Dicen quienes saben de obras y reformas de las de ladrillos, cemento y demás, que lospilares nunca se deben tocar, y si es obra nueva es obligado empezar por ellos. A partir de ahí, es desde donde comienza a hacerse realidad el resultado final de ... la obra, tome la forma que tome, sean planos sencillos o imaginativos a más poder, los pilares sustentan siempre al resto de la estructura y formas variadas.
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La competencia en Estambul es tan evidente que hizo daño por este lado de la ciudad que su equipo, Anadolu Efes, fuera eliminado del Play-in de la Euroliga, mientras Fenerbahce, al otro lado, competía por la Final Four. Cierto es que Efes tuvo altibajos tan sorprendentes que llegaron justitos al play-in a pesar de una plantilla que proyectaba esperanzas de máximo éxito. Así que para esta temporada el intento sigue intacto, mantener sus pilares es tan básico como reforzarlos con nueva energía y solidez, la que faltó el año pasado, además de cierto criterio en su juego, que se tornó irreconocible en aquel Efes que maravillaba a quienes disfrutamos de este deporte más allá de los resultados.
A Larkin, Beaubois, Bryant, Thompson, Willis, Oturu, Osmani, se les une la intensidad de Nwora y Johnson, junto a la solvencia de Smits y Poirier, para recordar que en este juego de bases se necesitan sobre todo postes para que brillen juntos, y un tercer exterior que permita interpretar cuándo se necesita jugar por fuera o cuándo cargar el juego por dentro. Tomislav Mijatovic, su entrenador, ya modificó comportamientos y movimientos cuando llegó a mitad de la temporada pasada, y su equipo lo notó. Así que este año decide seguir por un camino donde de un lado la manija cae en manos de Thompson, a su lado un Bryant más convencido que nunca, a Poirier que quiere demostrar que puede ser ese cinco titular que brilló precisamente porVitoria-Gasteiz, junto a una de las sorpresas para mí de lo que llevamos de temporada, Nwora.
Sobre 11 jugadores construye Mijatovic a este Efes que tiene la mezcla de lo nuevo y lo conocido, como aquellas reformas que te recuerdan el lugar que ocupaste y el nuevo juego que llega a Europa con cierta similitud en varios equipos: hay talento suficiente, sí, pero se necesita una mayor capacidad física para que cada posesión se «viva» con la intensidad máxima que exige esta competición. Nwora es uno de esos jugadores que lo ejemplifica, sin tanta calidad como aquel Clyburn, pero con la mentalidad suficiente para poder co-liderar el juego exterior junto a Bryant, logrando que Darius Thompson tenga tantas alternativas en sus decisiones que hace a Efes tan impredecible como entonces. Beaubois sigue descorchando calidad, Willis es una rotación que interior que siempre cambia a una marcha más el juego físico, Osmani es ese 3-4, como Smits, que tan pronto es vertical como juega detrás de la línea de 3, como sube el balón o rebotea como un grande.
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La defensa de Efes ha mejorado más respecto al año pasado, aunque no domina tanto los aros como debiera, y es en ataque donde sigue su brillo con una laguna evidente: arriesga tanto que las pérdidas se convierten en su lastre, algo lógico en alguien que quiere recordar aquel equipo brillante de entonces, pero sin tanta frescura en su juego.
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