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Rozó el enésimo milagro en un partido emocionante y vistoso para el aficionado pero con demasiada intrahistoria que analizar. «Ha sido un partido interesante para mirar pero no para entrenadores», reconocía Ivanovic poco contento con los 112 puntos encajados.
Llevado hasta las últimas consecuencias y ... al límite de las posibilidades, el guion fue parecido al protagonizado en otros escenarios. Esta vez, el desenlace salió cruz. «En el primer tiempo no jugamos la defensa que teníamos que hacer, en el segundo estuvimos mejor, entramos en partido. Hemos tenido eso que pedí desde el primer momento que llegué al club, creer y luchar. De ese bien, pero de paciencia y «focus», hemos estado mal», analizó el entrenador balcánico no demasiado extenso en sus reflexiones.
Cuestionado por la salud del capitán baskonista, inédito en Munich, reconoció que Tadas Sedekerskis sufre un lesión muscular. «Ya veremos mañana cómo está», en referencia a las pruebas que le realizarán a la vuelta de tierras alemanas y pensando en el próximo compromiso de este jueves ante el Maccabi para el que es seria duda. Una baja muy sensible para el equipo.
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