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Joan Creus (Ripollet, Barcelona, 65 años) es ahora un deportista jubilado. Pasea, anda en bici, juega al pádel y resuelve problemas domésticos como los de su frigorífico, que retrasan el inicio de la conversación. «No sé cómo lo hacía antes para solucionar estas cosas», se ... ruboriza. Se refiere a cuando pasó a la historia como el artífice de la Copa del 96 y de la ACB del 98 del TDK Manresa, antes de volver a ser verdugo del Baskonia como director deportivo del Barça entre 2008 y 2016. «Tardaban en dar el sí», recuerda sobre sus negociaciones con las oficinas del Buesa Arena. Solo no pudo cerrar una. Sin acritud, charla con exquisita amabilidad para ELCORREO.
– Triunfó con 1,76 metros de altura. Laso con 1,78. Howard va por el buen camino con 1,78.
– (Sin dejar acabar la pregunta). Y además este no juega de base. Es de escolta donde saca su rendimiento. Es indefendible, rapidísimo para hacerse el espacio y lanzar. Es del estilo Larkin y James pero necesita menos el balón. Compaginar la velocidad con el tiro exterior no es fácil. Cuando tiene el balón, no lo puedes parar. La mejor solución sería que no recibiera pero es tan rápido que se desmarca con facilidad. Ha sido todo un descubrimiento para mí. También me gusta Hommes, aunque igual es más irregular. Quizás podría dar más de lo que parece por su calidad. Se le ve que puede dar más. Que igual no y su tipo de juego es de los que parece mucho y luego no. Pero en líneas generales el equipo está muy bien.
– Usted robaba muchos balones, ¿le costaría más ahora con tanto músculo?
– No sé, yo los robaba porque me anticipaba y cuando el pívot botaba, entonces ahí el físico da un poco lo mismo. Se pueden robar de muchas formas. A mi en el uno contra uno me parecía muy difícil pero el Baskonia tiene a Henry, que es un maestro en eso.
– ¿Queda algo por saber de aquella final del 98 que le birló al Baskonia?
– Nada (ríe). Luego jugué un poco en veteranos y me dijo un médico que tanto salto me iría mal para la espalda. Y que yo nunca he vivido en Manresa. Cada día hacía 80 kilómetros desde Granollers. Y ahora vivo en Barcelona y cuando me ve alguien de Manresa, me para mucha gente y me lo dicen.
– ¿Fue un pionero en cuidar alimentación y físico para llegar a jugar tantos años a alto nivel?
– No. Me cuidaba lo normal, sin ninguna estridencia. Temas de alimentación, nada. Tiraba de lógica porque sí que pensaba mucho en el baloncesto y en los partidos. Pero en cuanto a dieta, como cualquier persona.
– ¿Cómo de difíciles fueron esos primeros meses retirado?
– Al salir de la rueda de prensa de despedida, la secretaria del club me dijo que tenía una llamada. Era Santi Carreras, director de deportes de Catalunya Radio. Me ofreció colaborar para comentar los partidos y dije «hombre, cómo no». Entré a la rueda de prensa pensando en tomarme unos meses para saber qué hacer y salí encantado. Pensé que aquello era un chollo, salían ofertas de trabajo enseguida. Era una cosa que me hacía mucha ilusión. También me salió algo en periódicos y televisión y así pasé los primeros años.
– Al poco, Nocioni (cedido en el Manresa) quiso su retirado dorsal 7.
– Sí. Nocioni era un toro, dentro y fuera de la pista. Muy descarado aunque creo que no sabía que estaba retirado. Por cierto, la camiseta del último partido se la di a Iñaki Garaialde.
negociar con el baskonia
– Tuvo una breve etapa de entrenador. ¿No se vio preparado?
– Estuve en selecciones júnior y sub-23, pero con poco bagaje y preparación.No me sentía cómodo teniendo que, por decirlo de alguna manera, 'gastar' tantos años en un aprendizaje que no es corto.
– Fue asistente de la Selección de 2003 a 2008. ¿El oro del Mundial en 2006 es otro de los mejores recuerdos de su vida?
