Garino cierra su etapa azulgrana y pone rumbo al Zalgiris

El exterior albiceleste tratará de reconciliarse con el baloncesto en una tierra que venera el deporte de la canasta. Pone la rúbrica a una etapa de tres años de militancia como baskonista, una trayectoria marcada por los problemas físicos que le convirtieron en un nombre demasiado asiduo en la lista de bajas por lesión. La escuadra azulgrana fue la puerta de entrada en el baloncesto europeo y ahora se enrola en las filas de todo un clásico del continente. En realidad, tanto a Garino como al Zalgiris les toca reinventarse en una temporada próxima incierta. El marplatense confía en dejar atrás la grave lesión de rodilla que truncó su última campaña en Vitoria mientras que la entidad lituana aspira a mantener su pujanza de las últimas campañas tras la marcha de Sarunas Jasikevicius al banquillo del Barcelona. Al final, tampoco dista mucho de la filosofía azulgrana que el argentinoha podido conocer durante su trienio de estancia en la capital alavesa. La necesidad constante de echar mano de la reinvención ante el trasiego de cambios en plantilla y banquillo.

A sus 27 años, Garino deja el Baskonia con el amargor de no haber podido ser ese jugador de empuje y alta temperatura con más regularidad, la pieza exterior multidisciplinar y útil que se dejaba entrever durante sus fases de buena salud. La rotura de ligamento cruzado anterior sufrida en la rodilla derecha el pasado noviembre fue el último golpe de la adversidad a un jugador que no pudo volver a tiempo para colaborar en la consecución del título liguero logrado por el Baskonia en la fase final de Valencia. El desquite ante tanto infortunio espera en Kaunas.

El jugador albiceleste toma el camino del norte y lleva al Baskonia a cubrir la correspondiente vacante en un perímetro sometido a una profunda remodelación. Khadeen Carrington y Rokas Giedraitis cubren, de momento, los puestos de alero y escolta principales mientras permanece abierta la negociación para la ampliación del contrato de Zoran Dragic. El esloveno, al igual que Garino, estaba sujeto al derecho de tanteo, lo que complicaba cualquier cambio de aires hacia un equipo ACB. Eso sí, el balcánico también puede escuchar ofertas tentadoras de otras partes de Europa.