El duro camino de la consolidación

Es el tipo de calendario que le ha caído en suerte al deporte de la canasta a este lado del Atlántico. Trepidante para unos, indigesto para otros, pero que obliga a los equipos a no parar demasiado en lo sucedido en el pasado reciente ni a hacer grandes planes de futuro.

Es la tesitura en la que se encuentran los dos equipos que se enfrentan esta noche en el Gran Canaria Arena. Hace un mes, el club de Zurbano forzaba el despido de Pedro Martínez para reconciliarse con Velimir Perasovic e intentar reactivar el frente continental antes de que se alejara el tren de los cuartos de final de forma prematura. Desde entonces, el conjunto vitoriano ha dado pasos clave en su recuperación en la Euroliga. Dos derrotas consecutivas a domicilio ante el Armani Milán y el Anadolu Efes dieron paso al volantazo decisivo para volver a la vía correcta con el triunfo en casa ante el CSKA y la conquista de la cancha del Maccabi el pasado jueves. Sin embargo, la competencia sigue siendo salvaje en la Euroliga. Tras encarrilar dos triunfos, el Baskonia cerró la pasada jornada en la undécima posición de la tabla, a una victoria del octavo puesto.

Es la misma distancia que separa al Gran Canaria de la tierra prometida del 'play off'. En este sentido, el duelo de esta noche sirve para que uno de los contendientes quede relegado, aunque el camino de la consolidación seguirá siendo duro para ambos. Lo será para un Baskonia que sigue huérfano de Garino y Sedekerskis y sin sensación aparente de que Penava o Miguel González puedan aportar algo más allá del apoyo desde el banquillo. El Baskonia navega entre gigantes con una longitud corta de eslora. No sería mayor problema si no fuera porque hay ciertos rendimientos bajo sospecha dentro de la plantilla que gobierna Perasovic.

El equipo vitoriano parece vivir en un continuo estado de emergencia, dadas sus necesidades clasificatorias en la Euroliga. En esta tesitura, el croata tiende a marcar de forma tajante la frontera que separa a los jugadores que le son útiles de los que suponen un problema para ganar el partido en curso. La ruptura más radical sucedió ante el Iberostar Tenerife, con Shields y Hilliard relegados al banquillo durante toda la segunda parte. La medida dio paso a la remontada del Baskonia, que murió en la orilla con síntomas de agotamiento en algunas piezas clave como Janning.

Está por ver si los castigados recogen el guante lanzado por el técnico balcánico o si éste toma medidas similares en una batalla continental como la de esta noche. El Baskonia comparece en la cancha de un Gran Canaria que también tiene su cuota de desvelos en una temporada compleja con su debut en la máxima competición europea. La exigencia que impone la Euroliga ha convertido la singladura de los insulares en un trayecto tormentoso que incluso le ha llevado a quedarse rezagado en la Liga ACB. La delicada situación de Salva Maldonado terminó en ruptura y un atípico proceso sucesorio. Cuando todo parecía apuntar a que Pedro Martínez tomaría las riendas del 'Granca', la opción del extécnico baskonista quedó en vía muerta para dar paso a la promoción del asistente Víctor García al puesto de entrenador principal. El caso es que, en estos momentos, la escuadra canaria vive su mejor momento de resultados. De momento, encarrila tres victorias consecutivas en la Euroliga tras superar a domicilio al Darussafaka y al Armani Milan y en casa al Buducnost.

Mientras, también es un club que se mueve en el mercado. Reclutó al serbio Nikola Radisevic para apuntalar un puesto de base donde Clevin Hannah sigue recuperándose de la lesión en un dedo de la mano derecha. También se ha reforzado con el estonio Siim-Sander Vene para el puesto de alero al tiempo que negocia la rescisión del contrato de Chris Evans.