Un sólido agazapado

Con Estrella Roja -oficialmente el impronunciable Crvena Zvezda- sucede algo similar. Su trayectoria, con balance positivo hasta la fecha, deja entrever que está en ese estado donde le permite competir de tú a tú en la mayor parte de los encuentros y, además, que en muchos de ellos se ha convertido en un contendiente francamente difícil de abordar. Con estas dos características, podría aventurarme a decir que no rondará lejos de esos puestos que acceden al privilegio competitivo de esta Euroliga, más bien lo contrario.

Dejando al margen apuestas presupuestarias, lo que Estrella Roja nos muestra es que sigue la estela de aquellos equipos que se describen desde el equilibrio completo en el campo. Consiguió atajar la posición de base con suficiencia y con las virtudes de Miller-McIntyre y Dos Santos, para acompañar al virtuoso Teodosic; logró fijar el tiro exterior de Canaan y Nedovic con la figura de Kalinic en el 3 para equilibrar precisamente espacios y potenció su juego interior no solo para seguir siendo el típico equipo serbio con talento exterior sino para hacer que la zona sea un espacio igual de importante tanto en defensa como en ataque, con la llegada de Petrusev y las aportaciones de Bolomboy, Daum, Mitrovic y Dobric.

En ese estado agazapado, como la naturaleza felina, observa a veces a su rival, lo introduce en esa solidez que te aporta saber que siempre hay una pieza de su quinteto que encajará el bloque en el campo, sin importar su posición, y se lanza a por el equipo contrario llevándole a terrenos donde se evidencian sus debilidades.

Tiene 'algo' este Estrella Roja que obliga a anticiparte a sus reacciones y propuestas de juego en el campo para no dejarte llevar en una tela de araña táctica con diferentes alternativas. Puede acompasar el ritmo del encuentro a un cómodo vaivén del 5x5 para después lanzarse con vertiginosidad en campo abierto, puede obligarte a proteger la zona de sus interiores rocosos para atacar sin piedad desde la línea de 3 y puede exigirte un esfuerzo físico mayor y poco frecuente en ataque porque su defensa sube espacios hasta casi sacarte del medio círculo de los 3 puntos para buscar espacios que son a veces sombras oscuras sin luz para tomar decisiones veloces.

Tiene un punto débil: su tendencia a ser un tanto individualistas como respuesta de impulso ante tanto equilibrio, tanta solidez y tanta corrección en su juego. Este punto desespera lógicamente a Sfairopoulos que sabe de la dificultad de conformar y construir bloques que sujeten los esfuerzos de cada equipo y el mantenimiento de esa identidad de siempre en Belgrado.

En ese momento apuesta por justo lo contrario: solidez, dureza e intensidad, y versatilidad y espacios bajo los mandos sobre todo de Miller-Mcyntire y Kalinic, especialmente, junto a dos interiores versátiles en el campo. Desde ahí esperan recuperar su identidad rocosa para hacer de cada posesión un escalón más en ese equilibrio sólido y bloque colectivo que tanto pregonan.