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sergio eguía
Sábado, 19 de octubre 2019, 01:29
Falso vacío interior. Es la mezcla de dos ideas seguramente más difíciles de conjugar que ver al Baskonia dominando el rebote en un partido.
Por un lado está el vacío interior que sufre el equipo, la falta de dominio en la pintura, que de ... no solventarlo pronto terminará por generar un peligroso vacío emocional en los aficionados.
Por otro lado se refiere al falso vacío, un concepto relacionado con la teoría cuántica de campos que viene a describir lo que había en el universo antes del Big Bang. Ese momento en el que parecía que no había nada de nada en el espacio, pero que escondía energía suficiente para generar todo lo que hoy existe. Solo faltaba la chispa adecuada. Buena canción de los Héroes del Silencio, por cierto.
Se pueden contar muchas cosas sobre lo que no acaba de funcionar en el equipo de Zurbano. La adaptación, las lesiones, el acierto en los tiros libres, los errores no forzados... Lo que es evidente es que no se rebotea lo suficiente. Y es terrible, porque la plantilla, nombre a nombre, invita a pensar que no se debería escapar ni un rechace.
En la presente Euroliga, el Baskonia tiene un ratio de rebote real del 48,1%. Es el úndecimo de la competición en el ranking que muestra el número de capturas sobre las que se producen en cada partido. Un índice que elimina el ritmo y el número de posesiones y que permite coparar de manera fiable el rendimiento de todas las plantillas.
Ser el once de 18 no parece bueno, pero podría ser. No todos los equipos basan su fuerza en el dominio de la zona. El Baskonia, en teoria, sí. Lo malo es que si se compara con las temporadas inmediatamente anteriores, el descenso es notable.
Cada uno de los tres últimos cursos, los vitorianos acabaron como el cuarto club con mejor ratio reboteador. El año pasado, un 52,1%. Igual que en la campaña 2016-17. En la intermedia bajó un punto (51,1%) pero se mantuvo en similar escalón.
La primera tentación, tan comprensible como injusta, sería señalar que la marcha de Poirier y Voigtmann no se ha compensado correctamente con la llegada de Eric y Fall. Los números soportan la crítica. La empatía induce a ser pacientes. No obstante, es innegable que no están respondiendo a las espectativas ni Diop, que pasa de promediar 2,9 puntos y 2,5 rebotes el año pasado a 0,7 tantos y un rechace; ni Eric -desesperado y clamando al cielo en Estambul- que cae de los 11,1 puntos y 5 rebotes a 6,7 y 2,3; ni, como era de esperar, Fall que deja atrás los 11,9 + 7,5 de la débil Champions League para enfrentarse a la tozuda realidad de la máxima competición continental (3,7 + 3,3).
Y cuando no se cierran las ventanas de atrás, la corriente tampoco permite abrir la puerta delantera. Se necesita el viento a favor para galopar hacia la canasta contrario. El Baskonia anotó 11 puntos en contraataque, en el victorioso estreno contra el Zalgiris. Luego hizo 12 contra el Khimki, que le devolvió hasta 17 a la carrera. Se perdió. El jueves, en Estambul, solo siete tantos a la contra; por 13 del Fenerbahce.
Es raro ver que los azulgrana reciben más de lo que reparten. En el inicio europeo del pasado otoño, 13 puntos al contraataque contra cinco del Zalgiris. Luego se perdió contra Olympiacos y Real Madrid. Solo una canasta ganando la espalda de los griegos. Seis puntos a los blancos, en un 97-79 para olvidar. La cuarta jornada, aun pinchando en Múnich, la cosecha a la carrera fue de 17 puntos.
Por descontado que las disfunciones del Baskonia no pasan solo por detalles como el rebote y el zafarrancho ofensivo. Tampoco es fácil distinguir lo complicado de lo simple, que cantaba Bunbury. Eso sí, en la lista azulgrana de promesas a olvidar parece que se ha quedado aquello de tener un grupo muy físico en defensa que sacara claras ventajas con el talento de sus exteriores y sus dos 'cuatros' a la carrera.
Claro que todo arde si le aplicas la chispa adecuada y en cuanto Perasovic de con esa tecla, el falso vacío en la pintura del Buesa debería dar un buen petardazo. Eso dice la física cuántica, al menos.
Ilimane Diop. El canterano azulgrana promedia 0,7 puntos y un rebote en Euroliga. El año pasado: 3,9 y 2,5.
Micheal Eric. El veterano interior ha bajado de los 11,1 tantos y 5 rebotes para Darussafaka a 6,7 y 2,3.
Youssoupha Fall. La Euroliga no tiene nada que ver con la Champions y sus 11,5 puntos y 7,5 rebotes han quedado en 3,7 y 3,3.
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