«Espero que se tenga paciencia con Fall»

Es un mercado que los azulgranas, limitados para competir económicamente con los transatlánticos europeos, tienen muy en cuenta a la hora de buscar talento en el extrarradio baloncestístico. Desde que Ilimane Diop y su hermano mayor Mamadou llegaran a Vitoria, han sido varios los proyectos africanos que el Baskonia ha incorporado a su cantera. El último, El Hadji Ngom, senegalés de 17 años que llevaba tres campañas desarrollándose en el Baloncesto Torrelodones.

«Antes solo se miraba a África para buscar chicos altos y es normal que sean los que lleguen. Ahora, se empiezan a dar más oportunidades a exteriores, pero quedan unos años para que eso se vea reflejado», apunta Savané. Es el caso del canterano baskonista Pape Sow. Senegalés, de nuevo, de quién han contado «muchas cosas positivas» al expívot ACB y por el que se alegra de estar en la estructura vitoriana porque «ha demostrado ser un club capaz de criar a jugadores así». Con 16 años, Sow realizó la pretemporada con el primer equipo. Tanto el club como Savané esperan que pueda asentarse en la cima.

Mientras el prometedor alero se desarrolla en el filial, dos compatriotas y un nigeriano confluyen en el puesto de 'cinco'. Igual que el año pasado, con Eric en vez de Jekiri. Una rotación de tres extremadamente frustrante. «Siempre hay alguien descontento porque no tiene continuidad», reconoce Savané. Con ese hándicap parte Youssoupha Fall en el año de su reválida. La fascitis plantar sufrida en el cierre del curso pasado le ha tenido apartado en pretemporada y le ha relegado a ser el tercero en la rotación.

«Espero que se tenga paciencia con Fall. Una vez le pregunté sobre la NBA y me gustó su respuesta. Me dijo que ahora mismo estaba centrado en ser el mejor jugador posible y dar lo máximo al Baskonia. Lo tiene muy claro y esa es su única meta». Savané está tratando de ayudar a Fall desde que aterrizó en Europa. Charla con él, le da consejos y sabe de todo el esfuerzo que el poste de Dakar está haciendo por adaptarse. Entiende que el baloncesto no espera a nadie pero sabe, por experiencia, que los africanos tardan más tiempo en explotar porque empiezan más tarde a jugar al baloncesto «en países sin infraestructuras».

«Es joven, con muchísimo talento potencial y se está centrando en potenciar sus habilidades para mejorar sus debilidades». Su estatura, los 221 centímetros, tiene muchas ventajas pero recuerda que «hay que cuidarla muchísimo» para lograr que esté en su estado óptimo. Se acuerda del primer Walter Tavares, del que debutó en Gran Canaria. «Se le veían cosas, pero se ha tenido que ir puliendo para ser el jugador más impactante en Europa». Eso sí, le horroriza la comparación con el jugador del Real Madrid. «Siempre peleo con amigos periodistas sobre ponerle estos apelativos. 'El próximo Michael Jordan' nunca le ha ido bien a nadie».

Si alguien puede hablar de paciencia en el Baskonia es Ilimane Diop. Flamante capitán, sabe más que nadie lo que es trabajar sin tener asegurada la recompensa. Siempre por detrás de otros pívots y relegado a la sombra del banquillo para volver a empezar de cero cada temporada. «Por experiencia, siempre digo que el verano es tu momento para mejorar al máximo. Te dedicas a tí, egoístamente a tí. Tu cuerpo, tu técnica Todo. Diop lo hace y aún así, no tenía minutos».

Fue llegar Ivanovic, que era el entrenador cuando llegó a Vitoria, y aportarle al 'Alcalde', como le denomina Savané a 'Ili' por todos sus años en la capital vasca, «las cosas que necesitaba». Garra, defensa y un rol definido en ataque. «Cada vez lee mejor el juego y ya dio el paso en el final de la temporada pasada. Ahora se le ve asentado». Sin embargo, el que parece contar con la mayor confianza del técnico es Jekiri, del que destaca su capacidad para rebotear y su físico. «Me alegra estar ya retirado para no tener que fajarme con alguien como él», bromea. «Se adaptará rápido», vaticina Savané, una leyenda de la ACB orgullosa de ver cada vez a más talentos africanos en ella.