Más descaro joven en Berlín para recibir al Baskonia

EL Alba Berlin inicia esta temporada con el tópico bíblico del «año después de». Y es que se hace extraño ver a este equipo sin el amparo ni el saber-estar y saber-hacer de Sikma. Jugador franquicia, ejemplo, mentor de las promesas que salen de la academia de Berlín y experimentado como pocos; la influencia de Sikma en el Alba Berlín era de tal calibre que su presencia, o no, en el campo reflejaba la temperatura del equipo. Ahora que ni Sikma ni Lo siguen en el equipo, la solución encontrada en los despachos del Alba ha sido: «sigamos nuestro camino, apostemos por la juventud y el talento». Y añado, que sea el colectivo quien cubra las individualidades.

Porque el equipo que dirige Israel González mantiene su identidad a pesar de los nombres. Siguen el camino de jugar baloncesto, de enseñar a los jugadores a tomar sus propias decisiones por encima del '5 abajo', 'cuernos', 'puño lado' o palabros así; y de exigir a sus jugadores intensidad, concentración, ritmo, buscar al compañero mejor situado y «si tienes medio metro, tira». Esto que usted podría comprender como lo básico del baloncesto, le puedo afirmar que no es común. Cada día los equipos se parecen más, hacen las mismas jugadas, dejando para el scouting el análisis exhaustivo de la debilidad del equipo contrario para ser atacada. Alba Berlín es una excepción en este baloncesto sistematizado y estructurado al que nos están acostumbrando otros equipos.

La contrapartida a esta valiente apuesta es cierta falta de experiencia que se evidencia después en bajones de rendimiento y competitividad. A veces, Alba Berlín es tan fiel a su filosofía que no consigue contrarrestar arreones de sus rivales. Esta primera jornada, sin ir más lejos, Bayern les opuso su fortaleza física e interior hasta límites permitidos y ahí Alba no encontró respuestas ni alternativas a su juego que pudieran sacar provecho de su innegable calidad. Se ofuscó en su tiro exterior, llevó a pérdidas con demasiado riesgo e innecesarias y no supo proponer un ritmo que le permitiera competir de igual a igual.

No obstante nos encontramos a un equipo que se ha reforzado con nuevas dosis de talento adosado a juventud. Al base, la llegada de Samar y Spagnolo, dos jóvenes muy jóvenes que tienen el descaro en sus venas y buscan sus oportunidades constantemente. Brown es un nuevo escolta que sustituye a Smith, con mejor físico y mejores cualidades, que debería permitirle ser un alero peligroso si se acostumbra al juego europeo. Thomas es un tirador nato, el nuevo referente del equipo, que debe ser quien sustituya y complemente, ojalá, al «lesionado» Eriksson. Y Bean es otro recién llegado a Europa desde Estados Unidos, que tiene el futuro por desarrollar en un papel complicado si se le compara con Sikma.

A ellos se le une la veteranía de jugadores como el prometedor Procida, un alero a seguir de cerca, Delow que necesita consistencia, Schneider y Olinde que deben sacar partido de su movilidad y Thiemann, Nikic y Koumadje que deberán sostener el interior del equipo para proteger a todo el colectivo. Será un año complicado pero con su descaro siempre en primer lugar.