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iván benito
Martes, 10 de agosto 2021
El 2020 fue un año atípico. La pandemia del coronavirus, el confinamiento… y el Baskonia arrancó la pretemporada con la plantilla cerrada. Fue una excepción ... que este verano no se repetirá. No por voluntad propia, sino condicionada por las vicisitudes de un mercado de fichajes atípico por el retraso de los plazos en la NBA. Según avanza el mes de agosto, el mercado de agentes libres en la otra orilla del Atlántico se encuentra en pleno apogeo, con una serie de necesidades por cubrir en las 30 franquicias que lo convierten en un periodo de traspasos cambiante e imprevisible.
Desde el rellano llama a la puerta Rokas Giedraitis, mientras muchos jugadores interesantes disputan estos días la liga de verano (del 8 al 17 de agosto), el porche de entrada a la liga más exigente del globo terrestre. Pero en la mansión más lujosa del mundo del baloncesto no hay hueco para todos y son esos presumibles descartes con los que el Baskonia se plantea cerrar su planificación deportiva. Es el problema de no disponer de una pulsera vip en este parque de atracciones que es el mercado baloncestístico. Los clubes europeos deben esperar su turno en la cola mientras los más pudientes son los primeros en escoger.
Abonado a la paciencia, el esquema ideal que desea completar el Baskonia consta de al menos trece piezas, dos menos de las mantiene vinculadas tras la marcha de Jekiri al Unics Kazán. Con el futuro de Giedraitis aún sin resolver, los huecos del boceto copan el juego interior. Los anteriores cursos, eran cinco los responsables de fajarse en la pintura. Peters y Polonara en el 'cuatro' y Diop, Jekiri y Fall en el 'cinco' el ejercicio pasado. De todos ellos solo quedan dos, con la continuidad del gigante francosenegalés todavía en entredicho, y la única incorporación de Costello resulta insuficiente.
Faltan dos piezas para completar el quinteto. Con la alternativa de apostar por Sedekerskis como ala-pívot si no aparecen las siempre esperadas opciones de mercado. El club es exigente y ambicioso en busca de fórmulas de mejora para su competitivo plantel. Y las mejores posibilidades a estas alturas de mercado agotan sus opciones de jugar en la NBA. Ya sea vía liga de verano o a través de negociaciones, son varios los jugadores que han dejado en modo espera el interés azulgrana.
No es el caso de Landry Nnoko, un movimiento que se ha diluido con el paso de los días y que parece descartado. El camerunés cumple con el perfil que se requiere. Un pívot móvil, atlético, compatible con la defensa de cambios automáticos que promulga Ivanovic. Pero lo más importante e imprescindible para cualquier jugador que pretenda recalar en el Baskonia es la posesión de un pasaporte comunitario. Una condición indispensable para que la plantilla pueda competir sin restricciones en la Liga ACB, dado que Peters y Baldwin ocuparán las dos plazas de extracomunitario al inicio de las competiciones.
Nnoko reúne los requisitos, pero la dirección deportiva tiene otras preferencias a las que quiere esperar. Perfiles jóvenes como Sandro Mamukelashvili (22 años) o Killian Tillie (23), hermano del exbaskonista Tim, que apurarán hasta el final de verano en busca de un contrato garantizado en la NBA, serían descartes de lo más seductores. El georgiano ha sido escogido por los Milwaukee Bucks en el 'draft' (posición 54) tras su formación universitaria pero su presencia en la plantilla no es segura. Lo mismo ocurre con el francés, que en la última temporada debutó con los Memphis Grizzlies y ahora es agente libre restringido (opción de la franquicia de igualar cualquier oferta que reciba). Ambos se encuentran disputando la liga de verano en busca de una oportunidad.
Otros con algo más de experiencia, como Enoch o Motiejunas, son objetivos ahora caros pero cuyo precio podría bajar en las próximas semanas. Aunque negociar con el Obradoiro o ganarle la partida al Efes no parece sencillo. Motivos por los que reina la calma en el Baskonia, con las redes en la alta mar norteamericana y la caña en los ríos europeos. En esas aguas se mueve Petr Cornelie, recién regresado de Tokio y con negociaciones avanzadas para dar el salto a la NBA.
La posible inyección económica por la salida de Giedraitis (un millón de dólares) ayudaría a apostar por una pieza interior codiciada, pero las dificultades serían las mismas en el caso de que el lituano se baje de la nave azulgrana. Exteriores comunitarios y de nivel Euroliga no quedan tantos en el mercado y dos de las opciones sondeadas ya tienen su futuro definido. Ishmail Wainright jugará en los Toronto Raptors e Isaïa Cordinier hará lo propio en los Brooklyn Nets. Por ello, la opción de un Zoran Dragic revalorizado tras los Juegos Olímpicos, pese a haber renunciado a sus derechos ACB hace poco más de un mes, no es descartable. Para los impacientes, un recordatorio. Polonara llegó el 28 de agosto de 2019. El resto, es historia.
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