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Con pantalón largo que denota que el entrenamiento no ha sido muy exigente y tras mantener una conversación con muchas sonrisas con Beaubois. Pocas cosas se le resisten a Shane Larkin (Cincinnati, 1992). El coronavirus evitó que fuera distinguido como el mejor jugador de Europa. ... Casi tres años después, gobierna la Euroliga con dos títulos seguidos al lado de Micic, en un reparto de protagonismo que lleva con la misma modestia y generosidad con la que habla. El exazulgrana solo escatima palabras a la hora de hablar del caso de 'Henry' y se deshace en elogios con Howard.
– ¿Le recuerda a usted?
– Sí. Primero por el estilo de juego. Es increíble la velocidad con la que se cambia el balón de mano, con la que cambia el ritmo, con la que corre en busca del balón. También tiene un tiro increíble y, a diferencia de otros jugadores, es capaz de meter tiros desde muy lejos y desde cualquier ángulo. Y luego también me recuerda mucho a mi primer año por el impacto. Al principio, éramos unos desconocidos. Pero a los pocos meses, todos hablan de cómo tratar de defendernos.
– ¿Quién es mejor?
– (Ríe). Puede estar igualado. Honestamente, él lleva menos tiempo aquí. Eso creo que me da ventaja. Pero puede llegar a ser mejor que yo y convertirse en uno de los tres mejores jugadores en Europa.
– ¿Cree que Howard puede batir su récord de diez triples y 49 puntos en la Euroliga?
– Sí, seguro. Tiene mucha facilidad para anotar. El problema es que para lograrlo necesita que todos sus compañeros le busquen mucho. Yo aquel día empecé muy bien y al descanso ya me motivaron que haber si lo lograba. Y era un partido que teníamos la ventaja suficiente para centrarnos en ello. Luego, necesita jugar más minutos para hacerlo. A veces enseguida comete varias faltas y el entrenador tiene que llevarle al banquillo. No es fácil, se tienen que juntar muchos factores, pero él puede.
– ¿Y usted, puede volver a ese nivel?
– Sí, claro que sí. Ahora vengo de un tiempo sin jugar, necesito coger algo de ritmo. Pero me encuentro bien físicamente.
– Cuénteme qué recuerdos tiene de Vitoria.
– Fuera de la pista, muy buenos. Dentro, un poco amargos. Me acuerdo mucho de los partidos ante el Madrid. El de la Copa del Rey… podíamos haber ganado aquí en casa, con nuestra gente, pero se nos escapó por los pelos. Después de la NBA y la Euroliga, la ACB es la mejor liga del mundo. Me encantó su competitividad. Y luego la Final Four aquí que se nos escapa, que me encontraba muy bien. Aunque aquello fue con el Efes.
– Y de los de fuera de la pista, ¿qué puede contar?
– (risas). Lo pasé muy bien. Teníamos muy buena química en ese vestuario. Me llevaba muy bien con Rafa Luz y Jaka Blazic. Íbamos mucho a cenar, a dar vueltas por el centro. Tenía una vida que me gustó mucho pese a que al principio pensaba que igual me costaba adaptarme al ser mi primer año lejos de Estados Unidos. Y ahora, sin embargo, estoy encantado en Europa y no me quiero ir.
– En el Baskonia todos los ataques pasaban por sus manos. Sin embargo, en el Efes se han adaptado a jugar con dos bases. Micic y usted. ¿Es la mejor fórmula para ser campeones?
– Creo que no hay una fórmula específica. Mire los rivales que hay. El Olympiacos es tremendamente diferente a nosotros y me parece que van a ser uno de los favoritos. Vezenkov, que no tiene mucho el balón, está siendo de los mejores jugadores. El Madrid es muy alto, muy físico. Tavares lo condiciona todo. Ellos también pueden ganar. Luego, el Barcelona tiene a Mirotic, que es más importante que los bases. El Baskonia, que este año me gusta mucho, sí se parece más a nosotros y por eso el partido de hoy va a ser muy divertido. Nosotros, lo que hacemos es ir elevando nuestro pico de forma para llegar a mayo en nuestro mejor momento. Ya nos ha salido dos veces bien y vamos a por la tercera, este año creo que con mejor equipo.
