Baskonia 85-99 Real Madrid
Un golpe de realidad para el baskonismo

El Baskonia se queda fuera de la Copa del Rey , tras un deficiente pulso ante un poderoso Real Madrid comandado por un gran Campazzo

Olga Jiménez

Domingo, 7 de enero 2024, 21:43

Será extraño no ver al Baskonia en la cita copera de Málaga pero sería mucho decir que mereció estar. Cuando se juega con fuego, terminas por quemarte. Y este equipo se dejó por el camino derrotas que han pesado como ante Andorra, Gran Canaria ... u Obradoiro, como las más dolorosas. Llegar a la última jornada de la primera vuelta y jugarte el todo o nada frente al campeón de invierno, el Real Madrid, suponía un sobreesfuerzo y, por qué no reconocerlo, una quimera. Hoy en día, la diferencia de plantillas es estratosférica con jugadores situados en el top 5 continental como Tavares o Campazzo. El argentino es el alma y el ejecutor. Su voracidad fue letal para asestar el golpe definitivo ante los intentos baldíos de un conjunto vitoriano sometido a su propia obsesión por solucionar el encuentro por la vía rápida, en contra de la paciencia que proclama Ivanovic una y otra vez.

Un equipo de tradición copera como el vitoriano se queda sin su torneo fetiche, en el que ha levantado hasta en seis ocasiones la copa de campeón. 14 años son demasiados desde que en 2009 la alzara por última vez en Madrid. Fracaso o decepción, el primer objetivo de la temporada se queda fuera del alcance, probablemente en el peor partido de los de Ivanovic, que intentaron remar a contracorriente tras un 6-24 inicial. Demasiada osadía pretender ganarle terreno al conjunto blanco en una temporada tan impecable en la que, a estas alturas, sólo ha cedido en tres encuentros de 36 disputados entre Liga y Euroliga.

Parecía que las cuatro prórrogas ante el Efes pasarían factura a los de Chus Mateo pero fue el Baskonia el que sufrió las consecuencias de estirar tanto y tanto a esta plantilla. La cuerda, algún día llega a romperse. Ni siquiera a McIntyre, el hombre de acero, le dieron las piernas para soportar la presión y el ritmo infernal al que sometió la escuadra blanca a los inquilinos del Buesa Arena. Disputó 25 minutos y, por enésima vez, Chiozza no superó el cinco raspado en su relevo. Un mal que acecha de manera perenne en la confección de esta plantilla que no solo no ha traído un director de juego, sino que ha perdido otro, Mannion incapaz de adaptarse al club y a la exigencia de dos competiciones.

Tres ausencias en un lustro

Los azulgranas volvieron a lanzar más de tres que de dos, con un rácano porcentaje del 30% (12 de 39 intentos). El calvario para Marcus Howard, siempre bien defendido, se reflejó en su valoración de 4, con 4 de 11 triples.

La sensación de no llegar, de impotencia, planeó durante los 40 minutos en el templo de Zurbano. Solo varios chispazos de Moneke o el propio McIntyre, ofrecieron cierta luz y acercamiento en el marcador (62-66, minuto 28), pero los problemas de faltas de Costello y la poca presencia del juego interior baskonista no ayudaron a ser más consistentes para acercaerse de nuevo a otro épico triunfo.

El temor ahora es saber cómo encajará la plantilla y el propio club la tercera ausencia de una Copa del Rey en los últimos cinco años, con el batacazo que supuso la temporada pasada el traspié en cuartos de final ante el anfitrión, el Joventut de Badalona. Quizás la situación suponga un punto de inflexión, saber lo que eres y hacia dónde vas. Es verdad que el efecto Ivanovic sí ha sido una realidad en Euroliga pero no se ha dejado notar tanto en la Liga ACB. Para una entidad tan exigente y ambiciosa como la que preside Josean Querejeta, el amargor durará algunos días y más cuando, echando un vistazo a los ocho equipos que disfrutarán del trofeo en tierras malagueñas, una escuadra modesta y quizás con el presupuesto mas bajo de los 18 equipos, el Baxi Manresa, se dará el gustazo de estar entre los elegidos, después del patinazo vitoriano.