Hacia la progresión y el desarrollo se llega pasando por la meta volante de la estabilidad. Se hace difícil de entender que quieras llegar a un sitio a toda velocidad salvo que tengas una extraordinaria ayuda de cualquier calibre. Más bien es poder crecer sabiendo ... que tus estructuras, incluso las mentales, pasan por un estado de cierta firmeza y seguro de las decisiones tomadas con anterioridad, las propias y no las ajenas.
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Al equipo que dirige LDLC Asvel no le habrá gustado mirar a la clasificación de las ediciones anteriores de la Euroliga y verse siempre en su parte inferior. Sus balances no son buenos pero lo es menos ese continuo ir y venir de piezas en su equipo que no acababan de fusionarse como debieran. No es ajeno a lo que sucede en otros proyectos, por lo que su decisión más firme fue la de ceder la dirección del banquillo a Pierric Poupet, para modificar una manera de ver el juego que bajo la anterior batuta de T.J.Parker estaba en entredicho. Este cambio surtió cierto efecto en la mentalidad y también en el estilo en la temporada pasada, así que para ésta la decisión en cuestión era «fácil»: que siga.
Tiene también Asvel una impronta que lo hace reconocible. No se deja llevar por el brillo de los euros, como en Mónaco, sino que prefiere que la estructura de su equipo tenga aires franceses junto al complemento de piezas con la ambición de ganarse un sitio en Europa desde una competición exigente, con una característica en común: el físico. Es algo inherente al deporte francés en general: la capacidad física de los cuerpos es clave para potenciar el posible talento futuro a desarrollar.
De esta manera llegan Harrison, Maledon, Schofield, junto a los más veteranos Sako y Black. Todos ellos, a la vista de estos primeros minutos, le han dado un salto más al equipo en el que coincide este deseo físico de los últimos años junto a una mayor calidad de juego, mayor capacidad de generarse sus tiros y una mejor manera de incrementar el juego global del equipo.
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En un equipo que, como es normal, la edad comienza a ser un hándicap en algunas de sus piezas como De Colo, Kahudi, Lighty, Jackson y Lauvergne, tener jugadores que complementen a esta experiencia su esfuerzo extra, hace que el colectivo avance con más garantías. Poupet además les propone una manera de jugar donde hay sitio para explotar esta velocidad y valentía, junto a esos matices que te dan las experiencias previas vividas en la competición. De esta manera no da tanto la sensación de que De Colo cabalgue solo en el exterior, que no haya tanta verticalidad fuera-dentro en Lighty o Kahudi o que a Lauvergne le cueste competir con jugadores más físicos y atléticos que él. El contexto que Poupet ha creado tiene la mezcla constante en sus quintetos donde hay alternativas suficientes en el juego para que el equipo pueda ser más sólido.
La intensidad defensiva ha aumentado más, la intimidación en los aros también pero sobre todo el juego en ataque donde emerge un Lee más vertical y líder, Maledon que tiene la desfachatez de un recién llegado, Harrison que busca el aro en cada momento, Lauvergne más inteligente en la ocupación de espacios tanto interiores como exteriores, De Colo que destapa su tarro de las esencias en cualquier detalle del juego y Sako y Black que de manera distinta, uno más liviano el otro más musculoso, que muestran lo diferente que puede ser el juego interior en un mismo encuentro. Si Lighty y Kahudi se suman al colectivo, Asvel tiene diferentes estructuras en el campo con lo que mejora su competitividad, que debería serle útil para mejorar a lo largo de esta temporada.
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