Ivanovic, una decisión estratégica pendiente

Dusko abrió su cuarta etapa como preparador azulgrana a finales del pasado octubre con un contrato que concluía al cierre de la presente temporada. Hizo reaccionar al plantel en la Euroliga, pero el frente doméstico siempre fue una asignatura pendiente, con dos decepciones sonadas al no alcanzar la clasificación para la Copa del Rey ni para los 'play off' de la Liga ACB. La labor del técnico ha ido de la mano del rendimiento extremo de un equipo que superó cualquier expectativa, incluidas las del propio club, al alcanzar los cuartos de final de la Euroliga, pero que se ha quedado lejos de los mínimos en las competiciones ACB.

El montenegrino heredó una plantilla a contraestilo que ha gestionado a su manera, con la exigencia por bandera, pero también unas dosis de comprensión hacia las limitaciones del equipo. Eso sí, su apuesta por un núcleo duro de jugadores se ha mantenido inalterable hasta reducir al mínimo al protagonismo de algunos de sus pupilos, lo que, en esta ocasión, no ha ayudado a sobrellevar la exigencia de dos competiciones como la Euroliga o la ACB. Khalifa Diop ya estaba relegado al banquillo semanas antes de que se lesionara su muñeca izquierda a primeros de febrero, aunque tampoco se ha escuchado queja alguna de Ivanovic por no sumar otro 'cinco' a la plantilla tras la baja del senegalés. En el puesto de base, ni Chiozza ni Theodore terminaron de convencer al montenegrino mientras Codi Miller-McIntyre dominaba el timón en solitario, sin competencia clara.

Ivanovic ha ejercido de revulsivo con resultados dispares: nota alta en la Euroliga y suspenso en la ACB. Su sello personal se ha hecho notar en los grandes partidos en los que su conjunto fue capaz de competir y ganar. Sin embargo, son los choques ante equipos más anónimos en los que su plantilla jugó con fuego hasta quemarse en la ACB.

Con la temporada concluida, el Baskonia se adentra en esa zona gris en la que se ve obligado a sopesar pros y contras de la continuidad en el banquillo del balcánico al tiempo que explora posibles alternativas. Y en muchas ocasiones, la posibilidad de marcar un punto y aparte depende de lo receptivos que sean los aspirantes al puesto que la entidad de Zurbano esté dispuesta a tantear. Dentro del mercado de entrenadores, la del Baskonia es una plaza compleja dado el alto nivel de exigencia y las limitaciones monetarias a la hora de construir vestuarios en comparación con otros destinos en una Euroliga de presupuestos disparados.

En este sentido, el Baskonia afronta una situación bastante similar a la del cierre de la temporada pasada. Tras caer en la eliminatoria de cuartos de final de la Liga ACB ante el Joventut, Joan Peñarroya era una figura discutida en el seno de la entidad. En los días posteriores, el club tanteó opciones como la de Luca Banchi en busca de un cambio en el banquillo, una vía que no fructificó. Al final se decantó por la continuidad del catalán, que sería destituido a finales de octubre. Fue un momento de crisis en el que el Baskonia apostó por Dusko Ivanovic después de ver cómo se escapaba la opción de contratar a Ioannis Sfairopoulos. El griego ocupó el puesto en Belgrado del montenegrino, que había sido despedido del Estrella Roja.