Hugo Sconochini | Jugador del Baskonia del doblete

«Es frustrante que cancelen tu vida por algo que no has hecho», evoca Sconochini

«La sentencia fueron cinco. Mi abogado me dijo: 'Vamos a apelar, que igual lo zanjamos en tres meses' y cuando fuí me dieron ocho», evoca con amargura veintidós años después. El uso de un colirio para curar una inflamación en un ojo, una «involuntariedad» que más tarde admitió el juez, cerca estuvo de acabar con su carrera.

«Pensé en mandarlo todo al carajo. Me causó mucha frustración, dolor y angustia. 'Sabés' que estás siendo juzgado por algo que no hiciste. Si eres culpable, la culpa te carcome y asumes las consecuencias, pero yo no puedo ser responsable de algo que no hice. Es muy difícil a nivel mental y emocional», evoca desde Milán, ahora convertido en profesor de pádel y comentarista de la Liga italiana de baloncesto. Se quedó en el país transalpino por motivos familiares, pero no guarda un grato recuerdo del trato dispensado en los primeros años del siglo.

«La Kinder me dejó muy solo a defenderme, como si yo fuera culpable de algo... ¡Ellos aceptaron una culpabilidad que no existía!», se enoja. «Me sigue dando rabia hablar de ello. Perdí el contrato que esperas toda tu vida, de cinco años y una cifra muy alta, muy alta. 'Cortado por causa justa', lo llamaron. Qué irónico», relata con una pesadumbre que estremece. «Me alegro de que el Baskonia ayude a Henry. No es lindo vivir en su situación», aplaude.

Lo peor de un caso de dopaje para el capitán de la Generación Dorada es la sensación de ser culpable hasta no demostrar lo contrario y no al revés, como suele ser lo habitual. «La gente es muy malvada. Vivimos en una sociedad preparada para apuntarte con el dedo y decirte que pagues por ello», critica. Su desconsuelo avanza con la conversación. «Te obligan a aprender a sufrir en vez de ayudarte a no hacerlo… hay un sentimiento muy contrastante y no es…». Se para. Se desgarra por dentro. Respira. «Es pesado... Es frustrante que cancelen tu vida por algo que no has hecho», prosigue.

En el verano de 2001 regresó a la competición y ganó la AmeriCup con Argentina, pero se encontró con que ningún equipo quería ficharle o le ofrecían un salario irrisorio. «Los clubes no querían saber nada de mí hasta que en diciembre encontré al Baskonia e hicimos lo que hicimos». Al argentino le costó coger ritmo tras meses de inactividad. Pasó inadvertido en el título de Copa, pero fue imprescindible para ganar la primera ACB de la historia del club.

Del caso Henry desconocer los detalles escabrosos pero se pone de parte del jugador. «Su situación ahora es muy parecida a lo que me pasó a mí. Lo único que deseas es gritar a los cuatro vientos que eres inocente. Estoy seguro. Pero no podés decir nada hasta que la ley decida qué va ser de tu futuro». El escolta argentino elogia la postura del club en estos casos. «A mí me dio la posibilidad de rehacerme como ser humano. No tengo dudas de que cuando todo acabe, a él también le darán otra oportunidad». Desde la lejanía, deja una petición. «Mándale un abrazo al chico. No lo conozco pero espero que esté bien».