– ¡Claro! Algo inesperado porque no íbamos de favoritos. Estando Estados Unidos… en Atenas nos rompió en cuartos la línea ascendente que llevábamos.
– ¿Tiene relación el éxito de aquella selección con el actual?
– Sí. Yo lo llamo cultura deportiva. Hubo una generación que se solidifica en un nivel y los más jóvenes aprenden de estos. Así se hace una rotación lenta pero sin pausa y a los de la selección actual les quedan muchas características de la anterior. Sin tener el mejor nivel individual de los jugadores, se mantiene el nivel grupal.
– ¿Se podía haber ganado el Eurobasket sin Lorenzo Brown?
– Jugó muy bien y a mi me sorprendió. Seguramente a todos. No se si había jugado a ese nivel antes. Ayudó muchísimo a ganar y sin él, pues no sabemos. Quizás es un jugador al que darle el equipo, que si está entre estrellas se hace notar menos.
– En 2008, deja la selección antes de viajar a Pekín para ir al Barça y hartarse a fichar jugadores del Baskonia. Mickeal, Marcelinho, Oleson, Pleiss, Lampe... ¿Cómo eran esas negociaciones?
– Son muy duros (ríe). Hacen su trabajo y lo hacen muy bien. Además rompía un poco. Manejan muy bien los tiempos de las negociaciones. Primero siempre es un «no, por aquí no», luego parece que se abre una puerta y al final son negociaciones algo más largas que con otros. Tardan en dar el sí. Nosotros en el Barça tenemos que estar en todas las competiciones para ganarlas. Buscas jugadores que sepan rendir en el escalón previo del nivel de Final Four y demás. Entonces lo que hicieran en el Baskonia era super interesante para nosotros. Yo intentaba buscar que en 4 de cada 5 partidos rindiera a su nivel habitual. Jugadores del 80% les llamaba. Ahí permites que tenga un día malo, pero no que juegue dos bien y tarde tres partidos en volver a jugar así.
– Con Nemanja Bjelica no cedieron.
– Lo intenté fichar en tres etapas diferentes. Primero cuando estuvo en el Estrella Roja y se lo llevó el Baskonia. Después, cuando se iba a ir de Vitoria. En ese salto, hubo un momento que él me dio el sí. Me había costado mucho pero parecía que aquella vez sí. Pero al final, la fuerza de Obradovic y que el Baskonia también se llevaba muy bien con el Fenerbahce, pues se me fue allí y luego ya era inaccesible.
– ¿Cómo lograba el Baskonia en esos momentos llevarse a un jugador que quería el Barça? Ahora parece haber perdido ese poder de convicción.
– Pues con temas de más minutos de juego, principalmente. Yo lo entendía en los jugadores jóvenes que necesitan jugar, sentirse importantes y que la gente les vea como referentes de un equipo. Eso revaloriza su carrera. Si quitas la liga del 2020, el Baskonia no ganaba desde 2010 y había bajado un poco su nivel. Puede que esa sea una razón de tener más dificultades para llevarse a un jugador cotizado pero tal y como veo al equipo este año, creo que va a recuperar ese nivel. Así se recupera rápido.
– Más allá de su relación con el Baskonia, protagonizó dos de los fichajes más polémicos antes del de Mirotic: el de Ricky y el de Tomic.
– Tomic es un super jugador. Da la sensación de blando pero le veía entrenar con Dorsey, Deshaun Thomas, Samardo Samuels... y Ante se las metía por todos lados. No podían con él. No sé por qué hubo polémica por que el Madrid no le quiso renovar. Se magnificó luego todo. Y con Ricky, pagamos la cláusula, algo que aún no estaba normalizado. Costó bastante y el Joventut no quiso negociar, pero se demostró que merecía la pena.
estilo de juego
– Varios jugadores del Baskonia destacan de Felix Fernández el que se interesa mucho por su situaciones personales antes de fichar y después de marcharse. ¿Es algo común entre los directores deportivos?
