Howard, único azulgrana a la altura del Pireo

Solo Howard estuvo a la altura de las circunstancias. Firmó 29 puntos, un 7 de 15 en triples, y un pobre 2 de 8 en canastas de dos, fruto de ser el único jugador azulgrana que tiró del carro, que asumió responsabilidades, que atacó el aro, que no se agarrotó, que jugó sin temor a equivocarse y que no le tembló el pulso para jugarse los balones calientes que ningún otro baskonista quiso en sus manos.

Ni siquiera Thompson, al que le costó entrar en el partido. Ni Giedraitis, ofuscado en el triple (0 de 5) y redentor con su labor reboteadora, ni un timorato Hommes, con un solo tiro a canasta al inicio del duelo, ni un desnortado Costello. Tampoco apareció esta vez Marinkovic. Ninguno tuvo problemas de faltas ni condicionantes sobre la pista más allá de no estar cómodo. De una inspiración que no llega, de un oxígeno que casi siempre falta en las atmósferas de mayor presión y de una defensa rival que se agigantan como los molinos al Quijote y carcomen la mente. Solo Howard plantó cara.

El Baskonia acreditaba esta temporada un balance inmaculado, 11 victorias, cada vez que Howard anotaba cinco o más triples. Esta vez, la noche en la que se cumplió la docena, los azulgranas no estuvieron por delante en el marcador en ningún momento del partido. Para el equipo vitoriano, que arrancó con un 17-8 de parcial, fue perder pie mediado el segundo cuarto. El anotador azulgrana logró reparar en un primer momento la fuga inicial, con 15 de los 23 primeros puntos de los de Peñarroya, pero nada pudo hacer cuando Sloukas apareció en el partido y, a medio gas, firmó 15 puntos y seis asistencias. Una vez más, el sello del base de Salónica marcado a fuego en el costado alavés.

Los triples de Papanikolau y la daga de Vezenkov castigaron cada error visitante cada vez que reducía la distancia en el marcador. Le faltó de todo al Baskonia en una batalla de color rojiblanco pese a registrar 16 pérdidas, casi todas no forzadas. Los de Zurbano no jugaron a ese ritmo vertiginoso que les caracteriza ni tuvieron de su lado ese acierto ( 28%) necesario para contrarrestar la superioridad física de la mayoría de sus rivales continentales del Olympiacos.

Tampoco tuvo equilibrio defensivo ni la capacidad para plantar batalla en la lucha por el rebote (44-31). Se sintió impotente, consciente de que se iba de Atenas con la tarea por hacer. El equipo estará esta mañana en Vitoria y partirá por la tarde en vuelo regular desde Bilbao a Tenerife. Cuando aterricen, conocerán su futuro en la Euroliga, en manos del Bayern. La victoria bávara sería un chute de adrenalina para defender el domingo el liderato de la ACB ante el conjunto de Vidorreta.