Diop toma la senda de la redención

Enrocarse en el 'Me llamo Ilimane y así es como yo juego al baloncesto', más allá de tratar de imitar lo que hacen otros pívots durante los pocos minutos que los sientan en el banquillo. Por desgracia, es lo que parece que se le ha exigido demasiadas veces en los últimos años. No le vendrá mal la llegada de Youssoupha Fall al equipo. El marabú de Dakar no es imitable y de ahí puede nacer una personalidad propia, un juego reconocible, que debe tener su no despreciable capacidad para tirar de tres como elemento diferenciador.

Ese es, en cierta medida, el Diop que se mostró en el Navarra Arena, en el primer amistoso de la pretemporada azulgrana. Con un talante muy diferente al que terminó la pasada campaña. Dispuesto a tomar sus decisiones, asumir los golpes y hacerlo a su manera. Como pívot, pero flirteando con la posición de cuatro. Abriéndose sin complejos, como lo hace Marc Gasol.

Se ve que las semanas con la selección entrenando a su lado le han servido para más cosas que llegar en un muy buen momento de forma al inicio del curso. Ágil, más rodado que sus compañeros, demuestra una confianza que no aparecía antes del verano.

Para empezar, no se enreda en violentos bloqueos para iniciar el 'pick&rol'. Casi los finta. Hace que va, pero inicia la continuación antes de terminar el movimiento. Bien hecho, sirve igual y tiene la ventaja de que se anula el riesgo de cometer falta en ataque. Algo que le ha penalizado en el pasado.

Además, leyó bien los ataques. Cuando coincidió con Shengelia, dejó espacio interior para que el georgiano cargue sobre el poste bajo, y después apoyó el rebote ofensivo. Y haciendo lo contrario cuando su pareja era Polonara -bastante ajustados para ser la primera vez que están juntos en la cancha-. Ganando el centro de la zona y ofreciéndose para recibir la asistencia.

Aunque lo mejor -sin tirar cohetes porque su par era Fran Guerra- fue la consistencia a lo largo de los 20 minutos que le concedió Perasovic. El croata lo sentó en dos ocasiones por desajustes defensivos, pero no puede más que estar satisfecho de su aportación. 10 puntos, 6 rebotes (dos ofensivos), una asistencia y 4 faltas recibidas (3/4 en libres), para 17 de valoración. Lástima que el más menos con él en pista acabara en -1.

Y lo hizo a intervalos regulares. Tres minutos y medio en el primer y en el segundo cuartos -en el que clavó un muy buen triple buscado y no por necesidad de la posesión-, siete en el tercero, cuando mejor jugó el Baskonia, y otros tres para cerrar el duelo. Esperanzador inicio.