«Dusko es un técnico detallista para quien las cosas sólo cabe hacerlas bien»

- Un 'culo inquieto' al abarcar tantos lugares de la geografía mundial.

- Bueno, de 'culo inquieto' poco porque llevo muchos años pero, realmente, en pocos clubes. Siempre he estado dos o tres temporadas como mínimo en un mismo sitio. Es una trayectoria que me está llenando a nivel profesional y personal. Estoy muy satisfecho hasta la fecha.

- ¿Qué recuerdos permanecen en usted de aquel Baskonia tan relevante al que contribuyó como asistente en los inicios del siglo?

- Fueron seis años muy bonitos y también muy importantes para el Baskonia. En el primero conseguimos el doblete, luego ganamos alguna Copa y jugamos tres 'Final Four'. Para mí fue una escuela muy importante. Mis primeros años a nivel profesional en un club que jugaba partidos de altísimo nivel.

- ¿Qué rescata de cada jefe con los que trabajó en Vitoria?

- Vas cogiendo ideas de cada uno de ellos, no tanto tácticas porque el baloncesto va evolucionando, pero sí en la forma de hacer. Tanto las buenas como las malas. Dusko es un entrenador muy detallista para el que las cosas sólo se hacen de una manera. Sólo cabe hacerlas bien o lo que él considera que está bien hecho. Es una de sus virtudes que he tratado de copiar siempre. De Pedro aprendí mucho en muy poco tiempo con ideas a nivel táctico diferentes, menos rígidas y más ricas en matices. 'Peras' es de la escuela de Dusko, aunque tenía menos experiencia. Y 'Boza' ya no tenía la fuerza de sus inicios en cuanto a exigencia, pero de la gente que he conocido es el que más sabe de baloncesto.

- ¿Cómo afrontó el trago de relevar a Perasovic tras su angina de pecho en una plaza de esta exigencia?.

- Bien por el apoyo de la directiva y de los jugadores. Para mí fue una experiencia muy bonita y no noté ninguna presión especial. Disfruté mucho ese mes y pico. Fueron partidos importantes de la Euroliga en los que el equipo jugó muy bien, nada encorsetado y muy suelto. Hicimos muy buen baloncesto y llegamos a la 'Final Four' de Atenas.

- Conoce la exigencia intrínseca del Baskonia. Hasta el punto de que muy probablemente sea el de Andorra el último encuentro de Joan Peñarroya en el banquillo. Desde un ejercicio de empatía, ¿cómo valora su situación?

- Me imagino que Joan ha viajado a Atenas no pensando en lo que le espera después del partido, sino centrado en el duelo con el Panathinaikos. Porque lo demás no depende de él. Supongo que no habrá vivido la mejor de las semanas para un entrenador. Hay que tener un respeto por la figura de Joan.

- En 2007, Natxo Lezkano voló solo a Palencia para permanecer allí nada menos que ocho años. Tanta longevidad en un mismo sitio habla bien de usted. Subió de LEB Plata a Oro.

- El equipo estaba en zona de descenso de la LEB Plata. En principio no tenía pensado ir allí para ocho temporadas. Era una forma de meterme en el mercado. Me gustó mucho la experiencia, el aire que se vivía en la ciudad, el club, la afición... Todo con los pies en el suelo, pero al mismo tiempo con ambición. Cumplimos siempre los objetivos propuestos y yo estuve encantado. Es una ciudad de 80.000 habitantes donde el baloncesto es más importante que el fútbol. Y eso no pasa en muchas. Iban 5.000 personas al pabellón. Y después de marcharme ha seguido creciendo.

- Luego llegó a un club histórico como el Breogán. Y sube después de casi tres lustros sin partidos de la máxima categoría en Lugo. ¿Tiene localizado el botón del ascensor?

- He tenido la suerte de ir a sitios donse se daba esa posibilidad. Lugo, como Palencia, también es una ciudad de baloncesto. Y es, además, un club con tradición. Llevaba trece temporadas en la LEB, simpre cerca del ascenso pero sin dar el paso.

