Baskonia 95 - 92 UCAM Murcia

Una espera agónica: casi cinco minutos para que Baldwin lanzara los tiros libres claves del partido

El timonel de 27 años nacido en el estado de Georgia fue el principal protagonista del garrafal último minuto del tiempo reglamentario. El Baskonia llegó con una renta de cinco puntos tras una buena jugada entre Moneke y Hall. El Buesa Arena ya se empezaba a relajar cuando Troy Caupain, tras un mal ataque del UCAM Murcia y con un -8 de valoración en su estadística, anotó un triple que obligaba a los azulgranas a seguir bregando. Todo estaba a punto de torcerse a la salida del tiempo muerto.

Ataque local. Uno contra uno de Moneke con el propio Caupain. Clara ventaja del nigeriano, que saca la personal y va a los tiros libres.Falló el primero. Desviado. Un suspiro. Y otro lanzamiento fuera, con la mano encogida. Ataque visitante. Opción de empatar (83-81). Ennis encara a Howard y le rebasa con facilidad. Mucha. Tiene un pasillo hacia la canasta y obliga a Hall a cortar su avance con falta. Moneke aún está lamentándose de su desconexión en la línea personal. Celebra cuando el escolta del conjunto pimentonero falla el primero. Pero anotó el segundo (83-82, a falta de 17 segundos).

Tiempo muerto de Pablo Laso, que elige sacar de fondo en vez de hacerlo desde cancha delantera. Howard recibe pese a la intensa defensa de Sant-Roos. Llegó el dos contra uno con la ayuda de Rodions Kurucs. Un zarpazo que los árbitros no consideraron como falta y la pérdida de balón. El error del astro azulgrana dio paso a diez segundos inverosímiles. Caupain no se atreve a intentar la bandeja ante la defensa de Baldwin, Ennis saca el balón fuera, Birgander, liberado, ni siquiera mira al aro y le entrega la posesión a Rodions Kurucs que con un reverso se jugó el triple cuando aún quedaban 10 segundos para el bocinazo final. Se le quedó corto, pero tocó el aro y el balón le cayó a los pies a Caupain, que ante el desorden, y un Buesa Arena atónito, aprovechó la pasividad azulgrana para levantar el tiro y colocar el 83-82.

Ya no había tiempos muertos y los jugadores azulgranas bajaron los brazos entre el escepticismo y el sonrojo. A Moneke le costó un mundo volver a poner el balón en juego entre el jolgorio murciano, pero aún quedaban 6 segundos. Baldwin, con el corazón en la boca después de 31 minutos de juego en su debut en la ACB, aceleró, dejó atrás a Sant-Roos y lanzó una bomba en la que intercedió Birgander. Un ligero contacto en la cadera fue señalizado como falta. Desde el pitido arbitral hasta el lanzamiento hubo una revisión para saber el tiempo que quedaba (1,5 segundos) y si un cambio de Sito Alonso era válido. Y Ennis se cambió de lado antes de que Baldwin iniciara su ritual de tiro.

Pese a que no pudo dar la victoria en primera persona, su segunda parte fue estratosférica y vital en el partido. Baldwin aceleró el juego y con su velocidad ablandó la defensa del UCAM Murcia. Aprovechó así la oportunidad de alzarse como el base principal del equipo en detrimento de un Forrest descartado por primera vez en la ACB y con una lenta adaptación al baloncesto europeo.