Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Simone Fontecchio (Pescara, 1995) viste una camiseta de calle del Baskonia, lleva chanclas y sonríe mucho. Olvidados ya sus dolores de espalda, con un físico envidiable y unos andares relajados tras la sesión fotográfica, confirma a pie de pistandel Buesa lo «feliz» que es en ... Vitoria. Se muestra «muy autocrítico» en lo personal pese a reconocer estar en su mejor momento, no le disgusta el cruce con el Valencia Basket y, con apenas 26 años, se siente autorizado a aconsejar a los canteranos en los que se ve reflejado.
– ¿Con qué sensación salió de la derrota del sábado ante el Joventut?
– Muy mala. Era importante para acabar más arriba. Aunque cree que emparejarnos con el Valencia es mejor para nosotros. El Joventut nos lo ha puesto muy complicado, pero tampoco se trataba de escoger. Después del partido estábamos enfadados porque perdimos y no jugamos nuestro mejor baloncesto pero ya con la cabeza en el play off.
– ¿Fue blando el equipo?
– No. Empezamos muy bien, 9-2, y sabíamos que teníamos que ganar por bastante pero algo pasó en nuestra cabeza. No digo que nos relajáramos pero puede ser que pensáramos que iba a ser más fácil.
– ¿Qué debe ajustar el Baskonia de cara a los play off?
– En los últimos dos meses ya hemos mejorado mucho, en la consistencia, concentración, defensa, ataque… creo que hay que seguir así. La verdadera cara y calidad de este equipo ha estado en estos tres últimos meses y con trabajo aún podemos mejorar en consistencia y concentración sobre todo.
– ¿La ventaja de campo hace favorito al Valencia?
– No lo sé pero estamos convencidos de que podemos ganar allí.
– El último duelo ante ellos acabó en derrota por dos factores. Uno, el cansancio en los minutos finales.
– (Responde de inmediato). Sí, llegar a los minutos finales con lucidez y la misma energía no es fácil. Jugar 32-35 minutos en este nivel desgasta. Pero creo que ahora con estos días de trabajo, con dos días de doble sesión, y descanso vamos a llegar en la forma ideal.
– Y el otro, las malas decisiones en los últimos ataques. ¿Por qué abusan del triple en determinados partidos?
– Porque somos buenos tiradores. A veces abusamos pero creo que la mayoría de nuestros tiros son buenos. Son demasiados pero cuando los primeros acaban dentro… es difícil contenerse. Pero tenemos que penetrar más y usar el poste bajo porque tenemos potencial también ahí.
– ¿Tiene el Baskonia la mejor pareja de aleros de la ACB?
– No lo sé, pero suena bien (sonríe). Somos dos jugadores similares, Rokas (Giedraitis) es buenísimo tirando y yo estoy tratando de hacer cosas diferentes por las necesidades del equipo.
– Hasta el día del Tenerife era el único junto a Enoch que había disputado todos los partidos de ACB. ¿Qué se siente al ver los contratiempos de sus compañeros?
– Soy un afortunado. Estaba algo preocupado por ello porque el año pasado nunca paré. No era fácil llegar y seguir sin descanso todo el año, pero estoy contento de haberlo conseguido porque eso significa que físicamente estoy bien. Los 66 partidos se notan, pero es el momento más bonito de la temporada y hay que buscar la energía necesaria de donde sea.
– ¿Cómo resumiría el curso?
– Está siendo muy largo. Muchos partidos y muchos episodios. Cambio de entrenador, jugadores… no está siendo fácil. Al final, solo nosotros sabemos lo que hemos pasado. Somos personas con el mismo objetivo y nos hemos mantenido unidos, lo que nos hace más fuertes.
– Ahora con Spahija remarcan que han mejorado la química. ¿Qué falló con Dusko Ivanovic?
