Emotiva ovación con sabor a retirada para Scola

Queda la duda de si habrá sido el último partido de su carrera. «Es solo cuestión de tiempo, pero es probable que no juegue más», señaló a la conclusión del choque. El baloncesto se le cae de los bolsillos, pero los 41 años y una despedida tan emotiva en el torneo que le encumbró a nivel global parecen un final acorde a su leyenda. «Scola es el mejor jugador que ha nacido en nuestro territorio. Nos llevó a lugares insospechados», ha expresado el técnico Sergio Hernández, el Oveja, que también se despide.

Aunque la puntilla la ha dado en redes sociales el alma de aquella selección que derrotó en la final de Atenas 2004 a los Estados Unidos. «Gracias por enseñarnos tanto en estos años y por liderar con el ejemplo siempre. Un lujazo de compañero. Aplaudo de pie», le ha dedicado Manu Ginóbili al tercer jugador con más minutos en la historia de los Juegos Olímpicos (981).

'El Chapu' Nocioni también se ha sumado a la cascada de felicitaciones en su cuenta de Instagram recordando el momento que se vieron por primera vez. «Te conocí a los 15 años, en aquella preparación en Arequipa. Te pregunté para que venías a entrenar si ya estabas jugando con la sub-22». Scola sonrió. Casi 30 años después, sigue siendo el primero en llegar a los entrenamientos. Con un envidiable palmarés internacional con un oro y un bronce olímpico, dos platas mundiales y otras nueve medallas en campeonatos FIBA.

En materia de clubes, el Baskonia y Vitoria fueron su más afectuosa guarida. En las nueve temporadas que estuvo vinculado a la entidad azulgrana (dos cedido en Gijón)– ganó una Liga (2002), tres Copas del Rey (2002, 2004, 2006) y tres Supercopas consecutivas (2005, 2006, 2007). Fue el mejor discípulo de Dusko Ivanovic, al que le debe una visita para «decirle lo importante que ha sido» en su carrera. Luego saltó a la NBA, en la que militó otras diez temporadas.

Entonces, el Baskonia contactó con el argentino para proponerle su regreso en un proyecto con Prigioni como apuesta en el banquillo. Pero las conversaciones no fructificaron. Lo económico quedó a un lado. Luifa entendía que no estaba preparado para un reto de tal exigencia y prefirió probar en el baloncesto chino. Pero el Mundial de 2019, donde fue el héroe de una Argentina subcampeona, le devolvió al escaparate de la Euroliga. En Milán, para competir en Varese el último curso.

El retorno del jugador más importante en la historia de la entidad azulgrana, según las palabras de Josean Querejeta en su adiós de Vitoria, jamás se produjo. Dejó casi tres millones en las arcas y los corazones compungidos. Igual que ahora al ver como se apaga una trayectoria incandescente.