Dick Fosbury cambió por completo el estilo del salto de altura en el año 1968 y desde entonces su técnica fue adoptada por el total de las y los atletas. Fruto de ello es que el listón sube centímetro a centímetro, poco a poco, pero ... mucho más de lo que la técnica anterior veía poco menos como imposible. El listón representa el resultado final y la consolidación de una manera de afrontar el proceso para conseguirlo. El proceso.
El Real Madrid sigue empeñado en subir su listón de triunfador, ese que lleva años situándolo en lo más alto de las competiciones que disputa con una buena dosis de títulos en su haber. Cada semana en su cabeza, en sus ojos, en sus manos, en sus piernas y en sus cuerpos, esta identidad se somete a la prueba del siguiente partido para superar otro encuentro más, otro rival más, y seguir sumando conforme pasan las semanas. Ganar es la manera de entender el deporte sin cuestiones, y en otras muchas sin importar el cómo.
Chus Mateo sigue mirando fijamente a sus jugadores y lo hace incentivando este espíritu: alta exigencia, poca tolerancia al error, rendimiento inmediato y esfuerzo intenso para cada acción del juego. Sus jugadores lo han aceptado y abrazan el reto de seguir por esta senda. Probablemente el juego del Real Madrid no sea tan rico tácticamente, sin tantas opciones como hace apenas dos años, pero sí es más efectivo, más directo y más dirigido a explotar al máximo las virtudes de cada jugador, con lo que se logra el beneficio colectivo. No hay lugar para experimentos, es ser eficaz y eficiente porque haciéndolo de esta manera el camino hacia la victoria se vislumbra con mayor claridad.
Cuando el viento sopla a favor es fácil reconocer las virtudes de cada jugador. Es cierto que la plantilla del Real Madrid es probablemente la más talentosa y la de mayor capacidad de todo el basket europeo, lo que hace que este rendimiento esté asegurado. Pero no es menos cierto que cuando se producen las derrotas, más bien escasas, es cuando se ven las debilidades del equipo y también sus reacciones, en ocasiones muy desmesuradas.
Es importante detenernos aquí. Limitar la influencia de Edy Tavares da al rival mayor verticalidad al aro si lo alejas del mismo, igual que llevarle a una exigencia física más alta: sacarlo de la zona en defensa y obligarle a defender 1x1 de cara, correr la transición como hombre grande o atacar el rebote constantemente. Que Campazzo no pueda correr el campo o llevarle a zonas de inferioridad física, a defender varias posesiones seguidas desde el exterior, hace que se ofusque en sus decisiones y asuma que el partido es cosa suya con perjuicio para el resto de sus compañeros.
Ocurre con jugadores como Musa o Hezonja, que si bien han asumido la responsabilidad del esfuerzo defensivo, si el balón les llega en condiciones lejanas o bien se les lleva a movimientos donde les exija recorrer espacios en defensa y tratar de cerrar el 1x1, se muestran más vulnerables en su juego posterior. A Chacho Rodríguez, Rudy y Llull un ritmo acelerado les lleva a necesitar más pausas y, aunque sigan siendo referentes, cada vez les cuesta más tener el equilibrio y la intensidad necesarias en una competición tan fiera como es la Euroliga.
Pero es el Real Madrid y eso supone un esfuerzo extra más que el que sueles realizar. Un esfuerzo extra más que eleva el listón de la competitividad cuando las circunstancias no son a las que están acostumbrados. Ésta es su principal debilidad. Aunque el juego sea el mismo a veces se entiende de otra manera que no nos gustaría pero es preciso saber jugarlo de esta manera, elevando también el listón para hacer que surjan las debilidades.
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