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Hace calor en el interior del Bakh y la paliza a correr que se han pegado los jugadores tampoco ayuda. «Yo no lo haría», avisa Diop al encargado de meter el cable de su micrófono de corbata por debajo de la camiseta. «Hemos sudado bien ... hoy». Las cosas marchar rodadas hasta el momento en la pretemporada azulgrana. Solo tres ausencias. Vildoza, Garino y Eric, convocados con sus selecciones para la Copa del Mundo. El resto, disponibles y sanos. Algo por desgracia poco habitual en las preparaciones azulgranas.
Al equipo se le ve cómodo en ese falso rol de segundón al que le relega lo mucho y bien que se han reforzado los grandes clubes de la ACB y casi todos los de la Euroliga. Mejor. Más tiempo para trabajar con paso firme, sin excesiva presión y asentando conceptos que permitan dar la sorpresa cuando empiece la contienda. «La Euroliga siempre es algo enorme, con equipos extraordinarios. Todos los años lo ha sido», comenta Ilimane Diop, que atiende a los medios a un lado de la cancha en la que sus compañeros ejercitan el tiro. «Por eso es importante empezarla bien, porque te puede dar un susto cualquier equipo».
Entrenar con Marc Gasol
Eso implica que también el Baskonia puede sorprender a los, a priori, todopoderosos Madrid, Barcelona, CSKA, Khimki o Fenerbahce. Todos ellos triplican el presupuesto de los alaveses. A Diop se le ve confiado y concentrado. Ajeno a lo buenos que sean otros. Quizá porque llega de «pegarse» con jugadores de «otro nivel» durante las semanas que ha estado a las órdenes de Scariolo para ayudar a preparar el Mundial, el canterano piensa solo en su propio camino.
«Espero explotar este año. Yo lo voy a dar todo porque así sea», promete. No es nada que no haya asegurado al inicio de otras campañas, pero en esta ocasión su determinación suena más sólida. «Voy a dar mi máximo, todo mi esfuerzo. Si me salen bien las cosas, genial; si no salen bien..., cojo mi mochila y me voy a casa. Es lo que hay», reconoce. Hasta donde ha trascendido, el contrato del hispanosenegalés con el Baskonia termina el próximo verano. «Mientras hay vida, hay esperanza», dice sobre su continuidad en el club al que llegó como cadete en 2010. «Voy a sacar lo que pueda e intentaré hacerlo mejor que el año pasado. Estoy en el buen camino».
Opciones en China
Para ganarse los minutos que Velimir Perasovic no le concedió en la última campaña, Diop sabe que tendrá que reconvertirse en un ala-pívot. «El año pasado ya lo intenté en esa posición y no lo hice mal», argumenta. «Voy a jugar de 'cuatro', lo sé. ¿Compaginando las posiciones de 'cuatro' y 'cinco' como hacía Voigtmann? Eso parece. Ya lo intenté el curso pasado, insisto. ¿Por qué no este año? A ver cómo sale», zanja el asunto un tanto resignado a la idea.
El aspecto mental es en el que debe dar un paso adelante para acabar de demostrar todo el baloncesto que atesora. Centrarse en evitar errores, no conceder contactos innecesarios. «Se aprende mucho pegándote con jugadores top como Marc y Willy. Ahora tengo que aprovechar todo lo que he aprendido a su lado y sacarlo en el Baskonia».
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