En el escenario más ruidoso

Comparece en la cancha más ruidosa de Europa, la más multitudinaria. Los más de 15.000 asientos del Zalgirio Arena ya están vendidos. Es el pan de cada día para el departamento de tícketing del histórico club de Kaunas. El equipo de Perasovic visita una tierra lituana donde se ama el baloncesto por encima de otros deportes. Es la cuna de Sabonis, Kurtinaitis, Marčiulionis, Chomicius y otros grandes, la misma que ahora ensalza a un ídolo vestido de traje; Sarunas Jasikevicius. Es el timonel del Zalgiris, un alquimista que destaca en la nueva hornada de técnicos europeos, capaz de sacar chispas a plantillas sin grandes nombres, pero que acaban por tener personalidad propia.

«Es un equipo con una filosofía muy clara. Son duros en defensa y ordenados en ataque». Perasovic retrataba así al rival de esta noche antes del primero de los tres viajes con los que el Baskonia abre la Euroliga. Semejante concatenación de desplazamientos tiene al croata contrariado, aunque la fase regular es tan larga, 34 jornadas, que habrá tiempo para baches, aceleraciones, depresiones y momentos álgidos.

El motor continental arranca con una meta clara que se ha logrado en las últimas cuatro temporadas; alcanzar uno de los ocho puestos que permiten disputar los cuartos de final. Perasovic acepta el reto, pero también recuerda que «hay unos doce o catorce equipos que tienen el mismo objetivo». Uno de ellos será el Zalgiris, con un presupuesto de 12 millones -8,5 destinados a salarios de la plantilla- que le sitúa en la clase media-baja de la Euroliga.

El croata ve al plantel lituano como un competidor directo, aunque detecta un matiz diferencial entre ambos clubes que comparten la obligación de reapuntalar cada verano sus plantillas tras la marcha de algunos de sus pilares. «Tenemos cosas similares excepto una. No tienen nuestra presión. No clasificarnos entre los ocho primeros es algo que nosotros consideramos un fracaso y ellos no».