– Hasta ese punto no sé. Depende de muchas cosas. Pero es interesante sí o que dentro del club haya alguien que se ocupe de ello. Cuando vas a fichar a un jugador, también miran lo de encontrar el piso adecuado, colegio para sus hijos si tiene… todo eso es trabajo de la institución y que puede recaer en el director deportivo o en otras personas, pero es importante.
– Mantuvo a Xavi Pascual ocho años al frente. Algo inusual ahora.
– Va ligado con los objetivos. Los seis primeros años siempre conseguimos títulos y los dos últimos nada, pese a que estuvimos en casi todas las finales. Nos dimos esos dos años de margen y nos tocó salir.
– ¿Cree que Jasikevicius tendrá una etapa así de larga?
– Creo que va a aguantar varios años más pero no sé si tanto. La presión ahora es muy grande.
– Se habla de una reducción de presupuesto del 15 al 20% en 3 años en la sección de baloncesto del Barça. ¿Cree que puede afectar?
– Ya ha habido épocas que se baja el presupuesto y la gente dice este año seremos menos exigentes con los objetivos pero cuando empieza la competición, perder no vale. Tendrán que apañárselas para seguir siendo igual de competitivos.
– Xavi Pascual salió por la puerta de atrás y ahora Laso tampoco ha salido bien. ¿Por qué es tan complicado despedir por todo lo alto a gente exitosa?
– Porque un equipo grande tiene que ganar siempre, hasta cuando no tiene trascendencia para la clasificación. Si no ganas, algo va mal. La gente mira siempre el último partido, no el global. Entonces si un año no te va del todo bien, pues ya está liada. Y aunque ganas, son muchas horas de trabajo y posibles rencillas.
– ¿Es Peñarroya ya un entrenador 'top' mundial?
– Claro que sí. Lo ha demostrado. Además, con una trayectoria de menos a más. Desde el Olesa con Xavi Pascual a la Euroliga.
– Él decía que al principio no tenía claro lo de hacerse entrenador, pero ya se le verían maneras, ¿no?
– Yo también pensaba que no sería entrenador. Igual que con Pere Capdevilla. Joan como jugador era un ganador y muy competitivo, probó en los banquillos y le ha salido bien. Pero normalmente los entrenadores suelen ser bases y él era escolta. Era tan competitivo que no veía que pudiera trasladarlo a la banda.
– Le meto en un aprieto. Si se tuviera que escoger entre Peñarroya y Pedro Martínez se queda con…
– ¡Ostras! Lo siento pero me quedo con los dos porque son los primeros que me vienen siempre a la cabeza de los que intentaría fichar ahora.
– ¿Cree que acabarán en el Barça o en el Madrid?
– No lo sé, la vida da muchas vueltas. Pero sí tengo claro que tienen esa calidad. Peñarroya es muy culé, le gusta mucho el azul y 'grana'.
– ¿Vuelve el Baskonia a tener una plantilla del nivel del 2016?
– Sí. Esta puede dar la sorpresa positiva. Para mí hay una norma de que si tu tienes un equipo de calidad, cuantas más veces ataques, más probabilidades tienesde ganar. Así, si tienes defectos en defensa que no puedes subsanar, cuanto más ritmo tenga el partido, más escondes esa carencia. Lo que he visto me gusta mucho. El estilo alegre, la lucha y la facilidad que tienen para anotar triples y llegar a 100 puntos. El promedio es brutal. Siempre digo al alto nivel hay que anotar diez triples y veinte canastas de dos. Pero el Baskonia se pasa de los diez.
– Parafraseando a Dusko Ivanovic, ¿la nostalgia del año pasado es el peor enemigo de este Manresa?
– Pensaba que empezaría mejor pero la realidad es otra. Queda tiempo. El año pasado fue excepcional, pero sé que en Manresa están con los pies en el suelo. Con los fichajes que han podido hacer ahora, estará, no sé si para entrar en play off pero más arriba seguro. Con los fichajes no se puede acertar siempre. Otra norma, que el número de fichajes buenos supera a los buenos. Si fichas cinco, que tres te salgan bien.
– ¿Lo logró en el Barcelona?
– Creo que sí. Ganamos una de las dos Euroligas del club en casi 100 años de historia.
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