- Por la puerta de Lugo regresó a la ACB. ¿Confiaba en ello? Es como el juego de las sillas, sólo hay dieciocho y muchos aspirantes a sentarse. Además que salir de la rueda siempre complica la vuelta.

- Una vez que salí del Baskonia se me quitó el anhelo o el sueño de estar en la ACB o en la Euroliga. Nunca he tenido esa ambición por encima de todo. He sido muy ambicioso para sacar el máximo partido a un equipo. Mi reto profesional cuando estoy en un sitio es crecer y dejarlos mejor que como me los encontré, lo más arriba posible. Creo que eso siempre lo he conseguido y estoy muy orgulloso de ello.

- Entonces asumiría con naturalidad retornar a la LEB en Oviedo.

- De hecho estuve encantado en Oviedo. Tenía claro que si entrenaba en LEB quería hacerlo en ciertos sitios, no en cualquiera. Y uno de ellos era ese. Me encanta Asturias, es mi lugar favorito en el mundo. Descubrí un club familiar donde se me trató muy bien. Viví allí el año de la pandemia, pero quitando eso fue una época maravillosa. Fui muy feliz en Oviedo.

- Su carrera guarda un cierto paralelismo con la de Peñarroya. Entrena usted en Andorra, donde él lo hizo con mucho éxito ocho años, ascendiendo de LEB Plata a la ACB y disputando la Copa en Vitoria.

- La trayectoria de Joan es impresionante. Pocas veces se ha visto lo que él hizo en Andorra ni tampoco lo que ha ido haciendo después. Muy bien en Manresa y Burgos. Puede gustar más o menos, pero no cabe duda de que es un gran entrenador.

- Dirigió usted a Costello en la selección de Costa de Marfil. Un valor muy fiable en horas bajas.

- Entiendo que llevamos muy poco de liga y también que la exigencia en este deporte siempre es muy alta. Pero es muy difícil rendir siempre al máximo nivel. Los jugadores pasan por baches. Y Matt no es sospechoso. Es un gran jugador y un hombre comprometido. Lo que le pasa puede ser circunstancial.

- ¿Si le pidieran que se definiera como entrenador en un anuncio por palabras?

- Intento ser un entrenador honesto y exigente. Tácticamente me resulta muy incómodo decirlo. Creo que me adapto al equipo que tengo, para mí la cualidad más importante de un entrenador. He estado años en África y es un baloncesto muy diferente al europeo. Uno de los retos bonitos de los técnicos es la adaptación, aunque intento que mis jugadores hagan el baloncesto que a mí me gustaría ver como espectador.

- Hoy se enfrenta a un Baskonia que hace un año cautivó a Europa entera con su espléndido ataque. ¿Cómo puede ser que el conjunto esté ahora tan bloqueado, sin ideas en media cancha y vulnerable?

- Es difícil juzgarlo desde fuera, pero es que el equipo no es el mismo. Hay otros jugadores. Sí comparto que era el más bonito de ver.

- El cráter que ha dejado Thompson con su marcha a Estabul es enorme. Estaba al nivel de los espléndidos bases de la historia azulgrana.

- Sí, deja un vacío. Es uno de los grandes bases de Europa. Un grandísimo jugador de los que cuesta reemplazar.

- ¿Qué espera de su Andorra esta temporada?

- Espero que seamos un equipo que va a más con la humildad y la ambición por banderas. Ser competitivo todos los días y luego veremos nuestro techo. Pueden ser doce victorias o alguna más.

- ¿Cómo es la vida en el paraíso de los 'youtubers'?

- Tranquila. Si te gusta la naturaleza tiene paisajes increíbles, de postal permanente. Si te gusta sólo la ciudad, pues mal porque la capital tiene 40.000 habitantes, los que un barrio de Vitoria como Lakua. Es diferente. La calidad de vida es muy buena, el país muy seguro y con todas las necesidades cubiertas. Un buen sitio para vivir.