De la sobredosis por cocaína en un burdel a ejercer de coach emocional
Baloncesto ·
Tras salir por la puerta de atrás del Buesa Arena pasó tres días en coma. Hoy es un hombre renacido. Hasta presenta un podcast sobre Los Angeles Lakers
Esa última raya de cocaína casi le mató. Le hallaron inconsciente en un burdel de Las Vegas. Era octubre de 2015, apenas año y medio después de abandonar el Buesa Arena por la puerta de atrás. Permaneció tres largos días entubado y en coma. ... Entre medias le sobrevinieron doce derrames cerebrales y media docena de ataques cardíacos. El cometa se apagaba. Casi para siempre.
El baloncesto dejaba de ser una opción. Los siguientes meses los superó entre médicos y expertos en desintoxicación. Poco a poco, el Lamar mediático se asomó. Peregrinó por webs y programas rosas estadounidenses, siempre con su –ya entonces inexistente– relación con Khloe Kardashian como enganche. Previo pago, dejó titulares supuestamente escandalosos. «Me he gastado 100 millones en drogas» o «Me he acostado con más de 2.000 mujeres».
Expulsado del universo Kardashian –llegó a protagonizar una lucrativa serie de telerrealidad con Khloe–, pronto no le quedó nada más que contar. Su estela se circunscribió a Los Angeles, la ciudad donde reinó tanto en los Clippers como en los Lakers.
Con el cartel de renacido –etiqueta que gusta sobremanera al otro lado del Atlántico–, el exjugador viró definitivamente hacia el mundo de la imagen. Tejió redes en Hollywood, captó a famosos de segunda, estrellas de realities principalmente, y fundó una agencia de representación. También es el reclamo de una fundación de tratamiento de adicciones con la que ofrece charlas motivacionales a cambio de una «compensación», eufemismo para exigir un pago. El 11 de mayo hablará en Las Vegas, el lugar que marcó un punto de inflexión en su trayectoria vital.
Presume en sus perfiles de ser el director de operaciones de una inmobiliaria para jubilados. También pone cara, y sobre todo sonrisa, a una clínica dental especializada en blanqueamientos. Cabe recordar que tiene varios hijos que mantener y una cuenta bancaria estrujada por su pasado salvaje.
Probablemente su motivo de mayor orgullo sea un podcast que cuelga regularmente en redes sociales sobre los Lakers. En él da rienda suelta a su amor más consistente y duradero, y el que más alegrías le dio. Lo mismo convoca a su querido Pau Gasol para plantearle un trivial sobre asuntos baloncestísticos –estuvo a mediados de esta semana– que se dedica a glosar a su «hermano» desaparecido, el recordado Kobe Bryant.
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