– Éramos un equipo casi nuevo y no nos adaptamos al estilo de Dusko, que no es fácil de aprender. Es muy duro y no te lo encuentras en muchos sitios. También creo que los jugadores no estábamos en la mejor forma. Yo estaba un poco cansado de los Juegos. Fue un cúmulo de cosas. No conseguimos resultados y el club pensó que necesitábamos un cambio y desde el parón de la Copa estamos haciendo lo que teníamos que haber hecho desde el principio.
– ¿Qué tiene que pasar en este play off para que la temporada del Baskonia deje ser mala?
– Es difícil saberlo. Haremos todo lo posible. Todos hemos dado el máximo y eso no siempre significa que los resultados sean buenos.
– ¿Les ha podido pesar la exigencia del club?
– Personalmente no. Yo llegué aquí motivado por ello. Necesitaba tener objetivos más grandes y Baskonia fue el equipo perfecto donde venir. Con muchas más expectativas que el Alba Berlín.
– ¿Estamos ante la mejor versión de Fontecchio?
– Hasta el momento sí. Pero siempre creo que puedo mejorar. Soy muy autocrítico, a veces lo veo todo negro, siempre reviso los partidos que he jugado y espero dar mucho más al equipo.
– Su partido ante el Unicaja fue antológico. ¿Cómo se siente un jugador en la cancha en esos momentos?
– Sientes que puedes hacer de todo y que nada va a salir mal. Dame el balón y verás. Es la mejor sensación.
– Es curioso que haya necesitado salir de Italia para progresar. ¿En qué cree que ha mejorado más en el Baskonia?
– En la producción tras bote. Cuando llegué era más tirador, podía echar el balón al suelo pero poco. Ahora estoy intentando hacer más cosas, pick and roll, jugar en el poste bajo y aprovechar mi cuerpo.
– Debutó en Bolonia con 17 años. ¿Le pudo llegar algo pronto?
– No, ya había mostrado que estaba listo para aquel nivel. Aquella Virtus tampoco era un equipo de objetivos grandes como ahora, no tenía ese presupuesto, de hecho bajamos al año siguiente. Pero para mí era la situación perfecta para tener minutos y ganar experiencia y confianza.
– Luego jugó 17 partidos en tres temporadas en el Milán. ¿Cómo se lleva jugar tan poco con 20 años?
– Es un camino que me enseñó mucho. Tampoco digo que todos tengan que hacerlo, pero me enseñó mucho. Sabía que tenía que ganarme los minutos, que no podía fallar nada y al final me ayudó mucho para formar mi ética de trabajo como jugador y como persona. Claro que los jóvenes necesitan jugar, pero entrenar con jugadores tan buenos me sirvió mucho.
– ¿Qué les dice a Sedekerskis, Kurucs y Raieste, que ahora juegan muy poco?
– Que les entiendo, que no es fácil, que yo estuve meses enteros sin jugar, pero que lo único que pueden hacer es seguir trabajando. En mi último año en Milán, cada día hice un entrenamiento individual para mejorar y hacer más cosas sobre la cancha para mostrarlo en cuanto tuve la oportunidad.
– Entonces le pitarán en la Euroliga del año que viene.
– (ríe) Puede ser. No sé qué pasará pero estoy muy contento de volver a jugar allí porque tengo mi casa, mi hermano, la familia de mi mujer… así que será un partido importante para mí.
– ¿Cómo concilia la paternidad un deportista que puede estar una semana entera fuera de casa?
– Con mucho sacrificio. El verano pasado me costó mucho. Tenía muchas ganas de hacer cosas con mi hija porque el primer año con el covid no pudimos hacer nada. Lo que hago es que, cada vez que estoy en casa, dejo el móvil (hace el gesto de tirarlo a la pista) y estoy todo el tiempo con ella. Pero ni para mi mujer, que está sola, ni para Bianca, es fácil estar sin papá. Creo que este año lo hemos llevado mejor. Marzo fue complicado, con muchas salidas, y se fueron a Italia. Pero lo estamos pasando muy bien en Vitoria y mi hija está muy feliz aprendiendo español y euskera.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.