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«El que tiene que correr es el balón, no el jugador». La frase es de Johan Cruyff y la firmaría cualquier otro genio del deporte. Es posiblemente en lo que está pensando ya Marcelinho Huertas de cara al partido de esta tarde (19. ... 30 horas). Al paulista le han dejado más solo que a los de Tudela en la dirección del equipo. Vildoza no estará. Ya jugó lesionado y medicado los dos partidos contra el CSKA en el Buesa. Granger sigue de baja y no hay señales de que se pueda incorporar pronto. Respecto a los canteranos, el club no sabía ayer si podría contar con Arturs Kurucs o Lautaro López para recibir al Fuenlabrada.
Pintan bastos, la verdad. Sin Janning, la rotación exterior se limita a Huertas, Hilliard (que podría intentarlo en el puesto de 'uno'), Garino y Shields. El argentino ha cumplido de manera excelente como escolta en el play off de Euroliga recién terminado.
Será pues el momento obligado para que Tadas Sedekerskis vuelva a la rotación, para que Miguel González (si está) pueda tener minutos abundantes... Para que Diop recupere los galones que le arrancaron los rusos, sacrificado para ampliar la presencia de Voigtmann como 'cuatro' y 'cinco' buscando confundir a los interiores moscovitas. Hay que dejar de pensar en lo pasado. Relajarse tras el titánico esfuerzo -Poirier estaba el viernes para llevarlo en parihuelas-, insuflar savia nueva y divertirse. A Jota Cuspinera, que ha cambiado radicalmente la forma de jugar del Fuenlabrada, le gusta correr. Corramos. A eso, al Baskonia pocos pueden seguirle el ritmo.
Lógicamente, al Fuenlabrada se le ganará defendiendo muy bien, aunque pudiera resultar suicida contra un Eyenga en gran forma o tipos peligrosos con espacios como Paco Cruz y el experimentado Rowland, duda para el duelo por un proceso vírico. Eso que dice el médico cuando estás enfermo y no sabe lo que tienes.
En el intercambio de golpes, el mejor ritmo de los vitorianos, aunque la resaca europea se deje notar, y lo mucho que mejora el tiro desde el perímetro cuando Hilliard y Garino liberan su mente, tienen que ser suficientes. Más allá de la victoria, el encuentro será un éxito si se usa para regresar al modo doméstico, empezar a interiorizar que la Liga ACB es lo que queda y que hay que ir a por ella.
El dominio del triplete interior azulgrana ha quedado más que probado. Es de lo mejor del continente. Con Shengelia cada día más fino -aunque el 5 de 16 en tiros libres de la serie contra el CSKA es muy preocupante-, con un Voigtmann más versátil que el interior de una Vito, de la que parece tener también el inagotable motor, y con un Vincent Poirier opositando en el escaparate de la NBA. Promete ser divertido.
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