El Euromillones del viernes: comprobar resultados del 31 de enero

El impecable recorrido del Baskonia por el último tercio de la liga regular de la ACB, solo ensombrecido por su derrota frente al Joventut de Badalona, ya le mostraba preparado para afrontar con solvencia el tiempo de los play off por el título. Y lo ... demostró en el primer partido de la serie ante un buen Valencia en La Fonteta de San Luis. Fue un enfrentamiento del perfil esperado: intenso, exigente y emocionante. No defraudó. Tanto los pupilos de Joan Peñarroya como los de Neven Spahija, generosos en el esfuerzo y con acciones plenas de calidad, no decantaron el resultado hasta el último instante. El 79-80 fue la recompensa para quien dominó el marcador más tiempo. Pero tampoco hubiese extrañado una victoria taronja a poco que el bando local hubiera aprovechado sus oportunidades.

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Pasaron muchas cosas. No fue un partido de pequeños detalles ni mucho menos plano. Por encima de todo fue exigente. Había motivos en los dos conjuntos. Inicialmente, el Baskonia, con su mejor equipo titular en pista y un buen plan de juego, se movió con más seguridad. Su dominio de los tiempos le permitió liderar el resultado, que al descanso marcaba un 35-43 favorable a sus intereses. Todo un aviso de que iba en serio.

La segunda parte vino marcada por un cambio de perfiles. Los valencianos modificaron su dinámica, todo se endureció y paso a paso remontaron hasta ponerse 77-75 a tres minutos de la conclusión. Un instante para otro partido.

La tendencia del juego parecía indicar que los de Peñarroya culminarían la remontada Pero el Baskonia demostró su confianza, su recuperado gen competitivo y la calidad y frialdad de Baldwin para recobrar vida cuando más lo necesitaba. Todavía quedaban unos segundos apresurados donde nadie encontró cómo dar la vuelta a lo que marcaba la inercia.

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El Baskonia no se haría un favor si desprecia a un rival de tan notorio valor

Los play off son un tiempo de juego especial, donde por encima de la táctica está la preponderancia del jugador. Los movimientos tácticos se basan más en detalles que en conceptos absolutos. Es un tiempo de baloncestistas con carácter, los que a la postre decantan los resultados, dispuestos a tomar decisiones valientes y arriesgadas que ayudan a ganar.

En general, los planteles llegan trabajados y preparados para competir, para que cada jugador pueda dar lo mejor de lo que sabe hacer y el mayor número de veces posible. No hay tiempo para inventos; lo que se aplica ya se ha hecho antes. Por eso es justo resaltar el trabajo de Spahija. A contracorriente ha dotado al Baskonia de orden y personalidad; no hay dudas en saber dónde está cada jugador, qué se espera de él y los criterios de cómo jugar juntos.

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Luego se podrá ganar o perder los encuentros, pero la evolución competitiva de este equipo no es ni parecida a lo que ofrecía cuando llegó el entrenador croata. Desde luego para mejor. Y eso que el ambiente se empeña, no sé por qué extrañas razones, en no acompañarle.

De momento, los azulgranas, cambian la inercia del cruce de cuartos de final por el título de la ACB. Una segunda victoria el sábado sobre el Valencia en el Buesa Arena les conduciría a las semifinales, ahorrándose otro viaje a Valencia, un sueño antes de comenzar la eliminatoria. No va a ser una tarea sencilla, mas bien todo lo contrario. No podemos obviar que actualmente la ventaja es azulgrana (0-1) y que en una serie al mejor de tres partidos convierte en favorito al equipo capaz de arrebatar el factor cancha.

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La estadística dice que el 60% de las eliminatorias que se iniciaron así finalizaron con el triunfo del que dio primero. También que en este instante el futuro está en manos del Baskonia, pero no se haría un favor si desprecia a un rival de tan notorio valor. Que al final -permítanme la expresión- hasta el rabo, todo es toro.

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