– Ahora que son los vigentes campeones, ¿tiene menos presión y disfruta más del juego?
– No, especialmente. Yo siempre he disfrutado y lo sigo haciendo. Estos meses sin jugar no lo he pasado bien. Pero yo me meto presión a mí mismo porque lo que quiero es ganar. No me importa tanto mis cifras si ganamos el partido.
¿Después de la retirada?
– Vamos al verano de 2017. Si no llega la oferta de los Celtics, ¿hubiera jugado en el Baskonia o en el Barcelona?
– Hubiera sido una decisión muy complicada. Hanga, uno de los mejores jugadores del Baskonia, se fue al Barça. Sito Alonso, con el que mantengo una muy buena relación, se fue al Barça. Barcelona me parece una ciudad increíble. Me han hablado muy bien de ella. En el Baskonia había muchos cambios pero yo estaba muy feliz. Tenía buenas sensaciones. La verdad, no sé qué hubiera decidido.
– Desde entonces, parece que le motiva jugar contra el Barcelona.
– Pero solo porque es un gran equipo y nos toca muchas veces (ríe).
– ¿Hay algún día que en el caos de Estambul eche de menos Vitoria?
– Sin duda. Es lo peor que tiene. Vitoria para eso era magnífica. Pero estoy muy bien en Estambul. Una vez te acostumbras, es una experiencia única.
– Sigue llevando el número cero. ¿Lo hace porque se sigue sintiendo subestimado como dijo en su presentación como azulgrana?
– No, aquí en Europa ya no. Se me respeta mucho, pero llevaré el cero siempre que pueda para sentirme con los pies en el suelo.
– ¿Qué se siente al ser el jugador favorito del hijo del entrenador?
– (Sonríe). Es un placer. Sarp (12 años) es un chico fantástico, pasa mucho tiempo con el equipo y como yo llevo ya unos cuantos años, pues tenemos una gran relación. Es genial. También me pasa con muchos otros niños de la ciudad. Me siento muy querido.
– Ataman dijo que el Efes podría clasificarse para los Play off de la NBA. ¿Cuántas victorias cree que lograrían?
– No es fácil de decir y no hay referencia, por lo que me podría equivocar. Dependería de que en Conferencia estuviéramos, rivales, lesiones… Pero creo que este año, que tenemos a Clyburn, hemos fichado a Zicic, que también jugó allí, alguien muy físico como Amath (M'Baye)... Creo que entre 25 y 30 victorias sí podríamos conseguir.
– Después de irse del Baskonia desveló que de joven tuvo el TOC de lavarse las manos continuamente hasta llegar a sangrar. ¿Cómo logró superarlo?
– Bueno, no fue nada fácil. El baloncesto me ayudaba porque el tocar la pelota durante tanto tiempo, llenos de sudor, resbalar por el suelo… ahí no me acordaba. Era fuera de la pista cuando todo me parecía estar sucio. Pero con la ayuda externa y la desconexión del baloncesto, lo fui logrando. Al principio me frotaba las manos ocho veces, luego ya solo cinco y así hasta hacerlo solo cuando es necesario.
– Este año va a cumplir 31 años. ¿Ha empezado a pensar a que se va a dedicar cuando se retire del baloncesto?
– No lo tengo muy claro. Creo que aún jugaré unas cuantas temporadas más, así que no pienso mucho en ello. Lo que tengo decidido es que el primer año me lo tomaré sabático. Iré recorriendo Europa viendo partidos de Euroliga desde las gradas, porque me encanta la pasión con la que viven el juego. Eso me gustaría sí. Creo que pasaré tiempo en Europa y también en Estados Unidos. No sé dónde viviré fijo. España me gusta mucho, me parece un país muy confortable. Ya veremos.
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