Había sido el máximo anotador del Estrella Roja en la contundente victoria 92-68 ante el Mónaco. Aportó 21 puntos y seis rebotes (25 de valoración). «Pero jugó mal. Tiene que hacerlo mucho mejor. No diré nada más. Eso es todo», reprobó Dusko Ivanovic. Una ... semana antes, Filip Petrusev lograba ser MVP de la jornada 17, con 36 de valoración. De la 14 a la 20 promedió 20,2 puntos. Su habilidad en el poste bajo impresionaba a toda Europa, menos al técnico montenegrino, que, a sus 65 años, después de haber pulido toneladas de talento joven, pide a su incipiente estrella mayor desempeño defensivo. Exige a todos por igual, pero sabe que el pívot que pasó dos años en la cantera del Baskonia tiene materia prima.
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Filip Petrusev. Belgrado (2000). 2,11. Pívot. Puesto 50 (Sixers) Draft de 2021
Trayectoria. Inferiores del Estrella Roja, Partizan y Baskonia (2014-2016), Connecticut, Montverde y Gonzaga (2020), Mega Leaks (2021), Efes (2022) y Estrella Roja (2023).
Con solo 22 años, Petrusev ya ha vivido un puñado de desencantos. El del joven que ha visto pospuesto su sueño de jugar en la NBA. Pasó por las categorías inferiores del Estrella Roja y el Partizan antes de recalar en Vitoria en 2014. Con su padre como gran inductor, en 2016 optó por aceptar la oferta académica de Estados Unidos, más atractiva y con un panorama deportivo mucho más halagüeño para aquel que mira a la mejor liga del mundo desde joven.
Todos los esfuerzos del club por retenerle fueron en vano. Entre Splitter y Sedekerskis, solo hubo un canterano que logró establecerse en el primer equipo. Si la proyección de Ilimane Diop era igual de larga que sus brazos, la de Petrusev era incalculable. Pero el serbio decidió romper unilateralmente el compromiso de larga duración que la entidad de Zurbano quería plasmar sobre un contrato. «Me convertí en semiprofesional y tuve un crecimiento personal significativo», recordó en 2021.
Compartió residencia y equipo con Arturs Kurucs y llegó a vestir la camiseta de la selección de Euskadi en el campeonato de España de 2015, entrenado por Sergio Vegas, periodista vitoriano con 66.600 suscriptores en su canal de YouTube dedicado al baloncesto que hacía de ayudante de Jose Luis Ortún. «Puede ser el mayor talento que ha pasado por el Baskonia. Ya se veía en que se iba a convertir», desgrana el comunicador. En el club también lo tenían claro y al menos, retuvieron sus derechos en la ACB tras lograr incluirle en el tanteo del verano pasado.
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Desde que dijera adiós a Vitoria, pasó por tres academias de prestigio como Avon (Connecticut), Montverde (Florida) y Gonzaga (Washington), una de las universidades más potentes. Realizó dostemporadas brillantes como titular indiscutible, pero el covid retrasó su entrada en el Draft, y su agente, el prestigioso MiskoRaznatovic, optó por llevarle al club de su propiedad, el Mega Leaks (Belgrado). Allí fue MVP de la Liga Adriática pero se alejó del foco de la NBA. En el verano de 2021, entrenó con varias franquicias, con un físico más que desarrollado y unos fundamentos de serie y fue drafteado por los Sixers (puesto 50) en 2021, pero no fue suficiente.
«La NBA era mi objetivo principal porque los equipos a menudo hacen hueco a jugadores jóvenes» –explicó en una entrevista reciente en Mozzart Sport–. «No terminó como esperaba y necesitaba tiempo para entenderlo», reconoció. En Europa le esperaba una oportunidad envenenada. Ser el único fichaje del campeón de la Euroliga. El Anadolu Efes confió en la perla de Belgrado para sustituir a Sanli. «No fui yo», reconoce. Ataman fue más allá. «Fue un error», consideró sin tapujos. «No fue agradable. Para jugadores jóvenes como yo, lo único que importa es jugar», achacó el interior serbio, que encontró refugio en su ciudad natal.
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Empezó tibio con Jovanovic y la llegada de Ivanovic le relanzó. Espoleado por el Pionir, una sala que esta temporada ha alcanzado los 115 decibelios (similar al de las taladradoras, el claxon de los coches y un concierto de rock), sabe dónde moverse y cuándo hacerlo. No elabora jugadas brillantes. De eso se encargan Vildoza, Nedovic y Campazzo. Su trabajo es poner el punto final. Coger el balón y destinarlo a la red, como hacen los no muchos pívots que embelesaron a Dusko Ivanovic. De su reciente encontronazo con Lessort (Partizan), por el que fue agredido, denota un carácter competitivo del que, en palabras de Peñarroya, está llamado a «dominar la competición en el futuro».
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