sensibilidad que hay en la NBA con el jugador y el hecho de tener solo un año garantizado?
–No, voy a medirme a la mejor liga mundial y voy a trabajar para competir a su nivel. Si va mal está claro que volveré a Europa, pero aunque tenga que ser así tampoco lo veré como un fracaso. Uno si se queda estancado en la zona de confort no logra progresar. Yo quiero buscar mi techo y creo que estaba un pasito más allá. Si no, Vitoria ya me ha demostrado donde puedo ser muy feliz.
–Antes de arrancar la temporada comentó que quería demostrarse que podía ser más regular. ¿Lo ha hecho?
–Me parece que sí, sobre todo en partidos donde tenía que aparecer. En los últimos no rendí al nivel que necesitaba el equipo y era mejor parar. Hice lo que pude, pero en los partidos que yo sentía que estaba bien físicamente, creo que rendí bien. Creo que mi temporada fue buena. Sé que la regularidad es mi déficit, pero sí creo que este año mejoré mucho. La experiencia me irá haciendo mejor jugador.
–¿Cómo cree que le recordará la afición en unos años?
–Creo que muy bien, he recibido muchísimos mensajes de cariño estos días. Voy a extrañar que la gente me pare y me salude por la calle. Me hicieron sentir especial. Seguro que en Nueva York no me conoce casi nadie (rie). Puedo entender que se hayan sentido molestos por irme a mitad de temporada, porque la misión de ellos es mirar por lo mejor para su equipo. Los jugadores somos profesionales y como cualquier trabajador buscamos lo mejor para el día de mañana.
–¿Cómo ha visto al equipo en los últimos entrenamientos?
–Noto que en el exterior se ha venido abajo la ilusión, pero creo que no debería ser así. La incorporación de Colom es muy buena, tiene mucho talento. Y creo que el equipo puede resurgir. Con los que entrené los ví bien, el problema es los que están fuera. Se ha visto que es difícil volver de la enfermedad, pero estén seguros que Dusko exprimirá al máximo a los que tiene y acabarán dando resultados que nadie esperaba. Yo seguiré suscrito a todas las plataformas para animarles. Me he sentido muy respaldado por todo el club desde que comuniqué mi marcha.
–Escribió una emotiva carta de despedida. ¿Qué se le venía a la cabeza en ese momento?
–Los cuatro años en Vitoria. Pensaba en el que día que llegué, con todos mis miedos por salir de mi zona de confort. También el día que ganamos la liga, que parecía que estábamos en el cielo. Los momentos de lesiones en los que la gente que tenía alrededor me hizo sentirme muy querido. Vine solo y me voy queriendo mucho a la ciudad.
–¿Esperaba tener este sentido de pertenencia?
–Para nada. Me costó muchísimo salir de Mar del Plata y pensaba que sería imposible encontrar un lugar del que sentirme parte. Yo he tenido la suerte de hacerlo a la primera. Con un papel clave de la dirigencia del club, que me lo ha dado todo, no solo en lo deportivo, y eso lo valoro mucho.
–Todo esto va a ser más difícil en una ciudad como Nueva York.
–Sí, creo que todavía no soy consciente de ello hasta que no lo viva. Hay demasiada diferencia, pero en Vitoria he aprendido a adaptarme a cualquier situación. Desde fuera parece que Nueva York es un caos, pero también es de las mejores ciudades del mundo.
–¿Es coincidencia que los tres que os marchéis a mitad de temporada seáis argentinos?
–Creo que sí. Entiendo que es algo raro marcharte a mitad de año, pero a los tres se nos ha presentado una oportunidad única en la vida. Yo la quería aprovechar, como ahora a Bryant el de Maccabi. Por el horario, para los argentinos es más fácil volverse loco con la NBA. Yo de pequeño no era un fan absoluto, han sido más estos últimos años, cuando te haces profesional y quieres llegar a lo más alto. Ahora me tendré que acostumbrar sabiendo que es muy difícil que juegue en lo que resta de temporada.
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