Un perseguidor demasiado frágil

Más allá de los vaivenes en el marcador, el conjunto de Pedro Martínez miró al Real Madrid desde una posición de inferioridad manifiesta. Las hechuras de cada plantilla imponen las diferencias lógicas, pero hay un nivel de conjunción y una capacidad de pegada en las filas blancas que ahora son muy superiores en comparación con azulgranas. El grado de puntería o el variable reparto de talento son patentes, pero también queda claro que el Baskonia deja una huella de equipo inestable para ciertas batallas grandes después de haber cruzado armas con dos serios aspirantes a alcanzar la Final Four de Vitoria.

La inercia positiva lograda tras el triunfo en Kaunas pierde fuerza y el Baskonia se ve obligado a recuperar terreno en el arranque de la Euroliga. Nada que no entrara dentro de las posibilidades y que no pueda adquirir un rumbo distinto si los vitorianos logran subirse de nuevo a una ola buena. Es la difícil singladura que le espera al grupo de aspirantes en el que se incluye el plantel azulgrana. Es ese conjunto de equipos que deben navegar a través de una fase regular cruenta con la plena consciencia de que no habrá ni una sola noche en calma. La vivida este viernes en el Wizink Center fue una sesión frustrante en la que el Baskonia ejerció de perseguidor. Siempre a la zaga de un Real Madrid dominante, los azulgranas dejaron una borrosa impronta con reacciones tan fulgurantes como de constancia breve. Al otro lado, un Real Madrid sobrado de respuestas, siempre oportuno cada vez que veía como se acercaban los baskonistas. Frente a todo intento vitoriano de equilibrar el luminoso había un dardo venenoso que permitía al Real Madrid devolver el choque al congelador. Como principal línea argumental, la perniciosa fluctuación del rendimiento defensivo vitoriano.

El Baskonia no pudo contar con Shields, aún con secuelas del fuerte golpe recibido en la cabeza durante el duelo ante el Olympiacos. La baja principal en el puesto de alero quedaba en la reserva y recortaba la rotación azulgrana. El rompecabezas se recompuso con Granger en el puesto de escolta y Janning compartiendo con Garino las responsabilidades en la posición de 'tres'. En frente, un Real Madrid al completo. Tavares fue una vez más un gigante amenazador, pero Llull fue el primer tormento serio para los vitorianos. De sus manos salieron 13 puntos en un primer cuarto en el que el Real Madrid marcó la pauta para cerrar con un 25-19 a favor frente a un visitante con serios problemas al timón, con Huertas desbordado por la estrella balear y un Vildoza de nuevo apresurado en exceso.

El brasileño recuperaba el temple en el segundo cuarto y encontraba en Garino a un hombre dispuesto a tapar ausencias en materia de liderazgo. El Baskonia se acercó con un 34-28 (minuto 15), pero vio frenada su progresión debido al oportuno bombardeo triplista de Rudy Fernández. No había forma de encontrar un camino para situarse a la par de un Real Madrid constante y que alcanzó el descanso con un 52-44 a favor. Los remos seguían en manos de los baskonistas. Janning y Vildoza activaron el cañón triplista y el Kirolbet facturó un parcial de 13-21 con el que igualó el choque (65-65, mnuto 28). Reapareció entonces Llull para reinstaurar el orden establecido. El balear colocó el duelo con un 74-67 al cierre del tercer cuarto y el Baskonia apenas sobrevivió unos minutos del arranque del último antes de despeñarse.