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La ACB retiró el pasado martes las camisetas de Jose Mª Margall (7), Jordi Villacampa (8) y Rafael Jofresa (5) colgadas del techo del Olímpic de Badalona. Para subsanar una mera decisión protocolaria, invitaron a las tres leyendas del Joventut a presenciar en primera fila ... toda la Copa. Repanchingado sobre su asiento, Jordi Villacampa (Reus, 1963) –17 años de jugador y 18 de presidente de la Penya–, se incorporara para atender a ELCORREO antes de la eliminación del Joventut.
– ¿Le extrañó la falta de competitividad del Baskonia en los cuartos de final del viernes?
– No me esperaba que cayera y menos de esa manera. El Baskonia tiene muy buen equipo y la temporada es muy larga, pero muchos jugadores no estuvieron a su nivel. No hay más. A ponerse las pilas. A veces al que es más débil psicológicamente le afecta el tener mucho que perder y poco que ganar. Para competir bien en la Copa, te tienen que pegar una hostia en alguna. Si mantiene el bloque, el Baskonia va camino de hacerlo.
– ¿Estos varapalos afectan para el futuro?
– No. Creo que la gente se viene muy arriba o muy abajo muy rápido. Para mí, es el mismo Baskonia que jugaba fenomenal. Un partido, pese a ser tan importante, no puede ser sintomático de que ahora todo sea un desastre. Si Peñarroya era el mejor hace díez días, hoy lo sigue siendo. Ahora tiene que trabajar para que no te pasen estas cosas. El Baskonia tiene el mejor equipo en cinco años. Incluso sin Henry, que entiendo que ha sido un chasco. Eché en falta a Hommes. Me parece buenísimo. Tiene una técnica que me hubiera gustado a mí.
– ¿Qué es una Copa en Badalona para una leyenda del club?
– Somos un club con más de 90 años de historia y hemos llevado el nombre de la ciudad casi por todo el mundo. Y por primera vez, abrimos la puerta de nuestra casa al torneo más mediático. Me gustaría que la gente se vaya contenta, vea que somos acogedores y que vivimos el baloncesto.
– Pero hay un ambiente un poco frío.
– Yo tampoco he ido mucho a otras si me he empapado mucho de las fiestas. Pero yo veo el pabellón bastante lleno. Creo que en otras ediciones el primer partido del jueves, el más difícil, creo que ha habido mucha menos gente que aquí. Pero creo que hoy estará lleno el pabellón.
– ¿Ha podido alejarse del baloncesto en estos seis años desde que dejó la presidencia del Joventut?
– Sí. Ahora solo voy a ver a mi equipo, a mi asiento y ver los partidos. Lo sigo porque ha sido mi vida, pero ya no estoy relacionado a nivel profesional ni veo mucho.
– ¿Cómo eran las Copas de los 80?
– Muy distintas. Pusimos la semilla para que ahora sea un torno muy importante. Antes no viajaban mucho las aficiones, había prestigio pero no es comparable. Ahora está muy bien y hay que hacerlo crecer si aún se puede.
– ¿Cómo recuerda el año que coincidió con Querejeta?
– No tengo mucha memoria porque fue mi primeros años. Recuerdo estar algo asombrado de su llegada porque venía del Madrid y no relacionarme mucho con él. No recuerdo si ya estaba enfocado a ser gestor y a todo lo que ha montado después, que tiene muchísimo mérito.
– Hay dos baskonistas que sí le marcaron: primero Manel Comas.
– El que me hizo debutar con 16 años. Confió mucho en mí y me vería algo. Más de lo que veía yo (risas). Y luego lo llevaron de presidente, así que tenía una gran relación con él. Una persona fantástica.
– ¿Y qué le supuso Herb Brown?
– Me enseñó que para ser buen jugador no puede ser que un día metas 30 y otro 5 o 6. Me ayudó a ser más regular y le tengo un gran afecto. Nos tenía locos tácticamente. Tenía mucho repertorio y fue un avanzado.
– ¿Se sigue sintiendo mediático?
– No, es muy generacional. Yo ya aporté mi granito de arena, pero creo que el baloncesto me ha aportado más a mí que yo a él. Me he esforzado al máximo y he ganado todos los títulos posibles, pocas veces pero todos. Lo gocé mucho, pero no fue solo cosa mía.
– ¿En qué que ha cambiado el baloncesto?
– Hay mejores atletas, de talento creo que más parecido, pero con tanto físico se reproduce de forma diferente. También a nivel tecnológico. Yo hay alguna temporada que no tengo estadísticas. Y ahora se puede hacer scouting. Viví toda la transición y echo en falta algo. La identificación de los jugadores con la afición. No hace falta que sean nacionales. Seguro que el baskonismo se identifica con Scola, Prigioni y ahora con Sedekerskis. Pero esto cada vez cuesta más que pase. Eso es una forma de enganchar a la gente que ya no se da. Yo veo partidos y si me preguntas la plantilla de la mayoría de equipos, me cuesta mucho decir cuál es.
– En su época quizá recibían menos ofertas de fuera y no había tanta pretensión de vender.
– No tiene por qué. Yo tuve alguna de una universidad americana, del Barça.... antes si alguien destacaba, la gente también se iba. Te lo digo yo que he formado a unos cuantos jugadores. Era el día a día. Me río cuando se quejan el Barça y el Madrid de que la NBA les quita a sus jugadores. Ya sé de lo que me hablan. Rudy, Ricky, Mumbrú, Eyenga, Abalde…
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