Un equipo tocado y hundido

Después del suplicio en Atenas, llegó el calvario en Andorra. Si alguien pensó que las cosas no podían ir a peor, la lesión en el minuto cinco de Marcus Howard, un golpe en la espalda, dejó el panorama aún más complicado para el Baskonia. Una ... situación difícil de digerir para Joan Peñarroya y sus seis jugadores sanos al que se tuvo que sumar un Moneke que apenas pudo trotar sobre el parqué andorrano. El más de lo mismo se dio 48 horas después de la derrota en el OAKA, con un grupo desgastado física y mentalmente que pudo sostener la contienda hasta donde las fuerzas y el acierto le dieron, a pesar de que los locales no pusieron la quinta marcha hasta mediado el tercer cuarto con un festival de triples (15 de 26 intentos) para hundir más a un Baskonia descosido. Defensivamente lastrado por la falta de efectivos, tampoco los intentos desde la larga distancia, 4 de 21 en triples, pudieron anestesiar la profunda herida abierta en el equipo alavés y en el club de Zurbano. Malos tiempos para la lírica que proclamaría en los años 90 Golpes Bajos.