Otra vez las dudas

No tengo la sensación, y creo que compartiremos usted y yo la misma opinión, que en Milán, este término del 'bien empleado' se haya dado en los últimos tiempos, al menos en lo que a la Euroliga se refiere. Armani Milán acumula 54 jugadores en los 5 años que lleva Ettore Messina al frente del equipo, casi a una plantilla completa por curso. Es cierto que el mercado se mueve con alta vertiginosidad pero no deja de sorprender que semejante trajín de nombres no encaje en lo de 'bien empleado'.

La apuesta de este año en Armani Milán es de nuevo la de unir juventud con experiencia, calidad con ambición y talento individual con compromiso colectivo, con una clara orientación física tanto en altura de sus jugadores como en músculo interior, que compense el equilibrio ataque-defensa. Dimitrijevic, Bolmaro y Caruso junto a Causeur, Shields, que no estará hoy en el Buesa, y Mirotic pueden encarnar estas duplas que pretenden diseñar un equipo que tenga tantas alternativas como circunstancias se den en un partido. Pero, como el año pasado, tantas posibilidades no garantizan el resultado positivo esperado.

Más bien lo contrario, a día de hoy, Armani Milán en este mar de dudas en el que se encuentra, mira con atención a sus salvadores, Shields y Mirotic, para encauzar un inicio de temporada con poca intensidad, altibajos de grandes dimensiones y sobre todo críticas, incluso internas, a la propia configuración. Se duda de los bases, se duda del físico del interior y se teme que las lesiones lastren a sus mejores jugadores.

El baloncesto europeo tiende hacia un juego cada vez más veloz que busca situaciones con ventaja lo antes posible para poder sacar el máximo rendimiento a la mayor rapidez. Es más frecuente ir a partidos con más posesiones, y eso que la intensidad en defensa sigue ascendiendo, pero los equipos tienden en general a más normas que no a estructuras fijas del juego. Es lo que sorprende de este Milán, y sorprende desde lo técnico-táctico que Ettore Messina trate de establecer unas pautas de juego que parece que coartan más las tomas de decisiones de sus jugadores frente al movimiento preciso en cada momento.

Quizá sea aquí donde radique una de las dudas de este equipo, que se torna en un inicio de temporada europea, pobre hasta el momento, de resultados. La calidad en el juego de hoy no solo se mantiene en figuras individuales solventes; en especial Mirotic, Shields, Causeur, el recién llegado Brooks, o el interior con McCormack. Necesita además de ese equilibrio entre la defensa más agresiva, unas transiciones más efectivas y la búsqueda de las ventajas en las posiciones adecuadas. A Milán le está costando encontrar respuestas en todas las facetas del juego. Tanta novedad le penaliza, de la misma manera que puede ser probable que tengan ese partido donde se alineen todas sus intenciones y puedan sacar del campo al rival. Pero de momento son las dudas las que más atemorizan al equipo, y aunque quede temporada aún por transitar, conviene resolverlas cuanto antes les sea posible.