El refrán sobre el librillo propio de cada maestrillo cabe aplicarlo perfectamente al baloncesto. Al término de su entrevista postrera con EL CORREO, el redactor que esto firma recuerda que Neven Spahija se desmarcaba en junio de 2022 del concepto de juego que apadrina Dusko ... Ivanovic. Venía a comentar que los idearios de ambos son muy diferentes. Como también parecen divergir las filosofías de Joan Peñarroya y el actual inquilino del banco azulgrana. Este Dusko recurrente fiel a los preceptos, pero que a la vista de las dos almas libres con las que lidia esta vez (Howard y Moneke) genera la impresión de actualizar su tabla de los mandamientos.
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No hay duda alguna de que tanto el técnico catalán como el montenegrino querían ganar por encima de todo. De hecho, y pese a los fallos el curso pasado con la suerte suprema (caída en primeras rondas copera y en la ACB), el Baskonia del entrenador egarense vencía mucho (balance de 46-25). Sólo que el club había configurado la campaña anterior un plantel liviano y repleto de tiradores para correr y lanzar. Y el de ahora muestra más músculo a cambio de ceder algo de talento. Aquel tuvo la enorme virtud de devolver las ilusiones a una afición alicaída a través de velada memorables. Esta versión azulgrana, de rostro más severo, acentúa el fondo (el triunfo) por encima del hermoso modo de conseguirlo. Dos maneras de entender el juego en el ánimo común de abatir a los adversarios.
Dusko se ha pasado buena parte de los encuentros de una semana redonda (éxitos ante Barça, Asvel y Valencia) tratando de calmar con gestos a su orquesta. Algunos músicos cualificados se venían tan arriba en los momentos de efervescencia -tal vez recordando las bacanales del ejercicio pasado- que el jefe de personal suplicaba sosiego con las manos. Por supuesto que el equipo no va a renunciar con Ivanovic al galope si cierra el rebote bajo el aro propio o roba en media cancha pero, de lo contrario, más control que desenfreno. Además del vocablo 'defensa' no hay otro que repita tanto el mariscal antes y después de los partidos que la 'paciencia' del santo Job. Y eso que un par de actores muy relevantes se saltan de vez en cuando unas cuantas páginas del guión.
Los datos
Décimo. El Baskonia ocupa el décimo puesto en la ACB (a un triunfo del octavo) y en la Euroliga (cierra el 'play in'). Con Peñarroya iba séptimo en el torneo doméstico y ocupaba puestos de cola continentales.
Defensa. El equipo azulgrana recibe casi diez puntos menos en la Euroliga. De 87 a 77,2. Mientras ha rebajado en más de dos (de 82,6 a 80,3) ese registro doméstico si no se tienen en cuenta las dos prórrogas de Compostela.
Espina dorsal. Componen el quinteto de referencia para Ivanovic su trío de máxima confianza (McIntyre, Sedekerskis y Costello) y los mayores productores en ataque del conjunto vitoriano (Howard y Moneke).
Suele ocurrir que grandes jugadores ofensivos en su tiempo alimentan una obsesión por la defensa. Seguro que el actual preparador azulgrana se esmeraba para contener a sus pares durante sus dos títulos continentales con el Jugoplastika, pero su forma de entender el éxito ya en el banquillo va desde atrás hacia adelante. Para él no existe mejor ataque que unos buenos grilletes al contrario. Y, de hecho, la mejoría del conjunto alavés en este sentido se observa en los dos campeonatos oficiales, con especial énfasis al analizar el frente continental.
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El cuadro de Betoño ha pasado de recibir 87 puntos de promedio en la Euroliga con Peñarroya a admitir de mala gana 77,2, casi diez menos en cuarenta minutos. En cuanto a la competición doméstica, las diferencias adelgazan. 82,6 en los siete partidos esta temporada de Peñarroya por 80,3 en los dirigidos por Ivanovic. Teniendo en cuenta que el 105-89 de Santiago de Compostela tras dos prórrogas era un parco empate a 79 antes de las propinas.
Hay que reconocer al técnico egarense que antes de su agónico final hubo de manejarse con una tropa reducida por la cascada de lesiones, agudizada antes de su gira póstuma por Atenas y Andorra. Con Joan a los mandos, el cuadro vitoriano firmó un registro de 5-7, aceptable para la ACB (4-3) y muy peligroso según las peliagudas aspiraciones europeas (1-4). Terminó de sepultarle, entiéndase el concepto baloncestístico, la semana trágica con tres derrotas delante de su propia parroquia ante Bayern, Zalgiris y Unicaja.
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Ya en la cuarta etapa del montenegrino se invirtieron las tendencias. Rotunda reacción continental (4-0) con dos triunfos iniciales por un mísero y valiosímo punto y agobios domésticos por otras tantas derrotas encadenadas que detuvieron el domingo la caída tras la visita del Valencia. Ahora mismo, el Baskonia ocupa el décimo puesto en ambas competiciones.
Podría escribirse, sin temor a estrellar el tiro en el canto del tablero, que Dusko -abierto siempre a confiar en quien se le postula para ello- dispone de una guardia pretoriana compuesta por una terna de máxima seguridad. Además de Sedekerskis como su soldado universal y a quien mejor ha exprimido los dones, confía en McIntyre -un base más moderno que clásico y muy de su corte por compromiso atrás y verticalidad- y Costello, su pívot preferido a expensas de lo que vea en el esperanzador Diop.
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Ivanovic, habituado a sujetar las riendas del equipo, cuenta ahora con dos almas libres, una para generar desde fuera y otra con la que percutir dentro. Dos jugadores que por calidad, inaudita la del primero como triplista de altísimo nivel, parecen disponer de licencia -no se conoce hasta qué punto a regañadientes- para desatar nudos y resolver encuentros. El 'cuatro' firma 23,6 créditos de valoración en la Euroliga y el escolta mete casi 18 puntos por duelo en la ACB. Junto a su guardia pretoriana forman el quinteto de referencia.
Kotsar es el jugador de la plantilla azulgrana que más está padeciendo el cambio de entrenador. Un vistazo detenido a sus estadísticas en la ACB con Joan y Dusko refleja la pérdida de presencia del pívot estonio, muy superado por Costello en la rotación. De los 25 minutos, 9,5 puntos y 15,8 créditos antes a registros de 12, 4,7 y 3,7 ahora. También los números de Marinkovic indican una merma en la producción. De 9,5 puntos a la mitad y 4,7 de valoración por los 15,8 a la vera de Peñarroya.
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