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A Joan Peñarroya no se le puede discutir la coherencia entre las palabras y los actos. Llegó en verano a Vitoria con la mente abierta, aseguró que en principio contaba con todos los recursos humanos -léase plantel- que el club le ofrecía y abrió la ... puerta a quien se ganara la presencia sobre la cancha. En ese apartado incluyó a los tres canteranos bálticos. Relativamente residuales Kurucs y Raieste años atrás, en pleno proceso de involución Sedekerskis durante la segunda etapa de Neven Spahija. Asunto, este último, que la dirección deportiva reprochaba al técnico croata en voz baja.
Dicho y hecho. Después de trece compromisos oficiales ya queda constancia de que para el entrenador catalán todos los componentes del engranaje importan. O que se les puede sacar rédito para mantener ese ritmo abrasador que el equipo vitoriano necesita si desea pugnar con púgiles de los grandes pesos. En cierto modo, la apuesta democratizadora del tiempo por la que aboga el de Terrassa resulta hasta sorprendente en un club habituado a preparadores que se manejaban con un núcleo duro y reducido de jugadores. Habrá que ver si Peñarroya mantiene su tesis cuando se acerquen momentos determinantes, pero a fecha de hoy nadie de la plantilla se siente al margen del proyecto.
Cuentan que en el término medio habita la virtud. Y, al escribir del Baskonia actual, el péndulo de los minutos entre quienes más intervienen y los que menos oscila lejos de los bandazos. Puestos a rebuscar extremos salen los 28 minutos de media de Henry en la ACB y los 5 de Díez en la Euroliga. Pero incluso estos datos aparentemente dispares se merecen una explicación a pie de página. El base recién llegado para cumplir su segunda etapa azulgrana se metió una paliza anteayer entre el pecho y la espalda por la decisión técnica de procurar descanso a Thompson durante la visita del Betis, que requirió además de la espuela suplementaria.
Es precisamente el líder discreto del conjunto alavés (Darius) el hombre más utilizado en las cinco primeras semanas de la campaña. Pero por un margen mínimo con respecto a otro miembro relevante del grupo, el capitán Giedraitis, y Hommes. El base actúa un promedio de 25 minutos por partido, medio más que el alero lituano y uno por encima del 'cuatro' abierto estadounidense.
Pero, sin duda, la tendencia de Peñarroya a repartir dividendos y convertir el tiempo en un tema de democracia interna se nota aún más a la luz de unas estadísticas irrefutables. Nada menos que nueve de los doce integrantes del cuadro vitoriano -queda fuera Enoch de la ecuación por su ya largo período de baja- disputan entre los 25 minutos en cada duelo de Thompson y los 19 que acreditan el renacido Marinkovic y Howard. En el medio del sándwich aparecen Henry, Sedekerskis, Costello y Kotsar. Sólo Kurucs, Raieste y Díez -que también caben en la mente del técnico catalán- se quedan entre los 12 y los 7 minutos de promedio.
Tal como indicó el entrenador baskonista durante su presentación oficial, los canteranos bálticos «ya no son tan jóvenes» y él los trata como componentes más del grupo. Para labores concretas, como la de apretar los adversarios en defensa que encomienda al letón y al estonio y como socio de pleno derecho en la causa azulgrana del lituano, quien cumplió el domingo doscientos partidos con el escudo del carnero sobre el pecho.
Sólo Thompson y el polifacético Giedraitis superan los veinte minutos cada tarde o noche en ambas competiciones. También resulta curioso que los dos 'cincos' que le quedan a Peñarroya tras la lesión de Enoch -el pívot puro Kotsar y el 'cuatro y medio' Costello- se reparten equitativamente la presencia sobre el parqué. Veinte minutos y medio el estadounidense de pasaporte costamarfileño y treinta segundos menos el estonio. Números, todos los relatados, que explican la fe verdadera del técnico en las rotaciones, la gestión de los recursos humanos y el reparto de responsabilidades para imponer el encendido ritmo que el conjunto necesita. Su seña de identidad, el estilo que lo distingue.
Darius Thompson
Base
25minutos de media, el que más juega, entre Euroliga y ACB
Dani Díez
Ala-pívot
7minutos promedia, el que menos, entre ambos torneos
Toda cara de la moneda esconde al otro lado la cruz. De los trece duelos oficiales del Baskonia esta temporada, ocho se han celebrado al calor del Fernando Buesa Arena. Así que en algún momento habría de invertirse la tendencia.
Y es ahora. Desde el duelo de anteayer contra el Betis en Zurbano hasta la cita continental frente al Zalgiris la noche del 23, el equipo vitoriano afrontará tres encuentros sin el respaldo de su público. Diecisiete días de abstinencia para la parroquia azulgrana contemplando en vivo el espectáculo del baloncesto.
El cuadro de Joan Peñarroya actuará el próximo viernes en Atenas (Panathinaikos) y, sin compromiso de la ACB el fin de semana, jugará el 18 en Montecarlo y dos fechas después, domingo, en Manresa.
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