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El talento desbordante de Thomas Heurtel vuelve a quedar ensombrecido por la enésima cuestión extradeportiva. El base galo es agente libre tras finalizar su contrato de una temporada en el Real Madrid y la búsqueda de un nuevo destino se encuentra salpicada por otra cuestión de decoro. El ex del Baskonia se comprometió verbalmente con el Zenit de San Petersburgo a finales de junio, pero la Federación Francesa anunció oficialmente que los jugadores que representen a equipos rusos no serían convocados en torneos internacionales debido a la guerra en Ucrania.
«Todos los jugadores seleccionados para los equipos masculino y femenino de Francia están invitados a firmar una declaración jurada indicando que no están comprometidos y no se involucrarán con un club ruso o bielorruso mientras dure el conflicto con Ucrania», reflejó el comunicado del organismo. Deseoso de jugar el reciente Eurobasket, Heurtel paralizó su fichaje por el conjunto de Xavi Pascual, firmó el certificado y fue el segundo jugador más valorado de Francia durante un campeonato (14,3, solo por detrás de Gobert) en el que se colgó la medalla de plata.
Ahora, de regreso de Berlín, se le presenta una encrucijada. ¿Traicionar a Francia o renunciar al dinero del Zenit? El club de San Petersburgo mantiene su potencial financiero pese a quedar excluido de la Euroliga y este verano ha logrado atraer a jugadores de renombre como el exmadridista Trey Thompkins o Joe Thomasson (Manresa) para unirse a sus filas, alistadas por un Xavi Pascual que no logró romper su contrato para firmar por el Maccabi.
A sus 33 años y tras haber salido por la puerta de atrás de clubes como el Baskonia, el Barça o el Madrid, la oferta económica rusa es muy suculenta y le mantendría su caché. Según medios franceses, el Zenit espera hacer oficial el acuerdo en los próximos días, lo que depararía unas espinosas posibles consecuencias para el jugador.
«Si no se respeta el compromiso firmado, el jugador o miembro del personal no cumplirá con los criterios de selección para las próximas competencias internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos de 2024», reflejó la selección francesa en el mismo comunicado. Una advertencia que ya tuvo su efecto con Louis Labeyrie y Livio Jean-Charles, que formaban parte de la prelista de Collet, y desaparecieron de la misma después de fichar por el Unics y el CSKA respectivamente.
Ahora Heurtel tiene la pelota en su tejado. Ante la falta de jugadores franceses contrastados en el puesto de base, con Ntilikina y Maledon sin lograr el paso adelante esperado, y después de haber demostrado en este Eurobasket con 10,4 puntos y 7,1 asistencias que sigue al máximo nivel, no sería descabellado pensar que sería el base titular para el Mundial de 2023 y los Juegos de París en 2024, donde Francia volverá a ser favorita.
Pese a su indiscutible talento, ningún equipo de la Euroliga parece dispuesto a apostar por él. Su carácter juega en su contra. Estuvo durante meses forzando su salida del Baskonia, tuvo un encontronazo con Jasikevicius y ocultó al Barcelona su intención de fichar por el Madrid y Pablo Laso le apartó del equipo la pasada primavera tras conocer una salida nocturna en Atenas previa a un partido contra el Panathinaikos y en plena mala racha de los blancos. «Si pudiera volver atrás, nunca cometería el mismo error», reflejó en una entrevista en L'Equipe antes del Eurobasket en la que se mostró preocupado por su imagen. «No quiero que la gente me vea como lo que no soy. Soy un apasionado, quiero ser el mejor y ganar títulos», concluyó. Ahora el destino le pone delante una nueva prueba.
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