Baskonia

El Efes aprende a jugar al otro lado

El juego del Anadolu Efes tiene algo de esto, más desde que Tomislav Mijatovic ha sustituido a Erdem Can. Otra vez a vueltas con los cambios, pensará usted, pero es verdad que el Efes, por un lado, se ha liberado y por fin ha ampliado su mirada global de cada encuentro, compitiendo mejor de lo que venía haciendo hasta hace pocas semanas. Aquel 'flow' perdido que comentamos en el anterior encuentro no acaba de recuperarse del todo pero sí ha mejorado a una manera más colectiva de afrontar cada posesión.

Larkin es el faro que guía al equipo y la competición. Todas las miradas se centran en él, un tipo que quiere pasar desapercibido, tímido, que después, en un fogonazo, brilla por encima del resto como en un visto y no visto. Larkin atrae tanto que el resto de jugadores parece que no están cuando en realidad tratan de hacer lo posible para que pueda tener el espacio que necesita para que ese brillo reluzca más aún. Quizá sea esto lo que ha cambiado, porque el equipo era tan previsible que todo el mundo pensaba que Larkin amasaría todo el juego, con la dificultad que eso supone para él y para el resto, sin el resultado esperado.

Con Mijatovic al mando el equipo ha 'ganado' en dos aspectos del juego: mayor compromiso y agresividad en defensa, sobre todo desde el '1x1', y una mayor coralidad en ataque haciendo más grande el campo, mediante el pase entre jugadores, generando más espacios para que después la calidad y el talento individual de Larkin, pero también de Clyburn, Thompson, Beaubois o Bryant, hagan el trabajo final de anotar.

En un equipo diseñado para percutir desde el exterior, el riesgo estaba precisamente en ese desequilibrio fuera-dentro, y este riesgo, que fue realidad, también está siendo más controlado en este nuevo ciclo. Sus exteriores siguen comandando su rol principal: Thompson se acerca al que conocimos por aquí, Bryant se encuentra más cómodo, Clyburn ha visto que solo no podía ir a ningún lado e incluso Hollatz ha asumido ese rol de iniciador del juego para descargar a Larkin de todo protagonismo en todo momento. Sumen a esto que Willis y Osmani han encontrado su sitio de fuera hacia dentro, para, precisamente, dejar el centro de la zona libre o para el resto de sus exteriores o para que Pleiss y sobre todo Oturu y Jones puedan desplegar su físico atlético.

Hay algo que lo hace además más especial en estos momentos: no espere que las soluciones se den en los primeros segundos, no tratan de arriesgar tanto, pero sí le pido que mire siempre al otro lado del campo porque probablemente sea allí donde llegue en un momento el balón para que puedan tomar las decisiones correctas. Es probable que allí esté Shane Larkin, o Rodrigue Beaubois; quizá Darius Thompson mande el balón al otro espacio para que Tibor Pleiss finalice o que Derek Willis se aproveche de ello. Abrir la mirada es más interesante que fijarse solo en un único punto. Y esto es una enorme virtud que está desarrollando el Anadolu Efes de Mijatovic.