Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
De la belleza rectilínea de San Petersburgo al gigantismo inabarcable de Moscú. De la cancha del que, al arranque de semana, ejercía de colista en la clasificación de la Euroliga al reino del vigente campeón continental. Del Zenit imperfecto, pero perseverante al poderoso CSKA, ... firme después de haber roto la progresión de trece victorias consecutivas que manejaba el Real Madrid. El Baskonia abarca contrastes extremos, geográficos y deportivos, en la gira rusa que concluye hoy en el Megasport Arena.
Llega a la cancha situada en el distrito de Khodynka corneado por la dolorosa derrota de anteayer ante la escuadra de Joan Plaza. La doble ración semanal de partidos continentales apenas deja tiempo al Kirolbet para lamerse una herida que desinfló un poco más el sueño de alcanzar los cruces de cuartos. La segunda vuelta de la fase regular acaba de comenzar, pero al equipo vitoriano se le nota muy escaso de oxígeno cuando se trata de abordar cualquier compromiso continental.
Se suponía que la destitución de Velimir Perasovic y la llegada de Dusko Ivanovic debían alentar una reacción. Algunos resortes pueden haber cambiado, pero siguen siendo adversos los resultados, verdadera medida para evaluar cualquier mejoría. La realidad clasificatoria dice que los vitorianos, decimocuartos con siete triunfos, continúan a dos victorias del octavo puesto, aunque hay otra lectura menos optimista; solo hay un escalón de distancia respecto al último clasificado. Mientras no se dé una reacción convincente y duradera, el plantel vitoriano es inquilino del piso inferior de la máxima competición continental. No se trata de un estrato cerrado, aunque sigue pendiente una demostración clara por parte de los jugadores y del técnico azulgranas de que es posible salir del agujero.
En cualquier caso, la responsabilidad también recae en las altas instancias de la entidad azulgrana. La llegada de refuerzos todavía sigue pendiente y en el seno de la plantilla se mantiene instalada la sensación de vulnerabilidad por una mera cuestión de déficit numérico mientras los partidos pasan y las derrotas se acumulan. El Baskonia afronta hoy una empresa digna de gigantes con una tropa muy limitada. No está Luca Vildoza y la baja de Patricio Garino en el perímetro sigue sin cubrirse. Además, Dusko Ivanovic ha dado por finalizado el período de pruebas para reducir al mínimo la permisividad con los errores de algunos de sus pupilos. Es un criterio que acorta todavía más la rotación azulgrana, especialmente en el puesto de base y en las posiciones interiores. Tuercas apretadas al máximo de la exigencia para algunos jugadores como Sergi García o Youssoupha Fall, que han pagado con la relegación al banquillo sus problemas para superar el listón marcado por el preparador montenegrino.
El esquema se aplicó ante el Fenerbahce y frente al Zenit y hoy puede reproducirse ante un CSKA que vive en reajustes constantes tras un verano de reestructuración profunda, pero que conserva la pegada del coloso, esa facultad para ahogar a cualquier rival incluso sin bordar su mejor juego. Nada que ver con el Baskonia, necesitado de una versión casi perfecta para superar sus limitaciones y sobrevivir en cada partido.
El CSKA no podrá contar hoy con el base Janis Strelnieks, que se recupera de una dolencia muscular. Mientras, Dimitris Itoudis mantiene abierta la opción de recuperar a Daniel Hackett, ausente en los últimos partidos tras lesionarse un dedo de la mano izquierda. Quien sí está disponible es el alero cubano Howard Sant-Roos, recién llegado desde el AEK Atenas para suplir la baja de larga duración de Will Clyburn y que ya debutó ante el Real Madrid.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.